“Patriotismo provinciano”, así llamó Víctor Mesa, el director técnico de la selección nacional cubana de béisbol, a una idea defendida por no pocos: Villa Clara, campeón de la 52 Serie Nacional, debió asistir sin refuerzos a la Serie del Caribe 2014, en Isla Margarita. El reglamento de la Confederación de béisbol del Caribe permite que el ganador de la liga introduzca cuantos cambios estime pertinente, al punto de sustituir a los 28 peloteros; pero, ¿por qué llevar a este torneo a un equipo que, en la posible alineación regular, podría diferir mucho de la presentada por Villa Clara en la conquista de su ansiada quinta corona nacional, en 2013?
La respuesta de la Federación cubana es, como suele suceder, muy patriótica: para ganar y demostrar la calidad del béisbol que se juega en este país; pero yo prefiero centrarme en otro argumento: apoyo a los refuerzos porque lo que realmente importa es el concepto de “equipo”, más allá de quién lo integre.
Si Villa Clara ganara la Serie del Caribe sería un triunfo inolvidable para ese club y, de seguro, todos los que apoyamos a esa selección (y somos muchos los fanáticos die hard de la novena) sentiremos y mucho la victoria; aunque, quizás, el batazo decisivo lo conecte Yuliesky Gourriel o Alfredo Despaigne. Poco importa. Durante mucho tiempo nos hemos acostumbrado a que un jugador es de “una” provincia y que solo es capaz de “sentir” y “entregarse” cuando viste los colores de su lugar de nacimiento. Quizás sea más adecuado pensar que un pelotero siempre se entregará, por completo, en cualquier equipo para el que juegue. Profesionalismo, lo llaman no pocos.
Entonces, apoyo con las dos manos los refuerzos, porque podrían ayudar a engrandecer lo que verdaderamente interesa: la historia de Villa Clara.
Creo que el director Ramón Moré sorprendió con dos refuerzos: Ismel Jiménez y José Miguel Fernández. Los otros cuatro eran esperados: un abridor como Norge Luis Ruiz (impensable la inclusión de Vladimir García, con las pésimas relaciones existentes), otro abridor que asumirá funciones de relevista, como Vicyohandri Odelín, envuelto en una buena temporada y con amplia experiencia internacional, el mayor slugger de la pelota cubana, Alfredo Despaigne y un bateador muy versátil, como Yuliesky Gourriel.
Pensé que Moré optaría por otro lanzador zurdo, quizás un cerrador como Carlos Juan Viera y no tocaría la segunda base. Recordemos que Ismel, quien juega como refuerzo de la selección naranja en la segunda fase de la 53 Serie Nacional, estuvo muy mal en la primera etapa y en sus dos aperturas con Villa Clara no lució bien; mientras, en lugar de José Miguel Fernández, hubiera preferido a otro bateador, en mejor forma (¿Ariel Sánchez?).
Esta es una posible alineación de Villa Clara:
Receptor: Ariel Pestano / Yulexis la Rosa 1B: Ariel Borrero 2B: José Miguel Fernández SS: Yordan Manduley 3B: Yuliesky Gourriel JI:Edilse Silva / Despaigne JC: Ramón Lunar JD: Andy Zamora BD: Alfredo Despaigne / Edilse
Abridores: Freddy Asiel Álvarez, Norge Luis Ruiz, Yasmany Hernández y…¿Ismel, Irvin del Río? Con Jonder Martínez, Odelín, Alaín Sánchez, Yosvani Pérez y Diosdani Castillo como relevistas y…ahh, Víctor Mesa, como “jefe técnico” e Higinio Vélez, como jefe de la delegación. Infaltables.
La respuesta de la Federación cubana es, como suele suceder, muy patriótica: para ganar y demostrar la calidad del béisbol que se juega en este país; pero yo prefiero centrarme en otro argumento: apoyo a los refuerzos porque lo que realmente importa es el concepto de “equipo”, más allá de quién lo integre.
Si Villa Clara ganara la Serie del Caribe sería un triunfo inolvidable para ese club y, de seguro, todos los que apoyamos a esa selección (y somos muchos los fanáticos die hard de la novena) sentiremos y mucho la victoria; aunque, quizás, el batazo decisivo lo conecte Yuliesky Gourriel o Alfredo Despaigne. Poco importa. Durante mucho tiempo nos hemos acostumbrado a que un jugador es de “una” provincia y que solo es capaz de “sentir” y “entregarse” cuando viste los colores de su lugar de nacimiento. Quizás sea más adecuado pensar que un pelotero siempre se entregará, por completo, en cualquier equipo para el que juegue. Profesionalismo, lo llaman no pocos.
Entonces, apoyo con las dos manos los refuerzos, porque podrían ayudar a engrandecer lo que verdaderamente interesa: la historia de Villa Clara.
Creo que el director Ramón Moré sorprendió con dos refuerzos: Ismel Jiménez y José Miguel Fernández. Los otros cuatro eran esperados: un abridor como Norge Luis Ruiz (impensable la inclusión de Vladimir García, con las pésimas relaciones existentes), otro abridor que asumirá funciones de relevista, como Vicyohandri Odelín, envuelto en una buena temporada y con amplia experiencia internacional, el mayor slugger de la pelota cubana, Alfredo Despaigne y un bateador muy versátil, como Yuliesky Gourriel.
Pensé que Moré optaría por otro lanzador zurdo, quizás un cerrador como Carlos Juan Viera y no tocaría la segunda base. Recordemos que Ismel, quien juega como refuerzo de la selección naranja en la segunda fase de la 53 Serie Nacional, estuvo muy mal en la primera etapa y en sus dos aperturas con Villa Clara no lució bien; mientras, en lugar de José Miguel Fernández, hubiera preferido a otro bateador, en mejor forma (¿Ariel Sánchez?).
Esta es una posible alineación de Villa Clara:
Receptor: Ariel Pestano / Yulexis la Rosa 1B: Ariel Borrero 2B: José Miguel Fernández SS: Yordan Manduley 3B: Yuliesky Gourriel JI:Edilse Silva / Despaigne JC: Ramón Lunar JD: Andy Zamora BD: Alfredo Despaigne / Edilse
Abridores: Freddy Asiel Álvarez, Norge Luis Ruiz, Yasmany Hernández y…¿Ismel, Irvin del Río? Con Jonder Martínez, Odelín, Alaín Sánchez, Yosvani Pérez y Diosdani Castillo como relevistas y…ahh, Víctor Mesa, como “jefe técnico” e Higinio Vélez, como jefe de la delegación. Infaltables.