En otro análisis de los resultados que arrojó la temporada nacional de beisbol de este 2013, una estadística sobresale por encima de las demás. Los jonrones se ausentaron de tal manera en esta Serie, que por primera vez en nueve campañas ningún bateador logra llegar a la veintena de estacazos de cuatro bases.
Usted puede llamarle como quiera, pero en mi opinión el fenómeno responde a que por fin (¿oigo un aleluya?), se acabó el engaño en la pelota cubana.
El asunto es que solo 15 beisbolistas lograron llegar a compilar al menos 10 bambinazos en este 2013 y ninguno de ellos sobrepasó los 19 cuadrangulares (José Dariel Abreu y William Luis fueron los líderes en este departamento con esa cifra).
En la Segunda División solo Granma (con 3) y Guantánamo (1) tuvieron bateadores de más de una decena de vuelacercas, mientras que en la Primera, Sancti Spiritus tuvo 4 (incluyendo a Yunior Paumier), Cienfuegos (2, con William Luis), Pinar (2, con Despaigne) y uno per cápita para Industriales, Matanzas, La Isla (Yordanis Samón) y Villa Clara (Edilse Silva), a la vez que Ciego se fue sin ninguno.
Vendrá quien me diga: “ eso demuestra que al concentrarse la calidad se acabaron los batazos de vuelta completa”, pero esa referencia es muy engañosa, tal es así que les comento que en la primera vuelta, con los 16 equipos, se conectaron 379 jonrones, con una frecuencia de uno cada 62,89 veces al bate; a la vez que en la Segunda Ronda de la Primera División se despacharon 180 con un ritmo de (aguántense!!!) uno cada 62,48 VB, por lo que podemos asegurar que calidad concentrada o no, los bates continuaron con su misma cadencia.
En este particular agrego que en la Ronda de Consuelo, donde muchos creímos que se iba a atropellar a los pitchers, la frecuencia fue de uno cada 55,32 VB, más prolífera, pero no abusiva.
La otra evidencia de que lo de aglutinar calidad no es del todo efectivo, fue la producción ofensiva del propio William Luis, con 11 cuadrangulares en la Segunda Ronda, Yordanis Samón (9) y Yosvani Peraza (8), que no creyeron en staff de pitcheo mejorados y siguieron siendo los jonroneros que son.
Entonces, eliminadas las variables anteriores, nos queda la Mizuno 200 (pues los lanzadores cubanos siguen de lágrimas en sentido general y que nadie piense que se superaron de un año a otro).
Recuerdo con cierto sarcasmo, que al comienzo del uso de la Mizuno 200 algunos (peloteros, directivos y prensa) se vanagloriaron al decir que el bote era el mismo (contradiciendo a los especialistas en Japón que aseguraban una diferencia de tres a cuatro metros). La respuesta ha llegado, y mucho más rápido de lo esperado.
Vean la siguiente comparación:
• 2010: 3 bateadores con 30 jonrones, 14 con 20, 1498 bambinazos y frecuencia de 32,69 colectiva.
• 2011: 3 con 30, 17 con 20, 1449 y ritmo de 33,42.
• 2012 (donde se jugó un tercio con la Mizuno 150 y el resto con la 200): 2 con 30, 5 con 20, 1214 y frecuencia de 44,56.
• 2013 (se acabó el engaño): nadie con 20 siquiera, un total de 762 y ritmo de 60,78.
Al comienzo de la temporada del 2011-2012 publiqué el trabajo “Se acabó el engaño en la pelota cubana”, y allí dije: “Donde un pelotero el año pasado bateó 275 y despachó 21 jonrones, este 2012 será 248 y 9 bambinazos”
Nunca he sido más profético en mi vida.
Pero igual, usted tendrá su manera propia de apreciar este fenómeno y quizás crea otra cosa.
Mi esperanza hoy recae en que esta cruda realidad, reformule el beisbol en la isla y nos dejemos de cuentos, para con los pies en la tierra podamos encontrar la verdadera cara de nuestra pelota.
Usted puede llamarle como quiera, pero en mi opinión el fenómeno responde a que por fin (¿oigo un aleluya?), se acabó el engaño en la pelota cubana.
El asunto es que solo 15 beisbolistas lograron llegar a compilar al menos 10 bambinazos en este 2013 y ninguno de ellos sobrepasó los 19 cuadrangulares (José Dariel Abreu y William Luis fueron los líderes en este departamento con esa cifra).
En la Segunda División solo Granma (con 3) y Guantánamo (1) tuvieron bateadores de más de una decena de vuelacercas, mientras que en la Primera, Sancti Spiritus tuvo 4 (incluyendo a Yunior Paumier), Cienfuegos (2, con William Luis), Pinar (2, con Despaigne) y uno per cápita para Industriales, Matanzas, La Isla (Yordanis Samón) y Villa Clara (Edilse Silva), a la vez que Ciego se fue sin ninguno.
Vendrá quien me diga: “ eso demuestra que al concentrarse la calidad se acabaron los batazos de vuelta completa”, pero esa referencia es muy engañosa, tal es así que les comento que en la primera vuelta, con los 16 equipos, se conectaron 379 jonrones, con una frecuencia de uno cada 62,89 veces al bate; a la vez que en la Segunda Ronda de la Primera División se despacharon 180 con un ritmo de (aguántense!!!) uno cada 62,48 VB, por lo que podemos asegurar que calidad concentrada o no, los bates continuaron con su misma cadencia.
En este particular agrego que en la Ronda de Consuelo, donde muchos creímos que se iba a atropellar a los pitchers, la frecuencia fue de uno cada 55,32 VB, más prolífera, pero no abusiva.
La otra evidencia de que lo de aglutinar calidad no es del todo efectivo, fue la producción ofensiva del propio William Luis, con 11 cuadrangulares en la Segunda Ronda, Yordanis Samón (9) y Yosvani Peraza (8), que no creyeron en staff de pitcheo mejorados y siguieron siendo los jonroneros que son.
Entonces, eliminadas las variables anteriores, nos queda la Mizuno 200 (pues los lanzadores cubanos siguen de lágrimas en sentido general y que nadie piense que se superaron de un año a otro).
Recuerdo con cierto sarcasmo, que al comienzo del uso de la Mizuno 200 algunos (peloteros, directivos y prensa) se vanagloriaron al decir que el bote era el mismo (contradiciendo a los especialistas en Japón que aseguraban una diferencia de tres a cuatro metros). La respuesta ha llegado, y mucho más rápido de lo esperado.
Vean la siguiente comparación:
• 2010: 3 bateadores con 30 jonrones, 14 con 20, 1498 bambinazos y frecuencia de 32,69 colectiva.
• 2011: 3 con 30, 17 con 20, 1449 y ritmo de 33,42.
• 2012 (donde se jugó un tercio con la Mizuno 150 y el resto con la 200): 2 con 30, 5 con 20, 1214 y frecuencia de 44,56.
• 2013 (se acabó el engaño): nadie con 20 siquiera, un total de 762 y ritmo de 60,78.
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