Los Cocodrilos de Víctor Mesa se colocaron a un paso de disputar la final de la 56 Serie Nacional de béisbol, luego de vencer en un deslucido partido a Granma con abultado marcador de 13x3, y regresan a sus predios del Victoria de Girón con la ventaja de (3-2) en la serie semifinal.

En lo que fue el peor juego de la actual postemporada, el conjunto yumurino salió a completar la misión de aniquilar con extrema premura al rival. De esa forma compareció Stayler Hernández y en su primera visita al plato mandó a viajar bien lejos la Mizuno por todo el jardín derecho. Así comenzaría el calvario de la tarde para los Alazanes.

Por segunda jornada consecutiva el abridor granmense, en este caso Yoelkys Cruz, de excelente faena en el segundo choque del play-off; no podía caminar con efectividad y se marchaba temprano a las duchas. Un racimo de cuatro en el primer acto hubiese sido más que suficiente, pero los ahijados de VM32 venían con el botón de demolición encendido.

A mi juicio a la tropa oriental le pesó demasiado sostener el banderín de favorito después de comandar el enfrentamiento (2-1). En el cuarto choque comenzaron a desmoronarse y lo sucedido en la tarde de ayer era algo que estaba en el guion. La friolera de siete errores nos catapulta a los orígenes de un plantel que ha adolecido históricamente de los fundamentos de este deporte.

Para los Cocodrilos hubo una metamorfosis provocada por el núcleo del line-up y sobre todo de jugadores provenientes de provincias con un ADN triunfador: La Habana y Pinar del Río. Es indudable que la casta viene de la historia de los grandes equipos. ¿Quiénes han sido los principales protagonistas desde el box y quiénes han comandado la remontada ofensiva? No hay otra respuesta: Vegueros y Leones…

Lo positivo: El repunte anímico y deportivo de los Cocodrilos de Matanzas. Ahora sólo deben pensar en una estocada más.

Lo negativo: Las 22 anotaciones que ha permitido el pitcheo oriental en dos días.

Lo inconcebible: Los siete errores de la defensa granmense después de liderar todo el torneo en este departamento.

El MVP: El capitalino Juan Carlos Torriente, quien ha estado inmenso con su bate en los juegos 4 y 5 (9-6, 7IMP).

La felicitación: A los Tigres de Ciego de Ávila, quienes estarán disputando su tercera final seguida. El último equipo que realizó una hazaña similar en Series Nacionales fue Santiago de Cuba, quien participó en cuatro finales al hilo entre 2005 y 2008, alcanzando el banderín en tres ocasiones (2005, 2007 y 2008). Y la “Maquinaria Naranja” de Pedro Jova fue la última selección con tres campeonatos consecutivos (1993, 1994 y 1995).

La pregunta: ¿Podrán los Tigres avileños igualar la hazaña de aquella trituradora donde brillaban Víctor, Paret, Osmani, Toca, Arrojo, Riscart, López, Zamora, Perdomo, Machado, Acebey, Montes de Oca y compañía?