Intensidad, rigor, movilidad, ímpetu, rotaciones... Así pudiera definirse la dinámica del conjunto cubano que desde el pasado lunes entrena en el estadio Latinoamericano con la vista puesta en el inminente Tercer Clásico Mundial de Béisbol, principal desafío en el universo de las bolas y los strikes actualmente.
Con Víctor Mesa y Jorge Fuentes al mando, los 36 preseleccionados entran en calor al compás de un sinfín de variantes tácticas, enfocadas en pulir cualquier deficiencia que pueda lastrar el rendimiento de la novena en una lid con muy poco margen de error, en la cual la anticipación y la correcta interpretación del juego serán armas de gran alcance.
Bien oportunas parecen las inclusiones de bateadores de poder —entiéndase Yosvani Peraza y Yasmani Tomás—, otros de buen tacto al estilo de Yordan Manduley y Stayler Hernández, así como Raúl González, hombre muy versátil para el infield.
Peraza impulsó a Pinar del Río a la clasificación con una feroz producción en el tercio conclusivo de la campaña, en el que bateó 388 con cinco cuadrangulares y 19 remolques, el mejor del torneo en ese periodo.
Otro aliciente resulta la decisión del colectivo técnico de dar la titularidad a Eriel Sánchez en la receptoría, estrategia a tono con los preceptos del béisbol moderno, en el que prevalece la ofensiva, como puede percibirse, por ejemplo, en la novena de Estados Unidos, cuyo máscara regular, Joe Mauer, solo capturó a nueve de los 65 hombres que le salieron al robo en la última temporada de las Ligas Mayores, pero promedió 319 con 85 remolques.
El resto de los toleteros incluidos tuvo un rendimiento de altura, válido para entrar en el plantel, que según Mesa deberá concentrarse en dar el jit en el momento oportuno en aras de fabricar las carreras necesarias para respaldar a los lanzadores.
Precisamente, buenas movidas en el staff. Yadier Pedroso puede aportar tanto en la rotación como en el bullpen dadas sus considerables armas, Diosdani Castillo, de excelente desempeño en la Nacional, es el serpentinero lateral de que adolecía el conjunto, mientras Yasmani Hernández Romero y Leandro Martínez llegan para reforzar justo lo que parece el talón de Aquiles del plantel, el pitcheo zurdo.
Con Víctor Mesa y Jorge Fuentes al mando, los 36 preseleccionados entran en calor al compás de un sinfín de variantes tácticas, enfocadas en pulir cualquier deficiencia que pueda lastrar el rendimiento de la novena en una lid con muy poco margen de error, en la cual la anticipación y la correcta interpretación del juego serán armas de gran alcance.
Bien oportunas parecen las inclusiones de bateadores de poder —entiéndase Yosvani Peraza y Yasmani Tomás—, otros de buen tacto al estilo de Yordan Manduley y Stayler Hernández, así como Raúl González, hombre muy versátil para el infield.
Peraza impulsó a Pinar del Río a la clasificación con una feroz producción en el tercio conclusivo de la campaña, en el que bateó 388 con cinco cuadrangulares y 19 remolques, el mejor del torneo en ese periodo.
Otro aliciente resulta la decisión del colectivo técnico de dar la titularidad a Eriel Sánchez en la receptoría, estrategia a tono con los preceptos del béisbol moderno, en el que prevalece la ofensiva, como puede percibirse, por ejemplo, en la novena de Estados Unidos, cuyo máscara regular, Joe Mauer, solo capturó a nueve de los 65 hombres que le salieron al robo en la última temporada de las Ligas Mayores, pero promedió 319 con 85 remolques.
El resto de los toleteros incluidos tuvo un rendimiento de altura, válido para entrar en el plantel, que según Mesa deberá concentrarse en dar el jit en el momento oportuno en aras de fabricar las carreras necesarias para respaldar a los lanzadores.
Precisamente, buenas movidas en el staff. Yadier Pedroso puede aportar tanto en la rotación como en el bullpen dadas sus considerables armas, Diosdani Castillo, de excelente desempeño en la Nacional, es el serpentinero lateral de que adolecía el conjunto, mientras Yasmani Hernández Romero y Leandro Martínez llegan para reforzar justo lo que parece el talón de Aquiles del plantel, el pitcheo zurdo.