En cuestión de 48 horas regresará la 54 Serie Nacional de Béisbol, luego de más de un mes de inactividad por los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, México, donde la selección cubana cumplió con los pronósticos y triunfó.
El murmullo respecto a las posibilidades de clasificación de cada conjunto no se ha detenido en este tiempo, y de reojo los aficionados, calculadora en mano, han sacado cuentas de las victorias y derrotas que pueden permitirse las novenas para anclar entre los ocho de cabecera.
Y lo cierto es que el panorama no luce muy despejado que digamos. Salvo Matanzas, Granma y Artemisa —todos con balance positivo y un rendimiento muy estable hasta el parón—, el resto de las escuadras tienen la clasificación pendiendo de un hilo, algunas con calendarios muy veleidosos en la recta final.
Tal es el caso de Villa Clara, que afrontará íntegramente el tramo decisivo en la carretera, donde hasta el momento exhiben performance parejo en 12 partidos. Igual de complicado será el trayecto de Ciego de Ávila, con Pinar del Río, Artemisa, los Naranjas e Industriales de oponentes en los cuatro compromisos venideros.
El reverso de la moneda en lo que a cronograma se refiere son Holguín y Santiago de Cuba, elencos que jugarán tres subseries en su patio, escenario idóneo en cada caso para recuperar la desventaja que los tiene ahora fuera de la segunda ronda.
Similar es el caso de Camagüey, aunque sus nueve desafíos en el Cándido González representan apenas un bálsamo, pues se encuentran ya demasiado alejados del octavo escaño, al igual que Mayabeque, a mi juicio dos novenas sin posibilidades de revertir su destino.
Por otra parte, la gran duda en este reinicio es si los pinareños, actuales monarcas, lograrán mantener el paso triunfal de las últimas jornadas, en las que eslabonaron una cadena victoriosa que los sacó del fondo de la tabla, algo muy probable si tenemos en cuenta la profundidad de su pitcheo y la calidad de un núcleo consolidado a lo largo de varias temporadas.
Como vemos, todavía hasta 14 escuadras presentan opciones reales de clasificación, aunque yo, particularmente, me inclino por Matanzas, Granma, Artemisa, Ciego de Ávila, Isla de la Juventud, Industriales, Villa Clara y Pinar del Río, sin distinción de orden.
Para todos los implicados será de vital importancia la incorporación de los monarcas en Veracruz, pues su aporte tendrá una incidencia notable en el trayecto de cada escuadra. Sobre este asunto, así como la preparación durante el impasse de algunas escuadras volveremos en las próximas jornadas.
El murmullo respecto a las posibilidades de clasificación de cada conjunto no se ha detenido en este tiempo, y de reojo los aficionados, calculadora en mano, han sacado cuentas de las victorias y derrotas que pueden permitirse las novenas para anclar entre los ocho de cabecera.
Y lo cierto es que el panorama no luce muy despejado que digamos. Salvo Matanzas, Granma y Artemisa —todos con balance positivo y un rendimiento muy estable hasta el parón—, el resto de las escuadras tienen la clasificación pendiendo de un hilo, algunas con calendarios muy veleidosos en la recta final.
Tal es el caso de Villa Clara, que afrontará íntegramente el tramo decisivo en la carretera, donde hasta el momento exhiben performance parejo en 12 partidos. Igual de complicado será el trayecto de Ciego de Ávila, con Pinar del Río, Artemisa, los Naranjas e Industriales de oponentes en los cuatro compromisos venideros.
El reverso de la moneda en lo que a cronograma se refiere son Holguín y Santiago de Cuba, elencos que jugarán tres subseries en su patio, escenario idóneo en cada caso para recuperar la desventaja que los tiene ahora fuera de la segunda ronda.
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