Si repasamos la corta historia de los campeonatos Sub-23 de béisbol, no hay dudas de que el ranchuelero Norel González Beltrán ha sido el bateador más destacado en estos torneos.

Norel, a quien le queda otro año más en esta categoría, pues nació el 26 de mayo de 1994, debutó en estos certámenes con el equipo de Matanzas en el 2014 y en el 2015 comenzó a vestir el uniforme del equipo Villa Clara el cual le ha asentado muy bien hasta el momento.

En esa primera incursión culminó con el segundo mayor average con 415 y encabezó los casilleros de anotadas (32), hits (56), slugging (589) y total de bases recorridas con sus batazos (93), mientras igualaba en la cima de los triples (5) e impulsadas (31).

Durante la recién concluida fase clasificatoria de la III Serie que a partir del domingo 10 de julio dirime los play off, se mantuvo al frente de los bateadores a lo largo de casi toda la temporada, pero descendió en los últimos partidos y perdió en la misma raya el liderato ante el isleño Rubén Soto Pérez que promedió 387.931, en tanto Norel terminaba con 387.596.

Pero Norel resultó el máximo productor de imparables (50), el que más bases recorrió (80) y el de mejor en slugging (620). Disparó seis batazos de cuatro esquinas al igual que el matancero Ariel Martínez, pero el yumurino lo hizo en 59 veces al bate por 129 el villaclareño.

Lamentablemente, en estas primeras versiones de los campeonatos Sub-23 se le ha prestado poca atención a la labor de los jugadores. Me atrevo a asegurar que Norel, si nos el principal acumulador de vuelacercas, está bien cerca de serlo, pues en sus tres experiencias de este tipo computa 14 conexiones de cuatro esquinas, tres en 2014, 5 en 2015, y ahora los seis estacazos mencionados.

Jugador de los jardines y la primera base, utilizado ocasionalmente en tercera, el ranchuelero al decir del manager villaclareño Roberto Carpito Rodríguez Gavilanes debe convertirse en el relevo del legendario inicialista Ariel Borrero, aunque según el piloto de los anaranjados en el Sub-23, debe pulir algunos detalles en la custodia del primer cojín, pero existe la convicción de que eso lo logrará con el paso de los años.