Pinar del Río, o Cuba, como quieras llamarle al equipo Campeón de la Serie del Caribe 2015, merece un comentario especializado y seguro lo tendrá, así que no voy a arriesgarme a escribir algo al respecto cuando existen muchos profesionales que lo sabrán hacer mejor que yo... Pero eso sí, quiero dedicarle unas letras a quien ha sido, sin dudas, el pelotero más consistente del Béisbol cubano desde hace más de 10 años, FREDERICH CEPEDA… Me remonto a finales de la década de los 80 y lo veo, a Cepeda, pasando por frente de mi casa y rumbo a la suya, con el único bate de aluminio de mi Barrio del Reparto Escribano y que había traído desde el Mundial Infantil en Japón, donde fue seleccionado el "Mejor Jugador", ha llovido mucho desde entonces y lo vuelvo a ver, por enésima vez, siendo entre todos “El Mejor”… Cuando muchos aficionados cubanos lo vimos en el Banco hace unos días, nos sobrecogió la idea de que no volviera a alinear y demostrar su clase, pero al verlo ayer en el line up pusimos nuestras esperanzas en el número 24 porque sabíamos que no estaría allí en vano, un pelotero de la vergüenza y capacidad de crecerse de Cepeda, no podría hacer menos que lo que hizo, echarse el equipo a cuestas y llevarnos a la cumbre. ¿Sabes lo que él diría? “Cualquiera lo hubiera hecho igual”, pero los fanáticos a la Pelota sabemos que NO todos tienen esa estirpe y NO todos se crecen de tal forma…. ¿sabes? Cepeda es de esos que no les importa conquistar la Gloria a su paso, mientras pueda conquistar el corazón de la gente. Por eso, hoy, no voy a ensalzar al pelotero que acaba de ganarse a palo limpio y en otra demostración de excelencia, el título de “Jugador más Valioso" en la Serie del Caribe 2015, NO, hoy quiero resaltar los valores humanos de alguien que aun en su grandeza, no se ve grande; de alguien que a pesar de brillar tanto, no se siente Estrella; de alguien que amén de hacer historia, no se cree Leyenda. Detrás del resultado del Jugador de Béisbol que es Cepeda, existe lo aprendido de su padre, el esfuerzo del hombre, la entrega del deportista, el sacrificio del esposo y padre que es, y sobre todo, una persona humilde, transparente, sencilla…, un cubano rellollo que le encanta bailar casino, compartir con amigos y cantar reggaetón de vez en cuando. ¡Gracias Cepeda por dejar todo de ti en cada juego y regalarnos tantas alegrías a los cubanos! ¡Gracias Cepeda por pertenecer a esa clase de hombres que trasciende más allá de las fronteras! ¡Gracia Cepeda, porque a tu paso por los días, dejas tu trazo, dejas tu esencia, dejas tu huella! Felicidades Campeón.