A pesar de un incierto comienzo, la novena de Matanzas superó a la de Villa Clara 5-2 en el primer partido de la semifinal. Este viernes se enfrentarán Pinar del Río e Industriales.

Los Cocodrilos matanceros mordieron bien temprano. Y lo hicieron porque han demostrado como ningún otro equipo en esta campaña que saben venir de abajo, desde la profundidad del pizarrón, y liquidar a sus víctimas con todas sus armas, que no son pocas. Villa Clara, su verdugo de hace un año en la final, fue ahora la primera víctima en probar ese letal ataque, que le permitió primero acortar diferencias, y luego alegrar a su público con el éxito inicial en la postemporada.

Como se esperaba, el Victoria de Girón yumurino se colmó de esa entusiasta afición que, como muchos y sin importar preferencias, reconoce que en ningún torneo precedente los discípulos de Víctor Mesa fueron, como ahora, los grandes candidatos al trono.

Tal vez las cosas no comenzaron como todos esperaban, pues mientras el abridor Yoanni Yera perdía la brújula y regalaba par de boletos con las bases llenas, el también zurdo Robelio Carrillo dominaba sin contratiempos a la batería local durante el primer tercio de juego.

Pero en el cuarto episodio, Yadiel Hernández no reparó en teorías preconcebidas y conectó su primer vuelacercas de la noche para acortar distancias. Y dos entradas más tarde, el alto mando Naranja prefirió que Carrillo volviera a lanzarle con la primera base desocupada, y el jardinero matancero demostró que atraviesa un momento inmejorable despachando otro cuadrangular, esta vez para poner en ventaja a los suyos.

Dada como es la novena matancera a aprovechar las equivocaciones de sus rivales, volvió a sacar partido del desliz del relevista Alain Tamayo, quien eligió cambiarle la velocidad a un lanzamiento frente a Eriel Sánchez, y el batazo terminó más allá de los límites del terreno.

Con esos tres batazos, tan largos como oportunos, Matanzas hizo su historia. También gracias a la efectividad de sus lanzadores de segunda línea, movidos con precisión quirúrgica para minimizar los daños. Si consistente resultó el rescate del «importado» granmense Lázaro Blanco durante poco más de cinco entradas de actuación, notables apariciones tuvieron Noel Ortiz y Félix Fuentes cuando fueron necesarios sus mejores servicios.

Frente a ellos la tanda de los Azucareros pudo hacer muy poco, para no decir nada. Blanco ponchó a cuatro de los primeros cinco bateadores que se enfrentó. Ortiz cumplió con solvencia la misión de dominar a los dos zurdos que enfrentó, y Fuentes cerró la pinza sin contratiempos para apuntarse el salvamento de la noche.

De tal forma, los Cocodrilos dieron el importante primer paso en sus aspiraciones de cumplir esta vez el sueño dilatado de encumbrarse en la pelota cubana. Esta noche, ambos equipos volverán a saltar sobre la grama del embellecido estadio matancero para protagonizar otro excelente duelo.

Esta vez el alto mando local pudiera depender de los envíos del diestro Joel Suárez, una carta de bastante fiabilidad a pesar de las discretas aperturas que tuvo durante la segunda mitad del campeonato. En su defecto estaría disponible el tunero Yoelkis Cruz, otro derecho que bastante aportó a la causa matancera desde que se sumó a sus filas para apuntalar su staff de abridores.

Por la tropa visitante, el estratega Ramón Moré tendría la opción de acudir a los servicios del zurdo Yasmani Hernández Romero, quien terminó con el mejor promedio de carreras limpias en toda la etapa regular.

Pero antes de este enfrentamiento, en la provincia más occidental de la Isla los equipos de Pinar del Río e Industriales romperán hostilidades en busca del otro boleto finalista. Nadie duda de que el mánager vueltabajero suba al box al derecho Yosvani Torres, máximo ganador de la etapa clasificatoria, con 15 éxitos. Mientras, el timonel capitalino Lázaro Vargas deberá decidirse entre el refuerzo cienfueguero Noelvis Entenza o su as monticular, el también diestro Frank Montieth.