Foto: Ricardo López HeviaAún sin estar en su mejor forma, cualquiera de los ocho clasificados correría el riesgo con el estelar Yadier Pedroso.

Sustentado en dicha teoría, me aventuro a examinar el pitcheo de la 52 Serie Nacional, teniendo en cuenta que el venidero domingo los managers de los ocho equipos clasificados a la segunda fase dirimirán una minuciosa partida de ajedrez para escoger a los refuerzos de sus conjuntos.

Con una mirada somera a los primeros 45 juegos de las dos últimas temporadas, percibimos que en la más reciente lid los lanzadores experimentaron una mejoría radical: la efectividad pasó de 5,75 a 3,64, el average ofensivo de 281 a 267 y el promedio de hombres embasados en cada entrada (WHIP) de 1,93 a 1,40.

Ahora, tal recuperación reflejada en los guarismos no debe cegarnos al punto de pensar que los clasificados no necesitan demasiados refuerzos en sus respectivos bullpens, pues en la segunda ronda todas las alineaciones cargarán dinamita y quien no posea un staff sólido puede despedirse de antemano de la lucha por la corona.

Como es lógico, las necesidades son diversas, algunos pedirán abridores por encima de los relevistas y otros lo harán a la inversa, aunque siempre sobre la máxima de tener hombres capacitados para aguantar la presión en pleitos cerrados, que sean capaces de sostener ventajas o realizar salidas de calidad.

Por ejemplo, los espirituanos, líderes de la primera vuelta, mostraron un rendimiento parejo tanto en la rotación (20 triunfos y 11 derrotas) como en sus taponeros (10 éxitos y 17 salvamentos), pero a las claras precisan de un cuarto abridor que acompañe a Ismel Jiménez, Ángel Peña y Noelvis Hernández, ya que el resto de los experimentos no rindieron los frutos esperados para los Gallos.

Con sus hombres habituales, la rotación de Cienfuegos parece redondeada con Norberto González, Noelvis Entenza, Jorge Hernández y Yuniel Leyva, ganadores de 21 desafíos, solo que Iday Abréu, tras priorizar un complemento para Osvaldo Arias en la receptoría y un intermedista, no dudará en llevarse otro as, aunque los relevos son su principal dolor de cabeza.

Si bien los Elefantes encabezaron los juegos salvados (17), sus intermedios no rindieron a la altura, sobre todo ante zurdos, que les promediaron 295 con 21 extrabases, por lo que la dirección sureña andará a la caza de un lanzador de la "mano equivocada".

Similar demanda en este sentido tendrá Industriales, tal vez el plantel que más lanzadores requiera para afrontar con garantías la etapa decisiva, pues de todos los clasificados fue el único que no se incluyó entre los ocho punteros del pitcheo. Solo dos zurdos de cierto nivel presentan los Azules —Pavel Pino y Yoandry Portal—, que además solicitarán dos abridores en pos de respaldar a Odrisamer Despaigne, Frank Montieth y Antonio Baró, una revelación que enfrentará un reto mayúsculo frente a baterías con mucha pólvora.

No menos intentará acaparar Matanzas, aunque deberá priorizar un torpedero, un receptor y un cuarto bate. Los yumurinos necesitan un puntero en su rotación y también relevistas seguros que logren sacar el out en el momento cumbre, alguien al estilo de Carlos Juan Viera o Yormani Socarrás, por solo mencionar dos.

Isla de la Juventud clama por abridores, pues los suyos solo alcanzaron 13 éxitos, siete de ellos a la cuenta de Wilber Pérez, quien además sumó dos sonrisas como relevista. Precisamente, el bullpen de los pineros brilló con luz propia (13 ganados y dos tropiezos) pese a la inexperiencia de casi todos sus exponentes y la ausencia del cerrador Danny Aguilera, aunque la etapa definitoria será una prueba mayor para toda esa hornada de serpentineros.

Tal vez los menos necesitados sean Ciego de Ávila y Villa Clara, los dos mejores colectivos con 2,54 y 2,61 promedio de limpias por cada nueve capítulos, pero también buscarán complementos a sus muy bien conformados cuerpos de pitcheo, donde prima la especialización.

Por último, Pinar del Río presenta un cuarteto de abridores (Yosvani Torres, Erlis Casanova, Vladimir Baños y Julio Alfredo Martínez) que si rinde a su nivel habitual colocará al plantel en una posición ventajosa, pero al menos dos relevistas deben aterrizar en Vueltabajo para sellar las victorias.

Sin dudas, la demanda es alta y pudiera pensarse que no hay lanzadores suficientes, pero existe material para que cada equipo pueda fortalecer tanto su rotación como el cuerpo de relevistas, ya sea con serpentineros jóvenes u otros de mayor experiencia que ofrezcan más garantías en una etapa de máxima tensión.