La Federación Venezolana de Béisbol (Fevebeisbol) confirmó que el lanzador Aníbal Sánchez, campeón en las Grandes Ligas del béisbol estadounidense en 2019, con los Nacionales de Washington, será uno de los jugadores de su selección en el preolímpico de béisbol de las Américas, que comenzará en la Florida, Estados Unidos, el próximo día 31.
Dada las características de ese torneo, en el cual cada partido cuenta, sobre todo el primero, no es de extrañar que, en el estreno de la plantilla venezolana ante la escuadra cubana, él sea el abridor.
Sánchez, quien en este momento estaba gestionando un nuevo contrato con alguno de los equipos de la MLB, tiene 37 años y una experiencia en la pelota norteamericana que se lee en 350 juegos lanzados, de ellos 327 en calidad de abridor. Durante esa trayectoria se le ha visto con los uniformes de los Marlins de Miami, Tigres de Detroit, Bravos de Atlanta y con el equipo que ganó la lid hace dos años.
Pero no solo será él quien tenga aval de ligamayorista en el conjunto de Venezuela, pues la propia Fevebeisbol acaba de anunciar que el receptor Robinson Chirinos estará en la nómina morocha.
Chirinos actualmente se encuentra activo en las ligas menores de los Yankees de Nueva York, para buscar retomar la forma física luego de una ausencia prolongada, debido a una lesión en su muñeca, pero mantiene el objetivo de ser llamado a las mayores. Ese equipo ya dio su consentimiento para que el enmascarado, de nueve años de labor en la MLB, pueda asistir al preolímpico.
Otra nota de Fevebeisbol da cuenta de que esa entidad espera la confirmación de los distintos permisos de otros peloteros que han sido solicitados para formar la selección de este evento.
Cuba, en tanto, continúa su preparación en Matanzas, bajo las órdenes de Armando Ferrer, y si Aníbal Sánchez es en definitiva la decisión para la apertura frente a Cuba, tendría que sacar todo su abolengo para enfrentar, casi seguro, al aguerrido Lázaro Blanco.
Se sabe, y no ahora, que este certamen será de los más complejos que ha enfrentado la Mayor de las Antillas, no porque su béisbol esté disminuido, pues materia prima hay en pos de la pelea; o por el nivel de los contrarios, que es cierto será elevado, sino porque todos los participantes solo cumplirían su objetivo si ganan la competencia. No sirve otro resultado para estar en Tokio. El segundo y el tercero, si bien no quedan eliminados de esa aspiración, el único consuelo que tendrían sería el de ir a otra justa clasificatoria, en Taipéi de China, en junio, con la misma característica: o ganan o adiós Japón.
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