Certero pitcheo de algunos punteros de las rotaciones, cuadrangulares importantes a la hora cero, alguna que otra sorpresa y lluvia, mucha lluvia en el Oriente cubano, matizaron la segunda jornada de la 54 Serie Nacional de Béisbol, en la cual debutaron la mayoría de las escuadras.
Si me preguntan lo más llamativo de la fecha vespertina me quedo con el arranque de los cienfuegueros y el ímpetu de los Gallos espirituanos, quienes dejaron en el camino a Villa Clara y Ciego de Ávila, respectivamente, dos novenas con arsenal suficiente para incluirse entre las ocho mejores del certamen.
Los serpentineros sureños rompieron todos los pronósticos y dejaron boquiabiertos a entendidos y seguidores del deporte de las bolas y los strikes, luego de completar nueve entradas sin permitir libertades a la ofensiva naranja, una de las más experimentadas y sólidas del país.
El abridor zurdo Yasiel Morales y los relevistas Carlos Damián Ramírez y Leorisbel Sánchez se combinaron para maniatar a la tropa de Ramón Moré, que solo carburó en el décimo episodio con par de anotaciones, pero dicha ventaja desapareció en un abrir y cerrar de ojos, a la hora de recoger los bates.
El patrullero Juan Miguel Soriano, sin suerte en parte de la tarde, se vistió de héroe y con dos compañeros en circulación despachó una línea feroz al derecho, que se voló las cercas y decretó el fuera de combate de los naranjas, que también contaron con un gran regreso del estelar Freddy Asiel Álvarez, intransitable durante siete capítulos en los que aceptó un sencillo y repartió cinco ponches.
No menos impresionante fue el despliegue espirituano en su valla, donde castigaron al diestro avileño Yander Guevara, quien soportó seis limpias, cinco de ellas remolcadas por dos vuelacercas de Liván Monteagudo, uno con la casa llena. Desde el box, Ismel Jiménez caminó con tranquilidad y se apuntó el éxito.
Cómoda también fue la sonrisa de los Cazadores artemiseños contra Isla de la Juventud, aunque los pineros salieron delante. Sin embargo, a partir del sexto los pupilos de Danny Valdespino pisaron ocho veces la goma y despejaron el camino de Yulieski González, auxiliado por Yunieski García, perfecto en tres episodios.
Por último, Danel Castro catapultó a los Leñadores tuneros en el debut con un sencillo impulsor en la duodécima entrada, punto y final a un extenso partido de casi cuatro horas en el que Camagüey se recuperó de la desventaja inicial pero no pudo rematar en el epílogo.
Se prendió el Latino
Con una aceptable concurrencia, el estadio Latinoamericano capitalino cobró vida nuevamente, ya con las modificaciones de los bullpen terminadas en su totalidad para beneplácito de los peloteros, quienes, en cambio, manifestaron su inquietud por la poca consistencia del cuadro.
“El terreno está un poco flojo todavía en el infield y cuando los jugadores pisan se hunden. Además, se corre el riesgo de un mal bound o de una lesión. Creo que con un poco de cilindro va a quedar mucho más firme”, aseguró Lázaro Vargas, mentor de Industriales.
Dicho asunto es comprensible, pues los trabajadores del parque apenas han tenido tiempo para regar la medialuna, remover la capa superior de la tierra y pasar el cilindro, tarea que se realizará con más calma a partir de la próxima semana, cuando los Azules salgan a su gira de cuatro subseries por las provincias orientales.
“El resto lo veo muy bien. Hay más espacio en los bancos, mayor protección a todos los jugadores, desde los infielders hasta los jardineros, favorecidos por el nuevo bullpen. Ahora ya no corren riesgos de tropezar con los montículos que habían en las antiguas áreas de calentamiento”, añadió el manager.
“Como inconveniente, faltan asientos en esa zona. Pudieron sumarle algunos para reunirnos todos los lanzadores allí y tener nuestro espacio, pues en el dogout no todos podemos sentarnos”, acotó el zurdo de los Leones, Pavel Pino.
Por su parte, Rigoberto Madera, director de Mayabeque, alabó la idea puesta en práctica en la capital y defendió la posibilidad de llevar a cabo las mismas modificaciones en otras provincias.
Si me preguntan lo más llamativo de la fecha vespertina me quedo con el arranque de los cienfuegueros y el ímpetu de los Gallos espirituanos, quienes dejaron en el camino a Villa Clara y Ciego de Ávila, respectivamente, dos novenas con arsenal suficiente para incluirse entre las ocho mejores del certamen.
Los serpentineros sureños rompieron todos los pronósticos y dejaron boquiabiertos a entendidos y seguidores del deporte de las bolas y los strikes, luego de completar nueve entradas sin permitir libertades a la ofensiva naranja, una de las más experimentadas y sólidas del país.
El abridor zurdo Yasiel Morales y los relevistas Carlos Damián Ramírez y Leorisbel Sánchez se combinaron para maniatar a la tropa de Ramón Moré, que solo carburó en el décimo episodio con par de anotaciones, pero dicha ventaja desapareció en un abrir y cerrar de ojos, a la hora de recoger los bates.
El patrullero Juan Miguel Soriano, sin suerte en parte de la tarde, se vistió de héroe y con dos compañeros en circulación despachó una línea feroz al derecho, que se voló las cercas y decretó el fuera de combate de los naranjas, que también contaron con un gran regreso del estelar Freddy Asiel Álvarez, intransitable durante siete capítulos en los que aceptó un sencillo y repartió cinco ponches.
No menos impresionante fue el despliegue espirituano en su valla, donde castigaron al diestro avileño Yander Guevara, quien soportó seis limpias, cinco de ellas remolcadas por dos vuelacercas de Liván Monteagudo, uno con la casa llena. Desde el box, Ismel Jiménez caminó con tranquilidad y se apuntó el éxito.
Cómoda también fue la sonrisa de los Cazadores artemiseños contra Isla de la Juventud, aunque los pineros salieron delante. Sin embargo, a partir del sexto los pupilos de Danny Valdespino pisaron ocho veces la goma y despejaron el camino de Yulieski González, auxiliado por Yunieski García, perfecto en tres episodios.
Por último, Danel Castro catapultó a los Leñadores tuneros en el debut con un sencillo impulsor en la duodécima entrada, punto y final a un extenso partido de casi cuatro horas en el que Camagüey se recuperó de la desventaja inicial pero no pudo rematar en el epílogo.
Se prendió el Latino
Con una aceptable concurrencia, el estadio Latinoamericano capitalino cobró vida nuevamente, ya con las modificaciones de los bullpen terminadas en su totalidad para beneplácito de los peloteros, quienes, en cambio, manifestaron su inquietud por la poca consistencia del cuadro.
“El terreno está un poco flojo todavía en el infield y cuando los jugadores pisan se hunden. Además, se corre el riesgo de un mal bound o de una lesión. Creo que con un poco de cilindro va a quedar mucho más firme”, aseguró Lázaro Vargas, mentor de Industriales.
Dicho asunto es comprensible, pues los trabajadores del parque apenas han tenido tiempo para regar la medialuna, remover la capa superior de la tierra y pasar el cilindro, tarea que se realizará con más calma a partir de la próxima semana, cuando los Azules salgan a su gira de cuatro subseries por las provincias orientales.
“El resto lo veo muy bien. Hay más espacio en los bancos, mayor protección a todos los jugadores, desde los infielders hasta los jardineros, favorecidos por el nuevo bullpen. Ahora ya no corren riesgos de tropezar con los montículos que habían en las antiguas áreas de calentamiento”, añadió el manager.
“Como inconveniente, faltan asientos en esa zona. Pudieron sumarle algunos para reunirnos todos los lanzadores allí y tener nuestro espacio, pues en el dogout no todos podemos sentarnos”, acotó el zurdo de los Leones, Pavel Pino.
Por su parte, Rigoberto Madera, director de Mayabeque, alabó la idea puesta en práctica en la capital y defendió la posibilidad de llevar a cabo las mismas modificaciones en otras provincias.