El béisbol es un motivo de orgullo para Cuba. Desde finales del siglo XIX, cuando se introdujo este deporte en la isla, los cubanos han mostrado grandes virtudes para esta disciplina.
Tanto a nivel nacional como internacional, se ha evidenciado este merecido reconocimiento al béisbol cubano. Incluso, de acuerdo con publicaciones de Latenightstreaming.com, productoras españolas desarrollaron el documental ‘El juego de Cuba’ (2001), el cual obtuvo un premio en el Festival de Málaga. Aquí se expusieron varias de las fortalezas y problemáticas de este deporte a lo largo de su historia en la isla.
Sin embargo, nada de esto puede ocultar la preocupación que surge cada vez que determinados grupos de beisbolistas nacionales optan por desertar y quedarse a vivir en otros países. El último caso es el de los 12 jugadores de la sección que participaba en el Mundial sub-23 de México. Con exactitud, el hecho ocurrió en el estado norteño mexicano de Sonora.
Al parecer, los seleccionados tomaron la decisión luego de que Bryan Chi, lanzador estrella del equipo, hubiera elegido desertar. Según informes de la prensa nacional, este suceso se considera como el mayor episodio de huidas en la historia de este deporte cubano en un torneo en el extranjero.
Este evento vuelve a posicionar al béisbol cubano en un campo de debates y controversias. Muchos medios de prensa latinoamericanos coinciden en que la deserción ha sido uno de los principales obstáculos del béisbol cubano, dañando su reputación.
Según el portal Infobae, este acontecimiento registra la mayor cifra de abandonos para una escuadra cubana de béisbol. Hasta entonces, el número más alto de deserciones había sido de cinco jugadores en 1996, también en México.
Para los jugadores restantes, el desarrollo del Mundial sub-23 se tornó bastante complicado, ya que fueron varios los puestos abandonados (pitchers, receptores, jardineros, lanzadores, entre otros). No obstante, la selección obtuvo un importante cuarto lugar en el certamen mundial, sobreponiéndose a la pérdida de jugadores.
Algunos miembros del equipo señalaron que se vieron obligados a alterar los planes y las estrategias previamente entrenadas. Asimismo, se tuvo que exigir al máximo al resto de deportistas para no sucumbir fácilmente en los partidos.
En las redes sociales, los cibernautas han tenido opiniones divididas sobre este polémico suceso. Algunos manifestaron que muy pocos equipos hubieran conseguido un cuarto lugar con 11 seleccionados menos. Otros consideraron que los beisbolistas que decidieron desertar habían procedido de forma egoísta, sin pensar en el equipo y la misión deportiva que fueron a cumplir en México.
Sin embargo, también hubo un grupo de usuarios que empatizaron y defendieron a los jugadores desertores.
Tanto a nivel nacional como internacional, se ha evidenciado este merecido reconocimiento al béisbol cubano. Incluso, de acuerdo con publicaciones de Latenightstreaming.com, productoras españolas desarrollaron el documental ‘El juego de Cuba’ (2001), el cual obtuvo un premio en el Festival de Málaga. Aquí se expusieron varias de las fortalezas y problemáticas de este deporte a lo largo de su historia en la isla.
Sin embargo, nada de esto puede ocultar la preocupación que surge cada vez que determinados grupos de beisbolistas nacionales optan por desertar y quedarse a vivir en otros países. El último caso es el de los 12 jugadores de la sección que participaba en el Mundial sub-23 de México. Con exactitud, el hecho ocurrió en el estado norteño mexicano de Sonora.
Al parecer, los seleccionados tomaron la decisión luego de que Bryan Chi, lanzador estrella del equipo, hubiera elegido desertar. Según informes de la prensa nacional, este suceso se considera como el mayor episodio de huidas en la historia de este deporte cubano en un torneo en el extranjero.
Este evento vuelve a posicionar al béisbol cubano en un campo de debates y controversias. Muchos medios de prensa latinoamericanos coinciden en que la deserción ha sido uno de los principales obstáculos del béisbol cubano, dañando su reputación.
Según el portal Infobae, este acontecimiento registra la mayor cifra de abandonos para una escuadra cubana de béisbol. Hasta entonces, el número más alto de deserciones había sido de cinco jugadores en 1996, también en México.
Para los jugadores restantes, el desarrollo del Mundial sub-23 se tornó bastante complicado, ya que fueron varios los puestos abandonados (pitchers, receptores, jardineros, lanzadores, entre otros). No obstante, la selección obtuvo un importante cuarto lugar en el certamen mundial, sobreponiéndose a la pérdida de jugadores.
Algunos miembros del equipo señalaron que se vieron obligados a alterar los planes y las estrategias previamente entrenadas. Asimismo, se tuvo que exigir al máximo al resto de deportistas para no sucumbir fácilmente en los partidos.
En las redes sociales, los cibernautas han tenido opiniones divididas sobre este polémico suceso. Algunos manifestaron que muy pocos equipos hubieran conseguido un cuarto lugar con 11 seleccionados menos. Otros consideraron que los beisbolistas que decidieron desertar habían procedido de forma egoísta, sin pensar en el equipo y la misión deportiva que fueron a cumplir en México.
Sin embargo, también hubo un grupo de usuarios que empatizaron y defendieron a los jugadores desertores.
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