Tantas vueltas dio la ruleta, que mire hacia dónde apuntó la flecha. Lamentablemente, para muchos villaclareños, acostumbrados a ese trato, a ese cartelito «de pueblo indisciplinado», a ese no sé qué de caer mal, esta medida con Freddy Asiel Álvarez se podía presumir.
No voy a tapar el sol con el dedo: el diestro de Corralillo no estuvo cómodo aquella noche en el «Girón» de Matanzas. Tras un regreso demorado a la lomita, Asiel no se encontraba en su mejor jornada. A eso, y no a los pelotazos, tuvo que mirar primero la dirección naranja para aplicarle una grúa que a la postre hubiera evitado el horrible incidente del 17 de febrero. Si los lanzamientos fueron intencionales, solo Asiel lo sabe. Si la macabra salida de Demis Valdés con un bate en mano fue o no premeditada, solo los que estaban en la banca matancera lo saben.
Lo único cierto es que Villa Clara perdió sus dos mejores cartas, tanto en el pitcheo como a la ofensiva. Una, por ineficacia de todos los actores en ese partido, y dos, por la irresponsable y psiquiátrica actitud de aquel de apellido Valdés. Ahora ni Freddy Asiel ni Ramón Lunar. Tal parece que a Villa Clara siempre le tocará bailar con la más fea.
No se podía esperar algo mejor viniendo de una Comisión Nacional de Béisbol con erráticas decisiones. Piénselo bien, analice acontecimientos anteriores y verá el resultado.
49 Serie Nacional de Béisbol: enfrentamiento entre Industriales y Sancti Spíritus. Un suceso muy similar al de este 17 de febrero, con la diferencia de que el pitcher espirituano terminó de correr en los jardines y se involucraron en la trifulca los integrantes de ambos equipos. Medida: separación del agresor Lisbán Correa, de Industriales, por el resto de la serie, y de Carlos Tabares por un juego. Esa temporada los azules fueron campeones.
52 Serie Nacional: el manager del «Cuba» y de Matanzas, Víctor Mesa, le arroja tierra en la cara a un árbitro en un partido en la Isla de la Juventud. El pelotero ídolo de muchos olvida su misión educativa y pierde los estribos. Medida: cinco partidos sin dirigir. Perdón, sin estar en la banca, porque siempre viajó con el equipo.
Mucho más cerca, en esta 53: el lanzador avileño Vladimir García no consigue superar sus complejos con Ramón Lunar, y apenas sale este a batear, le regala un pelotazo. Días después repite la dosis. En el primero, el árbitro de home es sancionado por apresurarse, en el segundo, es Lunar quien paga los platos rotos.
Pero en la ocasión que nos ocupa, la última, la Comisión sí actuó con rigor, y todo el aval del derecho de Corralillo, todos sus méritos fueron borrados de golpe y porrazo. El principal lanzador de Cuba ahora es un «mal ejemplo». Es cierto que un pelotazo a la cabeza es una acción antideportiva, lo dice el reglamento. Llevaba una medida, pero ¿acaso la adoptada? Quizás no.
Mas lo inexplicable, lo mil veces ilógico, es que aquel de apellido Valdés, que ni tiñe ni da color en ese Matanzas, solo haya sacado un año de castigo. Un hombre que salió claramente dispuesto a agredir a otro en un terreno de pelota. La Comisión Nacional no tiene cura, o sí, si dejara de ser como es hoy. Con sus «ejemplarizantes» medidas solo ha conseguido ser exagerada con uno y benevolente con el otro, y sigue alejando árbitros de la Serie.
Otra cosa queda clara, al «Matanzas» de Víctor Mesa empiezan a encajarle muy bien las piezas. Por x o y, le han quitado los trastos del camino. En cambio, al actual campeón de Cuba solo le han dejado dos opciones: rendirse ante tantos ataques o levantarse de cara a todas las tempestades. Apuesto por esta última.
Por: Mayli Estévez Pérez.
No voy a tapar el sol con el dedo: el diestro de Corralillo no estuvo cómodo aquella noche en el «Girón» de Matanzas. Tras un regreso demorado a la lomita, Asiel no se encontraba en su mejor jornada. A eso, y no a los pelotazos, tuvo que mirar primero la dirección naranja para aplicarle una grúa que a la postre hubiera evitado el horrible incidente del 17 de febrero. Si los lanzamientos fueron intencionales, solo Asiel lo sabe. Si la macabra salida de Demis Valdés con un bate en mano fue o no premeditada, solo los que estaban en la banca matancera lo saben.
Lo único cierto es que Villa Clara perdió sus dos mejores cartas, tanto en el pitcheo como a la ofensiva. Una, por ineficacia de todos los actores en ese partido, y dos, por la irresponsable y psiquiátrica actitud de aquel de apellido Valdés. Ahora ni Freddy Asiel ni Ramón Lunar. Tal parece que a Villa Clara siempre le tocará bailar con la más fea.
No se podía esperar algo mejor viniendo de una Comisión Nacional de Béisbol con erráticas decisiones. Piénselo bien, analice acontecimientos anteriores y verá el resultado.
49 Serie Nacional de Béisbol: enfrentamiento entre Industriales y Sancti Spíritus. Un suceso muy similar al de este 17 de febrero, con la diferencia de que el pitcher espirituano terminó de correr en los jardines y se involucraron en la trifulca los integrantes de ambos equipos. Medida: separación del agresor Lisbán Correa, de Industriales, por el resto de la serie, y de Carlos Tabares por un juego. Esa temporada los azules fueron campeones.
52 Serie Nacional: el manager del «Cuba» y de Matanzas, Víctor Mesa, le arroja tierra en la cara a un árbitro en un partido en la Isla de la Juventud. El pelotero ídolo de muchos olvida su misión educativa y pierde los estribos. Medida: cinco partidos sin dirigir. Perdón, sin estar en la banca, porque siempre viajó con el equipo.
Mucho más cerca, en esta 53: el lanzador avileño Vladimir García no consigue superar sus complejos con Ramón Lunar, y apenas sale este a batear, le regala un pelotazo. Días después repite la dosis. En el primero, el árbitro de home es sancionado por apresurarse, en el segundo, es Lunar quien paga los platos rotos.
Pero en la ocasión que nos ocupa, la última, la Comisión sí actuó con rigor, y todo el aval del derecho de Corralillo, todos sus méritos fueron borrados de golpe y porrazo. El principal lanzador de Cuba ahora es un «mal ejemplo». Es cierto que un pelotazo a la cabeza es una acción antideportiva, lo dice el reglamento. Llevaba una medida, pero ¿acaso la adoptada? Quizás no.
Mas lo inexplicable, lo mil veces ilógico, es que aquel de apellido Valdés, que ni tiñe ni da color en ese Matanzas, solo haya sacado un año de castigo. Un hombre que salió claramente dispuesto a agredir a otro en un terreno de pelota. La Comisión Nacional no tiene cura, o sí, si dejara de ser como es hoy. Con sus «ejemplarizantes» medidas solo ha conseguido ser exagerada con uno y benevolente con el otro, y sigue alejando árbitros de la Serie.
Otra cosa queda clara, al «Matanzas» de Víctor Mesa empiezan a encajarle muy bien las piezas. Por x o y, le han quitado los trastos del camino. En cambio, al actual campeón de Cuba solo le han dejado dos opciones: rendirse ante tantos ataques o levantarse de cara a todas las tempestades. Apuesto por esta última.
Por: Mayli Estévez Pérez.