Luego de la paralización de los eventos deportivos a causa de la Covid-19, la mejor noticia que han recibido los aficionados cubanos es el inicio, el próximo 12 de septiembre, de la 60 Serie Nacional de Béisbol. Sin embargo, la noticia de que se jugará a puertas cerradas, puede que deje sin aliento a más de uno.
La medida responde a la situación epidemiológica que vive el país, para evitar el contagio del nuevo coronavirus, lo cual también obligó a rediseñar el calendario de competencias para que las acciones comiencen en la región oriental. Sin duda, la realización del campeonato es un reto que unirá a toda Cuba en torno al deporte nacional de esta.
La decisión de los organizadores de jugar sin público es algo que tiene bastante lógica, si tenemos en cuenta que el peligro de contraer la Covid-19 aún está latente en todo el territorio.
Ahora bien, esto traerá algunas limitaciones que afectarán a no pocos aficionados. Ante todo, está el tema de la capacidad que tiene la televisión para realizar más de una transmisión a día. Algo que obligará a los seguidores de sus respectivos equipos a instalarse al lado de los radios para seguir las incidencias de los partidos.
Un juego a puertas cerradas implica una cobertura más especializada por parte de los medios. Tal vez se podrían tomar iniciativas, como las transmisiones a través de los telecentros provinciales (por ejemplo, Teleturquino tiene su propio canal y su unidad de control remoto), tal y como se han realizado en otras ocasiones, y la difusión de los choques a través de las redes sociales como Facebook y YouTube. En este caso, en Santiago de Cuba hay muy buenas experiencias, como es el trabajo que realiza la productora televisiva LiaVideos, con sus habituales streaming.
Además, en lo deportivo, jugar sin el aliento del público puede que haga perder ventaja al equipo anfitrión, pues el contrincante no sentirá la presión que normalmente ejerce la grada.
Hay cosas que también se deben resaltar. En la 60 Serie Nacional los elencos exhibirán nuevos uniformes y a diferencia de otros años, al menos los del home-club tendrán en el identificador el nombre de la mascota representativa.
Peloteros, entrenadores y personal de apoyo usarán mascarillas en estadios, gimnasios, ómnibus de transportación y sedes de alojamiento. Las jornadas de trabajo también serán a puertas cerradas, no se desarrollarán topes de preparación entre los elencos, existirán controles médicos periódicos y los involucrados deberán cuidar la higiene en todo momento. Sí, son medidas extremas, para tiempos extremos.
El béisbol es un espectáculo deportivo y cultural que, como fenómeno social, aviva la pasión de la gente. Indudablemente, forma parte de la historia de Cuba y de la vida de las personas en esta isla caribeña.
Por eso lo esencial de realizar este evento aún en condiciones tan complicadas. Además, enfocado en mantener la audiencia desde el distanciamiento social. La Serie es un certamen largo, con un costo económico considerable y la mayor satisfacción es que, en medio de todo esto, se realizará. No nos tiene que gustar, pero es lo que hay. Así que esta vez no podremos despedirnos con el: “Nos vemos en el Guillermón” habitual. Ahora, más bien, les debo decir: cuídese y apoyemos a las Avispas desde la distancia.
La medida responde a la situación epidemiológica que vive el país, para evitar el contagio del nuevo coronavirus, lo cual también obligó a rediseñar el calendario de competencias para que las acciones comiencen en la región oriental. Sin duda, la realización del campeonato es un reto que unirá a toda Cuba en torno al deporte nacional de esta.
La decisión de los organizadores de jugar sin público es algo que tiene bastante lógica, si tenemos en cuenta que el peligro de contraer la Covid-19 aún está latente en todo el territorio.
Ahora bien, esto traerá algunas limitaciones que afectarán a no pocos aficionados. Ante todo, está el tema de la capacidad que tiene la televisión para realizar más de una transmisión a día. Algo que obligará a los seguidores de sus respectivos equipos a instalarse al lado de los radios para seguir las incidencias de los partidos.
Un juego a puertas cerradas implica una cobertura más especializada por parte de los medios. Tal vez se podrían tomar iniciativas, como las transmisiones a través de los telecentros provinciales (por ejemplo, Teleturquino tiene su propio canal y su unidad de control remoto), tal y como se han realizado en otras ocasiones, y la difusión de los choques a través de las redes sociales como Facebook y YouTube. En este caso, en Santiago de Cuba hay muy buenas experiencias, como es el trabajo que realiza la productora televisiva LiaVideos, con sus habituales streaming.
Además, en lo deportivo, jugar sin el aliento del público puede que haga perder ventaja al equipo anfitrión, pues el contrincante no sentirá la presión que normalmente ejerce la grada.
Hay cosas que también se deben resaltar. En la 60 Serie Nacional los elencos exhibirán nuevos uniformes y a diferencia de otros años, al menos los del home-club tendrán en el identificador el nombre de la mascota representativa.
Peloteros, entrenadores y personal de apoyo usarán mascarillas en estadios, gimnasios, ómnibus de transportación y sedes de alojamiento. Las jornadas de trabajo también serán a puertas cerradas, no se desarrollarán topes de preparación entre los elencos, existirán controles médicos periódicos y los involucrados deberán cuidar la higiene en todo momento. Sí, son medidas extremas, para tiempos extremos.
El béisbol es un espectáculo deportivo y cultural que, como fenómeno social, aviva la pasión de la gente. Indudablemente, forma parte de la historia de Cuba y de la vida de las personas en esta isla caribeña.
Por eso lo esencial de realizar este evento aún en condiciones tan complicadas. Además, enfocado en mantener la audiencia desde el distanciamiento social. La Serie es un certamen largo, con un costo económico considerable y la mayor satisfacción es que, en medio de todo esto, se realizará. No nos tiene que gustar, pero es lo que hay. Así que esta vez no podremos despedirnos con el: “Nos vemos en el Guillermón” habitual. Ahora, más bien, les debo decir: cuídese y apoyemos a las Avispas desde la distancia.
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