El pinero Michel Enríquez conquistó su tercera corona de bateo en el béisbol cubano, lo que lo ratifica como un extraclase del deporte nacional.

De 34 años y con 16 temporadas jugadas, el Pirata mayor disfrutó de la condición por vez primera en la XLV Serie (114 hits en 255 veces al bate para promedio de .447).

La segunda fue tres campañas después, cuando finalizó con 120 indiscutibles en 299 oportunidades para .401.

Esta vez Enríquez Tamayo pegó 91 indiscutibles en 248 veces para .367.

Nótese que no llegó al centenar de hits, quien ha superado la centena en nueve oportunidades.

Michel fue además décimo en total de bases recorridas (129) y quinto en sluggins (.520).

Ahora el internacional aparece en la vanguardia de un selecto club que lidera el retirado tunero Osmani Urrutia, quien ganó cinco campeonatos de bateo consecutivos del 2001 al 2005.

Entonces impuso promedios galácticos de 431, 408, 421, 469 y 385 en ese orden.

Por las cosas del béisbol, el Leñador tunero tuvo en 2006 uno de sus mejores ediciones con average de 425, pero fue superado por el propio Michel, líder con 447.

Pero en el 2007 Urrutia retomó su trono con 371, para concluir con seis gemas en su vida deportiva.

Le escoltan con cinco reinados el Gamo de Jovellanos, Wilfredo Sánchez (1969, 70, 76, 79 y 84) y el mítico pinareño Omar “el niño” Linares (1985, 86, 90, 92 y 93).

El primer campeón de bateo de la Serie Nacional es el matancero Erwin Walter, quien en 1962 conectó 29 hits en 79 veces al bate para .367 de average.