El cubano Yoenis Céspedes tiene ya algo que contarle a sus nietos: en su primera semana en las Grandes Ligas, fue el líder absoluto en jonrones y carreras impulsadas.

Es cierto que apenas ha jugado en cuatro partidos, pero a fuerza de batazos, Céspedes ha comenzado a despejar las dudas que aún lo rodean.

En sus 13 primeros turnos, el jardinero central de los Atléticos de Oakland ha pegado cuatro hits, todos de extrabases, pues tiene un doblete y tres bambinazos, incluido su primero, en Japón, que sirvió para impulsar las carreras del empate y la victoria, única por cierto que tiene hasta ahora su equipo.

Además, Céspedes, fichado por 36 millones de dólares por cuatro años sin jamás haber jugado un inning en las Mayores, ha sido el máximo impulsador, con siete, en tanto ha sido golpeado dos veces por el mismo pitcher, el derecho venezolano Félix Hernández.

Su promedio de embasamiento es de .400 y su slugging astronómico: 1,077.

Y si bien encabeza los departamentos de jonrones y remolques, también va puntero en ponches recibidos, siete en total, poco más de uno cada dos turnos.

Esa es precisamente una de las dudas que genera el cubano, quien en nueve ocasiones que ha fallado en la temporada, siete han sido sin encontrar la pelota.

Puede que supere el récord de más abanicados para un novato (185). Puede que supere los 200 ponches. Puede que estemos en presencia de la versión caribeña de Mark Reynolds.

Pero si además de engullirse 200 chocolates, es capaz de despachar 30 o 40 pelotas sobre las cercas y remolcar un centenar de carreras, habrá justificado su salario.

“Tiene mucha fuerza al bate y nosotros continuaremos otorgándole responsabilidad poco a poco”, dijo el manager de Oakland Bob Melvin.

“Lo veremos tomar algunos ponches, pero también aportará los batazos que necesita el equipo. Es de esa clase de jugadores con poder en los brazos, pero poco tacto”.

Otro que regresó, aunque este de una prolongada lesión, fue el cubano Kendrys Morales, de los Angelinos de Los Angeles.

Y en sus dos primeros juegos, ha sido el mismo recio bateador que cuando se lesionó el tobillo en el 2010, al celebrar un grand slam.

Morales ha pegado de hits en cinco de sus siete primeras visitas al plato, para average de .714, con un doblete y dos carreras anotadas.