Un día sí y otro también, el equipo de Matanzas ha demostrado, por mucho, que ha sido el mejor en lo que va de temporada. Hay que exprimir la memoria para encontrar, digamos que en la última década, un elenco con tanta superioridad, a tal punto que a fuerza de reiteración, sus triunfos van dejando de ser noticia.
Este viernes, los Cocodrilos retomaron el duelo sellado un día antes en predios artemiseños y terminaron sumando su triunfo 23 en la contienda, el 14 sin tropiezos, y con su segunda lechada incluida. Horas más tarde llegaría el siguiente eslabón de la ya impresionante cadena de éxitos, este en un cerrado pulso hasta el séptimo capítulo, cuando un oportuno cañonazo de Yordanis Samón empujó la ventaja y el elevado de sacrificio de Jefferson Delgado, carrera que a la postre alcanzaba para estirar la racha.
La clasificación de los dirigidos por Víctor Mesa ya es solo cuestión de tiempo. Ahora las expectativas se centran en saber hasta dónde llegará la extensa seguidilla, aunque anda todavía lejos del récord de 27 triunfos consecutivos fijados por los Mineros en la 11na. edición de nuestros clásicos nacionales.
Según las anotaciones de nuestro meticuloso estadístico Benigno Daquinta, un año antes los muchachos de La Habana no encontraron freno durante una veintena de enfrentamientos. Y un tiempo después, en 22 Serie Nacional, la tropa de Villa Clara hiló 18 victorias sucesivas, con el mérito añadido de haberlo logrado desde el mismo inicio de las hostilidades.
Mientras aparece un cascabel para los Cocodrilos, hay otras novenas «notables» que andan en malos pasos y necesitadas de una reacción. La situación más alarmante, cuando falta casi la mitad de su calendario, la vive en este momento la representación vueltabajera, ahora con la clasificación bastante comprometida si no detienen su caída libre.
Los pativerdes andan por estos días de paso por Guantánamo, donde acaban de firmar su segunda capitulación ante los Indios, con apenas el honor de esquivar la blanqueada.
Preocupa bastante el paso de los vigentes subtitulares de la pelota cubana, ya sea por su pobre ofensiva (.264), su baja producción de carreras (menos de tres por juego), pero sobre todo por el desempeño de su pitcheo, habituado a ser referencia entre sus pares. Si a Yosvani Torres le batean para .341 y exhibe un promedio de carreras limpias de 6.53, si Yaifredo Domínguez ha perdido en sus cuatro aperturas, si Vladimir Baños apenas ha podido subir al box en tres de ocasiones y cargar con dos derrotas, las opciones de éxito para los occidentales se reducen bastante.
También necesitados andan unos Industriales que han ido recuperando de a poco varias de sus mejores piezas, entre ellas al diestro Noelvis Entenza, quien logró su segundo éxito en igual cantidad de salidas. El excienfueguero lanzó cómodo durante siete capítulos, mientras sus compañeros se encargaban de respaldarlo con una docena de imparables, entre ellos los vuelacercas de Yoandhy Urgellés —el 98 de su carrera— y Stayler Hernández, este último para sentenciar el KO sobre Villa Clara.
Mantenerse en similar tesitura es el reto de los Azules para reducir distancia de un cerrado pelotón que, entre otros, integran los elencos de Holguín y Camagüey, los cuales junto a Villa Clara completan el cuarteto en zona de clasificación directa. Y el tiempo apremia.
Este viernes, los Cocodrilos retomaron el duelo sellado un día antes en predios artemiseños y terminaron sumando su triunfo 23 en la contienda, el 14 sin tropiezos, y con su segunda lechada incluida. Horas más tarde llegaría el siguiente eslabón de la ya impresionante cadena de éxitos, este en un cerrado pulso hasta el séptimo capítulo, cuando un oportuno cañonazo de Yordanis Samón empujó la ventaja y el elevado de sacrificio de Jefferson Delgado, carrera que a la postre alcanzaba para estirar la racha.
La clasificación de los dirigidos por Víctor Mesa ya es solo cuestión de tiempo. Ahora las expectativas se centran en saber hasta dónde llegará la extensa seguidilla, aunque anda todavía lejos del récord de 27 triunfos consecutivos fijados por los Mineros en la 11na. edición de nuestros clásicos nacionales.
Según las anotaciones de nuestro meticuloso estadístico Benigno Daquinta, un año antes los muchachos de La Habana no encontraron freno durante una veintena de enfrentamientos. Y un tiempo después, en 22 Serie Nacional, la tropa de Villa Clara hiló 18 victorias sucesivas, con el mérito añadido de haberlo logrado desde el mismo inicio de las hostilidades.
Mientras aparece un cascabel para los Cocodrilos, hay otras novenas «notables» que andan en malos pasos y necesitadas de una reacción. La situación más alarmante, cuando falta casi la mitad de su calendario, la vive en este momento la representación vueltabajera, ahora con la clasificación bastante comprometida si no detienen su caída libre.
Los pativerdes andan por estos días de paso por Guantánamo, donde acaban de firmar su segunda capitulación ante los Indios, con apenas el honor de esquivar la blanqueada.
Preocupa bastante el paso de los vigentes subtitulares de la pelota cubana, ya sea por su pobre ofensiva (.264), su baja producción de carreras (menos de tres por juego), pero sobre todo por el desempeño de su pitcheo, habituado a ser referencia entre sus pares. Si a Yosvani Torres le batean para .341 y exhibe un promedio de carreras limpias de 6.53, si Yaifredo Domínguez ha perdido en sus cuatro aperturas, si Vladimir Baños apenas ha podido subir al box en tres de ocasiones y cargar con dos derrotas, las opciones de éxito para los occidentales se reducen bastante.
También necesitados andan unos Industriales que han ido recuperando de a poco varias de sus mejores piezas, entre ellas al diestro Noelvis Entenza, quien logró su segundo éxito en igual cantidad de salidas. El excienfueguero lanzó cómodo durante siete capítulos, mientras sus compañeros se encargaban de respaldarlo con una docena de imparables, entre ellos los vuelacercas de Yoandhy Urgellés —el 98 de su carrera— y Stayler Hernández, este último para sentenciar el KO sobre Villa Clara.
Mantenerse en similar tesitura es el reto de los Azules para reducir distancia de un cerrado pelotón que, entre otros, integran los elencos de Holguín y Camagüey, los cuales junto a Villa Clara completan el cuarteto en zona de clasificación directa. Y el tiempo apremia.