Cada equipo tendrá 11 subseries para sellar su destino luego del necesario receso; sin embargo, no es muy difícil imaginar a pinareños, matanceros y villaclareños en la postemporada.
Nada tiene que ver el título con las teorías adivinatorias en torno a los refuerzos que se sumarán al equipo de Villa Clara para encarar su participación en la Serie del Caribe. Más bien se trata de una mirada epidérmica a las tres primeras subseries antes del necesario receso, porque apenas nueve juegos no dan para mucho más.
No obstante, este arranque vino a confirmar algunos supuestos esbozados después del «apuntalamiento» de las ocho nóminas que pelean por el trono de la pelota cubana.
Por ejemplo, que Matanzas, líder absoluto hasta que se reanuden las batallas, es uno de los elencos más equilibrados y aguerridos del campeonato. O que la nave pinareña es un verdadero acorazado después de los retoques hechos por Urquiola.
Por lo visto, da la sensación de que los monarcas de Villa Clara están aptos para llegar a defender su corona, y que las candidaturas de Artemisa y Holguín se hacen más serias jornada tras jornada.
También, parece que Industriales no acaba de dar con la tecla que destrabe completamente su ofensiva, por más que le haya conectado seis cuadrangulares en un juego a los lanzadores matanceros para firmar el primer Súper KO de la temporada. Y que salvo el experimentado Vicyoandri Odelín, el resto de los «asumidos» por su staff de lanzadores ha quedado en deuda en sus primeras incursiones.
Por su parte, los Piratas pineros y las Avispas santiagueras, si no logran rozar el milagro, parecen destinados a pelear codo con codo para no cerrar el escalafón de esta etapa.
Cuando se reanude la acción, cada equipo tendrá 11 subseries para sellar su definitivo destino. Habría que ser adivino para trazarlo desde ahora, pero no es muy difícil imaginar a pinareños, matanceros y villaclareños en la postemporada. ¿El cuarto plato del banquete? Ese se lo dejo a su elección.
Nada tiene que ver el título con las teorías adivinatorias en torno a los refuerzos que se sumarán al equipo de Villa Clara para encarar su participación en la Serie del Caribe. Más bien se trata de una mirada epidérmica a las tres primeras subseries antes del necesario receso, porque apenas nueve juegos no dan para mucho más.
No obstante, este arranque vino a confirmar algunos supuestos esbozados después del «apuntalamiento» de las ocho nóminas que pelean por el trono de la pelota cubana.
Por ejemplo, que Matanzas, líder absoluto hasta que se reanuden las batallas, es uno de los elencos más equilibrados y aguerridos del campeonato. O que la nave pinareña es un verdadero acorazado después de los retoques hechos por Urquiola.
Por lo visto, da la sensación de que los monarcas de Villa Clara están aptos para llegar a defender su corona, y que las candidaturas de Artemisa y Holguín se hacen más serias jornada tras jornada.
También, parece que Industriales no acaba de dar con la tecla que destrabe completamente su ofensiva, por más que le haya conectado seis cuadrangulares en un juego a los lanzadores matanceros para firmar el primer Súper KO de la temporada. Y que salvo el experimentado Vicyoandri Odelín, el resto de los «asumidos» por su staff de lanzadores ha quedado en deuda en sus primeras incursiones.
Por su parte, los Piratas pineros y las Avispas santiagueras, si no logran rozar el milagro, parecen destinados a pelear codo con codo para no cerrar el escalafón de esta etapa.
Cuando se reanude la acción, cada equipo tendrá 11 subseries para sellar su definitivo destino. Habría que ser adivino para trazarlo desde ahora, pero no es muy difícil imaginar a pinareños, matanceros y villaclareños en la postemporada. ¿El cuarto plato del banquete? Ese se lo dejo a su elección.