Harto de tantos equipos ideales, Todos Estrellas, publicados en estos meses de aislamiento social, unos ofensivos y otros por sus prestaciones al campo, pedimos a los estadísticos Benigno Daquinta y Yasser Vázquez sus novenas espectáculos en el tercer capítulo del dual meet que sostienen ambos en esta sección.

Regla número uno: nada de números. Regla número dos: jugadores de cualquier época. Regla número tres: que hayan quedado en el imaginario popular por sus jugadas, o sus gestos; que produjeran exclamación o sonrisa.

Y aquí está el resultado. Si con datos no hay consenso, menos lo habrá por apreciación, pero el reto nos devuelve personajes que han dejado huellas singulares en las temporadas cubanas.

Daquinta escogió a Juan Castro en la receptoría, Jorge Luis Toca (1B), Rey Vicente Anglada (2B), Rafael Orlando Acebey (3B), Germán Mesa (SS), Víctor Mesa (CF), Armando Capiró (LF) y Eddy Rojas (RF). Porfirio Pérez es su apuesta monticular y Norlis Concepción el bateador designado.

Evidentemente, las acciones defensivas influyeron más en su selección. A Acebey le decían el Pulpo en Villa Clara, coincidió en época con antesalistas que eran demoledores con el aluminio, pero mejor que él custodiando la esquina caliente, ninguno.

Porfirio pasó a la historia por sus heréticos movimientos sobre el box, más que por el juego de cero hit-cero carreras que lanzó. Hacía todo tipo de malabares con piernas y brazos antes de soltar la bola.  

Yasser, como buen santiaguero, prefirió ponderar la locura que desata un palo descomunal, aunque no pudo escapar al embrujo del brazo de un jardinero con dotes de semáforo monocromático.

Su cátcher es también pinareño, pero nada que ver con el estilo de Juanito. Escogió a Yosvani Peraza en esa posición y coincidió en el inicialista, no hay dudas de que Toca era un show con sus piernas elásticas, envidia de algunos bailarines.

Completó su equipo con Juan Padilla (2B) y Germán Mesa (SS), la combinación de película en medio del campo interior, y dejó para la esquina caliente a Gabriel Pierre (3B). El fornido santiaguero le pegaba con rabia a la bola y mandó unas cuantas al techo o más allá del Guillermón Moncada.

Las praderas se las dejó a VM32, acompañado de Romelio Martínez y Eddy Rojas. El Gordito de Bejucal no jugaba mucho al campo, pero nos recuerda Yasser que cogía y tiraba todo lo que su cuerpo le dejaba con un peculiar modo de correr. De Eddy, qué decir. Su brazo, como poquísimos en el béisbol cubano, era luz roja para corredores sin necesidad de mirar al coach.

Su pitcher es Maels Rodríguez, por aquello de que la gente llevaba K de cartón a los estadios para colgar la cuenta de ponches con su recta «rompemascotas». Norlis, escogido por ambos, siempre andaba con el uniforme color tierra por sus estrepitosas tiradas en primera base.

Quedaron para la historia y su selección, entre otros, el wind up de Manuel Alarcón enseñándole el número al bateador y los guantazos de Javier Méndez que cortaban la respiración por muy seguro que fuera su jamo.

En tiempos de retos en redes sociales, les proponemos este: arme su novena espectacular y si no tiene para completar un equipo, díganos nombres que quisiera incluir y por qué.