"Costó" alrededor de 70 millones de dólares. Tiene una experiencia envidiable jugando al beisbol. Ha sido uno de los mejores bateadores que ha tenido el béisbol cubano en los últimos tiempos. Su padre fue otro de los grandes grandes de Cuba, y por tanto sus genes no están en discusión. Puede jugar - y bien - en par de posiciones dentro del infield. Su manager es cubano. Pero ahora mismo, su nombre provoca escorizas en todo el mundillo de las Grandes Ligas del Béisbol. 

Estamos hablando de Héctor Olivera, quien tuvo la infeliz idea de agredir a una mujer hace aproximadamente quince días en un hotel Ritz en Washington.

La víctima, quien al parecer mantenía relaciones con el pelotero, llamó al 911 y Olivera fue arrestado. Desde esa fecha, asegura Yahoo Sports, los Bravos de Atlanta han tratado de canjear al cubano Héctor Olivera, pero ningún equipo lo desea.

La realidad es que las Grandes Ligas se han tomado muy en serio el asunto de la violencia doméstica; especificamente, el caso de miembros de su liga involucrados en este tipo de escándalo.

Tomemos, por ejemplo, el caso de Aroldis Chapman. Un suceso del cual no se supo mucho, en el cual no hubo ni un cabello arrancado, y le ha costado al misil cubano varias fechas de suspensión.

Otro que escapó con suerte, fue el destacado pelotero cubano Yasiel Puig, quien tuvo una discusión con su propia hermana, y fue expulsado de una discoteca de Miami. Antes de irse, se dio par de trompones con un miembro del staff de seguridad. Afortunadamente, nadie levanto denuncias. Ni la hermana de Puig, quien lo adora, ni tampoco los dueños del establecimiento dónde sucedieron los hechos. 

Olivera se encuentra suspendido hasta el 3 de mayo, en espera que las Grandes Ligas investiguen el suceso. 

A Olivera, aún le deben 28,5 millones de dólares desde 2017 hasta 2020 y poco más de tres millones en lo que resta de campaña.