Por primera vez en la historia, hasta la Cueva de los Piratas viaja la final de la pelota cubana para que hoy volvamos a ver a los héroes de esta batalla, convertida en fiesta nacional. Ciego de Ávila visita a Nueva Gerona, una ciudad encantada por su equipo de béisbol, que ha hecho de ella una plaza invencible.
Y los Tigres, el seleccionado más completo, el de mejor rendimiento y funcionamiento de la segunda etapa de la lid, llegan a tratar de agenciarse la victoria este lunes y con ello irse arriba en la final.
La encomienda de La Isla en su misión avileña de viernes y sábado pasados era, precisamente, dividir en calidad de visitador y buscar inclinar el cotejo en su Cristóbal Labra, donde todos los conjuntos de la actual temporada se reducen ante el hechizo del home club.
La expedición anterior de los avileños a la cueva zozobró, pues fueron tres las batallas perdidas por los tigres en este territorio pinero.
¿Y qué más se puede decir de los isleños? Si hay algo más que agregar sería, que la Isla de la Juventud es lo mejor que le ha pasado a la 54 Serie Nacional que estamos a punto de despedir. Ha demostrado cómo se puede ganar y dar espectáculo con una plantilla en la cual no aparecen nombres de abolengo ni de grandes historiales en lides internacionales.
Los Piratas han hecho grande al béisbol con un juego tan sencillo como hermoso, en el cual jamás decae la aspiración de vencer. Se trata, en esencia, de un juego eficiente al que no le sobra nada, pero tampoco le falta. Michel Enríquez es la gran figura, el líder, pero lo mismo son el octavo o el noveno al bate los que deciden, que un squeeze play en el momento justo o una jugada a lo Alfredo Rodríguez, que para muchos comienza a llenar el vacío del campo corto. A lo mejor exagero, pero como se me parece a Germán Mesa.
Además están preñados de sensibilidad, porque la sed de victoria es noble en los peloteros de la Isla. Le pregunté a Jorge L. Barcelán, el sábado ¿cómo ha hecho para encarar el momento decisivo? Le tocó en Matanzas en el sexto y último partido cuando pegó doble y ahora en el segundo de esta final, al sacar de juego a los avileños con jonrón de dos carreras en el octavo.
“Un pelotero siempre quiere esos momentos y se te llegan en la postemporada y cumples, el pecho se te quiere abrir de tanta emoción”, dijo el Torito ante los periodistas con ese mismo pecho desbordado, que le tomó la voz y le inyectó el lagrimal, porque el mismo sentimiento del terreno, estos hombres lo llevan de traje sobre su humanidad.
Creo que si alguien ilustró en toda su magnitud lo que viene haciendo la tropa pirata, fue el mentor de Ciego de Ávila.
Roger Machado fue un jugador fogoso, nunca estaba perdido; en calidad de director es aguerrido, atrevido y ha sido capaz de transformar un grupo de hombres en una maquinaria de hacer béisbol.
“Será una serie final muy difícil, sé lo que es un equipo inspirado, conozco bien a los hombres cuando el objetivo es el de un colectivo y no su aspiración individual. Así veo a la Isla y estoy pensando en un play off que tranquilamente se iría a siete encuentros”, dijo Machado.
Como él, sus tigres tampoco se dan por vencidos; una muestra fue el noveno episodio del sábado cuando salieron a pelear como fieras enjauladas. “Contamos con un plantel muy combativo, eso es lo bonito que tendrá esta serie, porque nosotros no vamos a ceder ni un centímetro. Nuestros peloteros han salido de momentos muy complejos y aquí los ves, triunfantes”.
No le falta razón a Roger, su equipo pasó de un agónico final de la primera etapa, hasta el mejor elenco de la campaña y por eso merecedor de esta final junto a la Isla de la Juventud.
Posdata: Ya no solo es Nueva Gerona la que asegura el trabajo de la prensa para poder informar al pueblo, Ciego de Ávila saldó su deuda y con creces, con un cómodo, moderno y atento centro de prensa en su telecentro.
Y los Tigres, el seleccionado más completo, el de mejor rendimiento y funcionamiento de la segunda etapa de la lid, llegan a tratar de agenciarse la victoria este lunes y con ello irse arriba en la final.
La encomienda de La Isla en su misión avileña de viernes y sábado pasados era, precisamente, dividir en calidad de visitador y buscar inclinar el cotejo en su Cristóbal Labra, donde todos los conjuntos de la actual temporada se reducen ante el hechizo del home club.
La expedición anterior de los avileños a la cueva zozobró, pues fueron tres las batallas perdidas por los tigres en este territorio pinero.
¿Y qué más se puede decir de los isleños? Si hay algo más que agregar sería, que la Isla de la Juventud es lo mejor que le ha pasado a la 54 Serie Nacional que estamos a punto de despedir. Ha demostrado cómo se puede ganar y dar espectáculo con una plantilla en la cual no aparecen nombres de abolengo ni de grandes historiales en lides internacionales.
Los Piratas han hecho grande al béisbol con un juego tan sencillo como hermoso, en el cual jamás decae la aspiración de vencer. Se trata, en esencia, de un juego eficiente al que no le sobra nada, pero tampoco le falta. Michel Enríquez es la gran figura, el líder, pero lo mismo son el octavo o el noveno al bate los que deciden, que un squeeze play en el momento justo o una jugada a lo Alfredo Rodríguez, que para muchos comienza a llenar el vacío del campo corto. A lo mejor exagero, pero como se me parece a Germán Mesa.
Además están preñados de sensibilidad, porque la sed de victoria es noble en los peloteros de la Isla. Le pregunté a Jorge L. Barcelán, el sábado ¿cómo ha hecho para encarar el momento decisivo? Le tocó en Matanzas en el sexto y último partido cuando pegó doble y ahora en el segundo de esta final, al sacar de juego a los avileños con jonrón de dos carreras en el octavo.
“Un pelotero siempre quiere esos momentos y se te llegan en la postemporada y cumples, el pecho se te quiere abrir de tanta emoción”, dijo el Torito ante los periodistas con ese mismo pecho desbordado, que le tomó la voz y le inyectó el lagrimal, porque el mismo sentimiento del terreno, estos hombres lo llevan de traje sobre su humanidad.
Creo que si alguien ilustró en toda su magnitud lo que viene haciendo la tropa pirata, fue el mentor de Ciego de Ávila.
Roger Machado fue un jugador fogoso, nunca estaba perdido; en calidad de director es aguerrido, atrevido y ha sido capaz de transformar un grupo de hombres en una maquinaria de hacer béisbol.
“Será una serie final muy difícil, sé lo que es un equipo inspirado, conozco bien a los hombres cuando el objetivo es el de un colectivo y no su aspiración individual. Así veo a la Isla y estoy pensando en un play off que tranquilamente se iría a siete encuentros”, dijo Machado.
Como él, sus tigres tampoco se dan por vencidos; una muestra fue el noveno episodio del sábado cuando salieron a pelear como fieras enjauladas. “Contamos con un plantel muy combativo, eso es lo bonito que tendrá esta serie, porque nosotros no vamos a ceder ni un centímetro. Nuestros peloteros han salido de momentos muy complejos y aquí los ves, triunfantes”.
No le falta razón a Roger, su equipo pasó de un agónico final de la primera etapa, hasta el mejor elenco de la campaña y por eso merecedor de esta final junto a la Isla de la Juventud.
Posdata: Ya no solo es Nueva Gerona la que asegura el trabajo de la prensa para poder informar al pueblo, Ciego de Ávila saldó su deuda y con creces, con un cómodo, moderno y atento centro de prensa en su telecentro.