Con una magistral dirección de Sandor Guido y un trabajo efectivo de su cuerpo de lanzadores, la selección de Nicaragua de menores de 23 años derrotó a su similar de Cuba con estrecho margen 1-0 para completar su invicto y apodarse por primera vez en su historia del trofeo panamericano de la categoría.
Guido, timonel ganador en la liga profesional de su país, volvió a colocarles en el box a los antillanos a un zurdo especializado en relevos como lo hizo en la fase clasificatoria y los resultados fueron idénticos.
Sheyder Garcia, motivado por la fanaticada que colmó el estadio Denis Martínez, mantuvo inmaculado el casillero de las carreras permitidas durante las 5.1 entradas que duró su actuación, tolerando seis indiscutibles y ponchando a tres rivales para llevarse el éxito y demostrar con hechos que su tropa fue la mejor de este torneo pre mundialista.
Los discípulos de Eriel Sánchez no pudieron hacer efectiva su venganza y aunque conectaron un par de imparables más que sus adversarios y jugaron al campo sin erratas, fueron incapaces de producir con corredores en las almohadillas durante todo el desafío.
Yankiel Mauri cumplió a cabalidad con las expectativas y caminó todo el trayecto repartiendo seis ponches con solo cuatro sencillos permitidos, pero llegó al out 21 esperando el apoyo de la caballería ofensiva que nunca llegó.
La única anotación del choque se fabricó cerrando el tercer episodio cuando después de un boleto, Isaac Benard y Jesús López dispararon cañonazos consecutivos.
La mitad de los imparables de la armada cubana salieron de las muñecas del indetenible César Prieto, en noche perfecta al no fallar en sus tres turnos al cajón de bateo.
A pesar de esta derrota, tanto los jugadores como el cuerpo técnico de nuestra selección, merecen una ovación de los aficionados por cumplir su objetivo de asegurar un cupo mundialista y por darnos esos pequeños momentos de esperanza y aliento que tanto necesita el béisbol cubano de la actualidad.
Si partimos del hecho que solo el equipo pinolero entre todos los contendientes pudo dominarlos, que Nicaragua es un país donde gracias a su liga profesional se ha desarrollado mucho en los últimos tiempos, y que cayeron peleando hasta el último segundo de la competencia; hay que darle el crédito a esos muchachos y aceptar con humildad la derrota.
Nada que criticar al director cubano en su primera incursión en la arena internacional, siempre respetando los principios básicos de este deporte y siendo consecuente con su estrategia de juego y con sus planes sobre el terreno, con sustituciones efectivas, alineaciones bien diseñadas y respeto total por la rotación de lanzadores y por las funciones específicas de cada uno de ellos.
Los Nicas fueron sin dudas el mejor conjunto sobre la grama en esta competencia y la victoria es más que merecida. Nos vemos en el estadio.
Guido, timonel ganador en la liga profesional de su país, volvió a colocarles en el box a los antillanos a un zurdo especializado en relevos como lo hizo en la fase clasificatoria y los resultados fueron idénticos.
Sheyder Garcia, motivado por la fanaticada que colmó el estadio Denis Martínez, mantuvo inmaculado el casillero de las carreras permitidas durante las 5.1 entradas que duró su actuación, tolerando seis indiscutibles y ponchando a tres rivales para llevarse el éxito y demostrar con hechos que su tropa fue la mejor de este torneo pre mundialista.
Los discípulos de Eriel Sánchez no pudieron hacer efectiva su venganza y aunque conectaron un par de imparables más que sus adversarios y jugaron al campo sin erratas, fueron incapaces de producir con corredores en las almohadillas durante todo el desafío.
Yankiel Mauri cumplió a cabalidad con las expectativas y caminó todo el trayecto repartiendo seis ponches con solo cuatro sencillos permitidos, pero llegó al out 21 esperando el apoyo de la caballería ofensiva que nunca llegó.
La única anotación del choque se fabricó cerrando el tercer episodio cuando después de un boleto, Isaac Benard y Jesús López dispararon cañonazos consecutivos.
La mitad de los imparables de la armada cubana salieron de las muñecas del indetenible César Prieto, en noche perfecta al no fallar en sus tres turnos al cajón de bateo.
A pesar de esta derrota, tanto los jugadores como el cuerpo técnico de nuestra selección, merecen una ovación de los aficionados por cumplir su objetivo de asegurar un cupo mundialista y por darnos esos pequeños momentos de esperanza y aliento que tanto necesita el béisbol cubano de la actualidad.
Si partimos del hecho que solo el equipo pinolero entre todos los contendientes pudo dominarlos, que Nicaragua es un país donde gracias a su liga profesional se ha desarrollado mucho en los últimos tiempos, y que cayeron peleando hasta el último segundo de la competencia; hay que darle el crédito a esos muchachos y aceptar con humildad la derrota.
Nada que criticar al director cubano en su primera incursión en la arena internacional, siempre respetando los principios básicos de este deporte y siendo consecuente con su estrategia de juego y con sus planes sobre el terreno, con sustituciones efectivas, alineaciones bien diseñadas y respeto total por la rotación de lanzadores y por las funciones específicas de cada uno de ellos.
Los Nicas fueron sin dudas el mejor conjunto sobre la grama en esta competencia y la victoria es más que merecida. Nos vemos en el estadio.
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