La noticia me llegó en la noche del sábado pasado, pero no fue hasta dos días después que la idea tomó más forma, cuando la máxima autoridad del béisbol cubano explicó, someramente y ante la audiencia televisiva, los motivos para el nacimiento de la Segunda división.

La trascendencia en el tiempo del novedoso torneo es una verdadera incógnita, tan o más grande que el regreso de la imprescindible Liga de Desarrollo. Su reaparición fue anunciada el mismo día que se develó la más nueva estructura de la Serie Nacional, y se diluyó con la frase «al menos no para este año». A lo mejor para el que viene, digo yo en plan optimista y musical.

Sobre el tema han «llovido» tantas opiniones en esta esquina, que se pudiera llenar la página deportiva de este diario, un suplemento especial y hasta un tabloide con ellas. Prometo en algún momento darle aquí el espacio que merecen las más polémicas, atinadas y respetuosas. Si usted no ha mandado la suya, anímese.

Como adelanto, les cuento que no son pocos los que, como el matancero José Manuel Yong, especialista comercial de Fincimex Varadero, albergan dudas sobre el criterio a seguir para archivar las estadísticas de la presente campaña. «Me parece que la idea de los refuerzos es buena, pero lo de la Segunda división fue una bola escondida, y la decisión no debe tener marcha atrás por ahora. ¿Qué pasará con los numeritos que celosamente han llevado los estadísticos por más de cinco décadas? ¿Cómo aparecerán en la Guía Oficial, si los jugadores de los ocho equipos clasificados enfrentarán un béisbol fortalecido, y los eliminados no? ¿Habrá que especificar que tal jugador bateó para equis average en la Serie Nacional, o habrá que crear una nueva estadística para la nueva división?» son sus cuestionamientos.

No tengo la respuesta oficial, pero asumo que, abortada la idea inicial de la Liga de Desarrollo, la Segunda división sea contemplada —al menos por este año— como parte de la presente temporada. Tal vez esté equivocado, pero si algo le ha sobrado a nuestras series nacionales son las estructuras, y son muy pocas las estadísticas que han trascendido con alguna aclaración.

Y ya que hablamos de números, y el tema de la preparación rumbo al III Clásico Mundial es ineludible, aprovecho para contarles lo bien que siguen algunos de los últimos invitados a la concentración.

Este viernes los elegibles cubanos al torneo volvieron a dividirse en Rojos y Azules, y la balanza se inclinó hacia los primeros con pizarra de 3-2. Volvió Yosvani Peraza a darle en la misma costura a la pelota, que por cierto, me aclararon —a pesar de los contratiempos del primer día— es similar a la que se utilizará en el inminente torneo universal.

En tres turnos, el vueltabajero sumó par de imparables, entre ellos un largo cuadrangular por el mismo jardín central frente al abridor de los celestes, Yasmani Hernández Romero. El villaclareño trabajó cinco entradas, permitió tres imparables e igual cantidad de anotaciones —todas limpias—, recetó cinco ponches y dio dos boletos.

Otro que siguió haciendo méritos fue el avileño Raúl González, al firmar otros dos incogibles en cuatro oportunidades y realizar un excelente fildeo en el campo corto.
Apuntes al margen

ROJOS: Rusney Castillo CF (4-0), Andy Ibáñez 2B (4-0), José D. Abreu 1B (4-0), Alfredo Despaigne LF (no bateó), Alexei Bell RF (4-0), Yasmani Tomás 3B (3-1), Erisbel Arruebarruena SS (3-0), Yulexis La Rosa R (3-0), Eriel Sánchez BD (3-1), Odrisamer Despaigne L (5,1 entradas, dos carreras, tres ponches y tres boletos), Raicel Iglesias L (3,2 entradas y un boleto)

AZULES: Guillermo Heredia CF (2-0), Luis F. Rivera 1B (4-1), Stayler Hernández LF (5-0), José M. Fernández 2B (3-1), Yadier Hernández RF (4-0), Yordan Manduley 3B (5-0), Frank C. Morejón R (4-0), Diosdani Castillo L (cuatro entradas, un hit y tres boletos).