La campaña de 1977-78 descubre a un club bravucón que consiguió un decoroso octavo puesto, gracias al juego arriesgado que desplegaron hombres como Oscar Rodríguez, Wilfredo Hernández, Agustín Lescaille y Alfonso Ilivanes, médula espinal de la formación guantanamera.

Pero aquel espíritu pendenciero se derritió pasadas las primeras cuatro campañas, y el equipo, apenas conservó ánimos suficientes para encerrarse en la habitación de las novenas de segunda clase. Fue un largo y decepcionante período en que escasamente lograron repetir dos veces más el enigmático octavo lugar logrado en la primera campaña.

Entre 1987 y 1990 obtuvieron tres veces el lugar 17 de los 18 que se repartían por esa época, y entre 1986 y 1997 la mejor posición alcanzada fue el sitio número 13, conseguido en tres oportunidades más. Hubo, eso sí, individualidades notables en esos años. Agustín Lescaille fue, sin duda, el ejemplo más predominante.

Hacia el comienzo del decenio de 1990, el equipo tuvo un espigado tirador nombrado Giorge Díaz, quien pasó a la historia como el hombre ganador del último y decisivo choque en los Juegos Olímpicos, celebrados en Barcelona, España (1992).

En el certamen de 1997-98, una nueva generación de beisbolistas, a cuyo frente aparecieron Ariel Benavides, Roberquis Videaux, el propio Giorge Díaz, Leonides Turcás, Alexis Laborde y Linoel Doris, intentaron revelarle a los guantanameros el desconocido color de la victoria. En este empeño condujeron el conjunto a las Series Playoff de 1997-98 y 1998-99, con un fantástico récord en esas dos temporadas de 102 triunfos, 78 derrotas y un promedio de 566.

La del 97-98 resultó, a no dudarlo, la más extraordinaria de todas las campañas cumplidas por el club en tres décadas de forcejeo beisbolero, pues impusieron el récord particular de 52 partidos ganados sobre 90 celebrados. La historia terminó cuando los guantanameros fueron sepultados en la primera ronda de los Playoff, después de perder tres desafíos consecutivos frente al equipo de Sntiago de Cuba.

Doce meses después lavaban el ultraje al derrotar, nada menos que al peligroso Villa Clara tres partidos por uno para clasificar por primera vez a las semifinales. Allí volvieron a enfrentar al poderoso Santiago de Cuba que de nueva cuenta los venció, aunque en esta ocasión, los del Guaso, no se entregaron tan fácil, al caer en el sexto partido de siete posibles.

Entre el 2001 y el 2007, el mejor puesto logrado por los Indios en una Serie Nacional fue el decimotercer peldaño. En este período, sus porcentajes de ganados y perdidos oscilaron constantemente entre cifras negativas, mientras que en el certamen del 2002-03 soportaron 62 derrotas, la peor marca de por vida en este departamento en la historia del equipo.

La contienda de 2007-08 trajo de regreso a los diamantes la querida figura de Agustín Lescaille.

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