Aquellos que vimos el espíritu ganador de los Tigres avileños en su patio durante la inauguración de la presente Serie Nacional, jamás imaginamos que en menos de una semana los vigentes monarcas del torneo fueran barridos en su primera subserie. Y tampoco que el equipo de Mayabeque, toda una incógnita antes de la campaña, se encargara de pasar esa escoba.
Pero los muchachos de Rigoberto Madera hicieron lo justo para cocer la noticia. En otro juego cerradito, respondieron al zarpazo de dos carreras en la entrada inicial con un racimo de tres en el mismo capítulo, suficientes para expulsar del box a Osmar Carrero. Y luego remontaron otra desventaja de dos en el octavo episodio, en el que el relevista Lázaro Santana no pudo escapar de la derrota.
Inesperada también resultó la «pollona» encajada por Villa Clara en su paso por la Isla de la Juventud, y muchos nos quedamos esperando la presentación de Freddy Asiel Álvarez que nunca sucedió. Sin embargo, el gran problema de los Naranjas fue la escasa oportunidad ofensiva —dejaron 13 hombres en bases—, pues los 12 imparables alcanzaban para más de tres carreras. Volvió a responderle a Johnson el pitcheo de segunda línea, y ya Danny Aguilera lleva dos salvados en igual cantidad de apariciones.
Las otras dos barridas se veían venir. La candidatura de Matanzas parece que va en serio, pues además de su eficiente bateo, los lanzadores han respondido en los tres primeros retos. Queda por ver qué sucederá cuando enfrenten a equipos de mayor calado que el holguinero.
Por su parte, Granma dejó más claro —si eso fuera posible— que a la tropa santiaguera le queda mucho camino por delante en el trayecto para regresar a planos estelares. Esta vez no tuvo que venir de abajo para apuntarse su tercer triunfo de la justa.
Finalmente, Guantánamo pudo frenar justo antes del abismo que se abría en su patio, y todo gracias a la labor combinada de José Luis Moulín y Yonder Gamboa, quienes lograron espaciar los siete hits de Industriales para permitirles una solitaria anotación.
El único pulso que faltaba por definir era el de Artemisa-Camagüey, y este se inclinó hacia los anfitriones agramontinos después de un juego definido por la mínima diferencia.
Al cierre, los Gallos espirituanos aspiraban a convertirse en el quinto equipo invicto del inicio de campaña, algo no muy difícil, visto que ya se quitaron de encima a los principales lanzadores cienfuegueros. Pero ya sabemos que de sorpresas estuvo empedrado este primer tramo.
Pero los muchachos de Rigoberto Madera hicieron lo justo para cocer la noticia. En otro juego cerradito, respondieron al zarpazo de dos carreras en la entrada inicial con un racimo de tres en el mismo capítulo, suficientes para expulsar del box a Osmar Carrero. Y luego remontaron otra desventaja de dos en el octavo episodio, en el que el relevista Lázaro Santana no pudo escapar de la derrota.
Inesperada también resultó la «pollona» encajada por Villa Clara en su paso por la Isla de la Juventud, y muchos nos quedamos esperando la presentación de Freddy Asiel Álvarez que nunca sucedió. Sin embargo, el gran problema de los Naranjas fue la escasa oportunidad ofensiva —dejaron 13 hombres en bases—, pues los 12 imparables alcanzaban para más de tres carreras. Volvió a responderle a Johnson el pitcheo de segunda línea, y ya Danny Aguilera lleva dos salvados en igual cantidad de apariciones.
Las otras dos barridas se veían venir. La candidatura de Matanzas parece que va en serio, pues además de su eficiente bateo, los lanzadores han respondido en los tres primeros retos. Queda por ver qué sucederá cuando enfrenten a equipos de mayor calado que el holguinero.
Por su parte, Granma dejó más claro —si eso fuera posible— que a la tropa santiaguera le queda mucho camino por delante en el trayecto para regresar a planos estelares. Esta vez no tuvo que venir de abajo para apuntarse su tercer triunfo de la justa.
Finalmente, Guantánamo pudo frenar justo antes del abismo que se abría en su patio, y todo gracias a la labor combinada de José Luis Moulín y Yonder Gamboa, quienes lograron espaciar los siete hits de Industriales para permitirles una solitaria anotación.
El único pulso que faltaba por definir era el de Artemisa-Camagüey, y este se inclinó hacia los anfitriones agramontinos después de un juego definido por la mínima diferencia.
Al cierre, los Gallos espirituanos aspiraban a convertirse en el quinto equipo invicto del inicio de campaña, algo no muy difícil, visto que ya se quitaron de encima a los principales lanzadores cienfuegueros. Pero ya sabemos que de sorpresas estuvo empedrado este primer tramo.