Una vez más la escuadra de Japón demostró su mayor oficio, oportunidad en el bateo y excelencia en su cuerpo de lanzadores, para derrotar con pizarra de 3-1 a la selección cubana de béisbol, durante el segundo y último partido entre ambos elencos disputado en la ciudad nipona de Sapporo.

Volvió a ser un duelo parejo con protagonismo de los serpentineros hasta el octavo episodio, cuando el emergente Dohbayashi abrió con un largo triple frente a Ismel Jiménez, quien había dado continuidad a la excelente faena del abridor Freddy Asiel Álvarez.

Después llegó el fly de sacrificio conectado por Sakamoto frente a Vladimir García para empujar la primera anotación, y luego otro triple soportado por el relevista Yoanni Yera a Itoi, quien pisó el home por un lanzamiento enterrado de Odrisamer Despaigne.

El equipo cubano descontó una en esa misma entrada gracias al solitario cuadrangular del Yulieski Gourriel, pero los anfitriones respondieron con otra más en el epílogo, cuando combinaron un doble de Okada, un sacrificio de Nakamura, y un roletazo por el cuadro de Kunanaka que puso cifras definitivas al pizarrón.

Por su parte, el equipo cubano demostró nuevamente sus carencias en el orden táctico y de concentración, y muchos bateadores no pudieron conectar en el momento oportuno.

En general, la batería cubana se mostró con mayor tacto que en la presentación previa y conectó ocho imparables, incluido par de extra bases, pero no pudo evitar otra elevada cifra de 11 ponches en el juego.

De esta forma, los dirigidos por Víctor Mesa cerraron su gira de preparación por tierras asiáticas con dos triunfos y tres reveses, y regresa a casa con la insatisfacción de no haber podido lograr una de esas victorias frente a la representación nipona, que en febrero próximo defenderá su corona en el III Clásico Mundial.