Los astros del béisbol se alinearon, y lo que muy pocos consideraron como posibilidad hace dos meses, hoy es una gran realidad. Camagüey, los Toros de la llanura oriental, está de vuelta entre los grandes equipos de la Serie Nacional, luego de vencer en uno de los duelos de comodines del presente campeonato a Las Tunas, rival exigente que claudica vendiendo bien cara la derrota.
He conversado con muchas personas sobre pelota desde que comenzó la edición 56 del clásico beisbolero doméstico, y nadie, absolutamente nadie, apoyaba la candidatura de los agramontinos a la clasificación, ni siquiera después de su fulgurante inicio, con 12 victorias en sus primeras 17 salidas.
Pero finalmente los pupilos del mentor debutante Orlando González lograron colarse entre los seis punteros del torneo, tras remontar una disputada y electrizante serie de comodines frente a los Leñadores tuneros, quienes luego de triunfar en el primer match el pasado domingo no pudieron ante el empuje camagüeyano en sus predios.
Gradas repletas en el parque Cándido González y disfrute máximo de miles de aficionados matizaron los dos pleitos en los dominios de los Toros, cuyo plantel joven, sin experiencia en instancias decisivas, supo venir de atrás ante un contrario con algo más de carretera que, incluso, clasificó el pasado curso.
Este miércoles el choque dejó múltiples emociones desde el mismo inicio, con un gran duelo de lanzadores entre los derechos José Ramón Rodríguez y Alejandro Meneses. El primero regaló seis episodios de altura a los anfitriones, y entregó el pleito con ventaja a Arbelio Quiroz, quien permitió jonrón de Andrés Quiala (su único del campeonato) para igualar las acciones en el séptimo.
Meneses, por su parte, registró la actuación más larga de su vida, con 116 lanzamientos y seis entradas limpias, permitiendo solo dos anotaciones. Sin embargo, en el llamado inning de la suerte, Camagüey produjo cuatro, con sencillo clave del inicialista Leonel Segura para romper la igualdad, y doble de dos carreras de Alexander Ayala, el motor impulsor de toda la escuadra.
El impacto de Ayala en un diamante va más allá de su bate. El torpedero conectó tres dobles en la noche más importante del certamen hasta el momento para los agramontinos, pero además disertó con manos de seda en el campo corto, fildeando cada lance, inspirando confianza a los suyos.
Con cuatro anotaciones debajo en la pizarra, los tuneros no se rindieron y se pegaron el marcador, aupados por vuelacercas del máscara Rafael Viñales (11 en toda la lid), pero el intento final no les alcanzó frente al relevista Yormani Socarrás, que puso el cerrojo como en sus mejores tiempos.
De esta forma, los agramontinos ya no solo emulan su clasificación en la Serie 46 (octavo lugar), sino que la superan y aseguran su mejor actuación histórica desde el bronce conquistado en la Serie 40. Sin duda, impresionante, una muestra de que los pronósticos se pueden enterrar con la combinación justa de talento, garra y entrega.
He conversado con muchas personas sobre pelota desde que comenzó la edición 56 del clásico beisbolero doméstico, y nadie, absolutamente nadie, apoyaba la candidatura de los agramontinos a la clasificación, ni siquiera después de su fulgurante inicio, con 12 victorias en sus primeras 17 salidas.
Pero finalmente los pupilos del mentor debutante Orlando González lograron colarse entre los seis punteros del torneo, tras remontar una disputada y electrizante serie de comodines frente a los Leñadores tuneros, quienes luego de triunfar en el primer match el pasado domingo no pudieron ante el empuje camagüeyano en sus predios.
Gradas repletas en el parque Cándido González y disfrute máximo de miles de aficionados matizaron los dos pleitos en los dominios de los Toros, cuyo plantel joven, sin experiencia en instancias decisivas, supo venir de atrás ante un contrario con algo más de carretera que, incluso, clasificó el pasado curso.
Este miércoles el choque dejó múltiples emociones desde el mismo inicio, con un gran duelo de lanzadores entre los derechos José Ramón Rodríguez y Alejandro Meneses. El primero regaló seis episodios de altura a los anfitriones, y entregó el pleito con ventaja a Arbelio Quiroz, quien permitió jonrón de Andrés Quiala (su único del campeonato) para igualar las acciones en el séptimo.
Meneses, por su parte, registró la actuación más larga de su vida, con 116 lanzamientos y seis entradas limpias, permitiendo solo dos anotaciones. Sin embargo, en el llamado inning de la suerte, Camagüey produjo cuatro, con sencillo clave del inicialista Leonel Segura para romper la igualdad, y doble de dos carreras de Alexander Ayala, el motor impulsor de toda la escuadra.
El impacto de Ayala en un diamante va más allá de su bate. El torpedero conectó tres dobles en la noche más importante del certamen hasta el momento para los agramontinos, pero además disertó con manos de seda en el campo corto, fildeando cada lance, inspirando confianza a los suyos.
Con cuatro anotaciones debajo en la pizarra, los tuneros no se rindieron y se pegaron el marcador, aupados por vuelacercas del máscara Rafael Viñales (11 en toda la lid), pero el intento final no les alcanzó frente al relevista Yormani Socarrás, que puso el cerrojo como en sus mejores tiempos.
De esta forma, los agramontinos ya no solo emulan su clasificación en la Serie 46 (octavo lugar), sino que la superan y aseguran su mejor actuación histórica desde el bronce conquistado en la Serie 40. Sin duda, impresionante, una muestra de que los pronósticos se pueden enterrar con la combinación justa de talento, garra y entrega.