La primera vez que oí hablar de Derek Jeter, fue en un periódico que logro pasar la cortina de la desinformación que existía en cuba en el año 1996. Yo tenía apenas 8 años y jugaba en el equipo de beisbol del municipio Regla, en el terreno donde jugábamos alguien trajo un semanario deportivo, que hablaba sobre la serie mundial de ese año entre los Yankees de Nueva York y los Bravos de Atlanta.
Ese fue mi primer contacto con las grandes ligas y especial con los Yankees de Nueva York, quienes a partir del año 1998 se convirtieron el equipo por cual hincharía hasta el final de mi vida, compartiendo mi fanatismo con los Industriales de la Habana.
Siendo gran fanático de los Industriales y de su lanzador estrella en la década de los 90, Orlando ¨el duque¨ Hernández. Cuando este abandono la isla para ir a jugar a las grandes ligas y aterrizo en la gran manzana, entonces si comenzó mi relación con los mulos del Bronx. Persiguiendo cualquier información sobre la temporada, oía acerca de un tal Andy Pettitte, Jorge Posada, Mariano Rivera y Derek Jeter, quienes son conocidos como los 4 fantásticos. Pero en aquellos años mi jugador favorito era el center field Bernie Williams, gracias a los grandes batazos que conectaba con él en el video juego que rentaba por horas en una casa colonial de Regla.
Durante 1998 y 2000, lograba ver alguno de los juegos de las Series Mundiales gracias a la piratería existente en Cuba, casi siempre eran en los que lanzaba el astro cubano. Pero fue en el año 2001 donde tuve la suerte de ver, la que hasta ahora es la única serie mundial que pude disfrutar completa, esto fue gracias a un amigo de mi padre que huyo del país en el año 1980 y quien, no sé cómo, le dio a mi padre dos cassette con los juegos de la conocida como Subway Series, entre los dos equipos que representan a las ciudad de Nueva York en la gran carpa.
Fue en estos videos donde me enamórame del juego del hasta hoy short stop Yankee, a partir de ese día el número dos Yankees seria para mi ejemplo a seguir en los campos de beisbol.
Durante los siguientes años la información era irregular pero siempre algo del ¨Capitán América¨ llegaba a mis manos, así fuera a través del boca a boca que tanto éxito tiene en los estadios de La Habana, como la ya mencionada piratería, a través de la cual conocíamos a retazos de la grandeza del nativo de New Jersey.
En el 2009 logre ver los 4 partidos que ganaron los Yankees en el clásico de otoño contra los Phillies de Filadelfia, la última serie mundial que jugaría él para mi mejor Yankee de la historia moderna y sin duda miembro del, imposible de organizar, top 5 de toda la historia de la más grande franquicia del beisbol.
Fue después en el año 2013 donde cayó en mis manos el documental firmado para unos de los momentos más emocionantes de su carrera, el hit 3000 que lo conectara en el Yankee Stadium frente al All Star David Price y además lo logro con un batazo de cuatros esquinas, segundo jugador en lograr tal hazaña.
Con ese largometraje me llego el Jeter persona, la caballerosidad y humildad con la lleva la fama, y como solo hacer su trabajo cada vez que sale al campo sin importar que se le considere de los más grandes peloteros de la historia.
Ahora resido en México, donde por los últimos 3 meses pude disfrutar a plenitud de la última temporada del Capitán, he disfrutado infinitamente de sus mejores jugadas, turnos al bate y momentos ¨clutch¨ del último jugador de la gran generación de Yankees que logro 5 campeonatos mundiales entre 1996 y 2009.
Hoy jugó su último partido en la casa que vio crecer y convertirse en un jugador digno de pertenecer desde ya al Salón de la Fama del beisbol. En un partido cuyo guion pareció escrito por los mismísimos dioses del beisbol para honrar la gran carrera del capitán, donde impulso tres carreras entre ellas la anotación ganadora para dejar al campo a unos de sus rivales favoritos, los Orioles de Baltimore.
Al final del juego mientras lo veía abrazar a sus antiguos compañeros, los sentimientos eran encontrados, me siento bendecido por poder disfrutar en vivo de este momento que sin duda es parte de la historia del beisbol, y también egoístamente triste de que ahora que tengo la posibilidad de seguir las Grandes Ligas, no podré disfrutar de su beisbol.
Entre lagrimas decidí escribir este artículo como forma de homenajear al para mi, mas grande pelotero que haya pisado un terreno de beisbol en los últimos 60 años. Si no pude, por mi edad, ver a grandes Yankees como Ruth, Gehrig, Di Maggio, Mantle, podré decirles a mis hijos y nietos con gran orgullo que yo disfrute, a retazos, de la carrera de Derek Jeter. Gracias Derek.
Ese fue mi primer contacto con las grandes ligas y especial con los Yankees de Nueva York, quienes a partir del año 1998 se convirtieron el equipo por cual hincharía hasta el final de mi vida, compartiendo mi fanatismo con los Industriales de la Habana.
Siendo gran fanático de los Industriales y de su lanzador estrella en la década de los 90, Orlando ¨el duque¨ Hernández. Cuando este abandono la isla para ir a jugar a las grandes ligas y aterrizo en la gran manzana, entonces si comenzó mi relación con los mulos del Bronx. Persiguiendo cualquier información sobre la temporada, oía acerca de un tal Andy Pettitte, Jorge Posada, Mariano Rivera y Derek Jeter, quienes son conocidos como los 4 fantásticos. Pero en aquellos años mi jugador favorito era el center field Bernie Williams, gracias a los grandes batazos que conectaba con él en el video juego que rentaba por horas en una casa colonial de Regla.
Durante 1998 y 2000, lograba ver alguno de los juegos de las Series Mundiales gracias a la piratería existente en Cuba, casi siempre eran en los que lanzaba el astro cubano. Pero fue en el año 2001 donde tuve la suerte de ver, la que hasta ahora es la única serie mundial que pude disfrutar completa, esto fue gracias a un amigo de mi padre que huyo del país en el año 1980 y quien, no sé cómo, le dio a mi padre dos cassette con los juegos de la conocida como Subway Series, entre los dos equipos que representan a las ciudad de Nueva York en la gran carpa.
Fue en estos videos donde me enamórame del juego del hasta hoy short stop Yankee, a partir de ese día el número dos Yankees seria para mi ejemplo a seguir en los campos de beisbol.
Durante los siguientes años la información era irregular pero siempre algo del ¨Capitán América¨ llegaba a mis manos, así fuera a través del boca a boca que tanto éxito tiene en los estadios de La Habana, como la ya mencionada piratería, a través de la cual conocíamos a retazos de la grandeza del nativo de New Jersey.
En el 2009 logre ver los 4 partidos que ganaron los Yankees en el clásico de otoño contra los Phillies de Filadelfia, la última serie mundial que jugaría él para mi mejor Yankee de la historia moderna y sin duda miembro del, imposible de organizar, top 5 de toda la historia de la más grande franquicia del beisbol.
Fue después en el año 2013 donde cayó en mis manos el documental firmado para unos de los momentos más emocionantes de su carrera, el hit 3000 que lo conectara en el Yankee Stadium frente al All Star David Price y además lo logro con un batazo de cuatros esquinas, segundo jugador en lograr tal hazaña.
Con ese largometraje me llego el Jeter persona, la caballerosidad y humildad con la lleva la fama, y como solo hacer su trabajo cada vez que sale al campo sin importar que se le considere de los más grandes peloteros de la historia.
Ahora resido en México, donde por los últimos 3 meses pude disfrutar a plenitud de la última temporada del Capitán, he disfrutado infinitamente de sus mejores jugadas, turnos al bate y momentos ¨clutch¨ del último jugador de la gran generación de Yankees que logro 5 campeonatos mundiales entre 1996 y 2009.
Hoy jugó su último partido en la casa que vio crecer y convertirse en un jugador digno de pertenecer desde ya al Salón de la Fama del beisbol. En un partido cuyo guion pareció escrito por los mismísimos dioses del beisbol para honrar la gran carrera del capitán, donde impulso tres carreras entre ellas la anotación ganadora para dejar al campo a unos de sus rivales favoritos, los Orioles de Baltimore.
Al final del juego mientras lo veía abrazar a sus antiguos compañeros, los sentimientos eran encontrados, me siento bendecido por poder disfrutar en vivo de este momento que sin duda es parte de la historia del beisbol, y también egoístamente triste de que ahora que tengo la posibilidad de seguir las Grandes Ligas, no podré disfrutar de su beisbol.
Entre lagrimas decidí escribir este artículo como forma de homenajear al para mi, mas grande pelotero que haya pisado un terreno de beisbol en los últimos 60 años. Si no pude, por mi edad, ver a grandes Yankees como Ruth, Gehrig, Di Maggio, Mantle, podré decirles a mis hijos y nietos con gran orgullo que yo disfrute, a retazos, de la carrera de Derek Jeter. Gracias Derek.