Siempre se ha dicho que el pitcheo es el elemento más importante del béisbol, el decisivo. El razonamiento lógico nos dice que si se puede maniatar al rival y no dejarle desarrollar su ofensiva a plenitud, las posibilidades de victoria del equipo con mejores hombres en el montículo son enormes.
Prácticamente no existe un seleccionado en el béisbol que haya podido ganar un campeonato sin un buen cuerpo de serpentineros, mucho más en el béisbol moderno con su especialización, donde los abridores frecuentemente "caminan" dos tercios del partido; luego entra a trabajar uno y a veces dos relevistas o preparadores, para dejar la mesa servida al cerrador, quien se encarga de los últimos tres outs. Casi siempre este hombre del epílogo de los encuentros posee una recta demoledora, difícil de conectar en un noveno inning con el peso de todo un partido.
Sucede en todas las ligas del mundo y nuestra Serie Nacional no es la excepción. En la 50 edición el monarca fue Pinar del Río y buena parte del éxito se debió a la excelencia de su cuerpo de tiradores, encabezado por Yosvani Torres y secundado por el internacional Vladimir Baños, el rápido derecho Erlis Casanova y una revelación, el zurdo Julio Alfredo Martínez.
Un año más tarde, de nuevo un equipo titular se apoyó en este elemento básico. Los Tigres de Ciego de Ávila llegaron hasta la final y desbancaron a Industriales colgados del brazo de un as, el veloz Vladimir García, con Yander Guevara en plan estelar, al punto que se ganó un puesto en el último equipo Cuba.
Más recientemente, en la pasada 52 Serie, un equipo villaclareño al fin saboreaba las mieles del triunfo, luego de 15 años de espera. Un nombre sobresalió entre todos los integrantes del plantel: Freddy Asiel Álvarez. El diestro de Sierra Morena se convirtió en la principal carta de triunfo del mentor Ramón Moré, y regaló actuaciones inolvidables.
Ahora no sucede así. En la temporada anterior Villa Clara tuvo formidable efectividad de 2,27 cuando la etapa clasificatoria andaba por el juego 27, lo cual significaba que si sus bateadores fabricaban tres carreras podían aspirar a la victoria, como en definitiva sucedió. En la presente campaña, ya con 27 partidos efectuados por los actuales monarcas, su promedio de limpias se eleva a 3,19, a pesar de la baja general en ofensiva del torneo, cuyo promedio de 260 es el más pobre de los últimos años.
Es indiscutible que no le han funcionado sus principales piezas. El propio Freddy Asiel no ha sido el mismo luego de tirar un juego casi perfecto semanas atrás, con solo tres triunfos y un par de reveses, y el zurdo Robelio Carrillo aún no ha podido inaugurar el casillero de victorias. El cerrador Diosdani Castillo —un baluarte el pasado año, líder de los lanzadores en promedio de limpias—, pasa por un mal momento, sin asomo de su efectividad que lo llevó a participar en el Tercer Clásico Mundial.
El staff de pitcheo de los Naranjas es uno de los más completos entre todos los que participan en la actual contienda. El siniestro Yasmani Hernández Romero, Yosvany Pérez (abridor y relevista según se necesite), Alaín Sánchez son también buenos serpentineros. Tienen tiempo de recuperarse de un comienzo incierto ya que la aspiración del campeón, es retener el título. Cuentan con el material para lograrlo... si sus lanzadores levantan boga.
Prácticamente no existe un seleccionado en el béisbol que haya podido ganar un campeonato sin un buen cuerpo de serpentineros, mucho más en el béisbol moderno con su especialización, donde los abridores frecuentemente "caminan" dos tercios del partido; luego entra a trabajar uno y a veces dos relevistas o preparadores, para dejar la mesa servida al cerrador, quien se encarga de los últimos tres outs. Casi siempre este hombre del epílogo de los encuentros posee una recta demoledora, difícil de conectar en un noveno inning con el peso de todo un partido.
Sucede en todas las ligas del mundo y nuestra Serie Nacional no es la excepción. En la 50 edición el monarca fue Pinar del Río y buena parte del éxito se debió a la excelencia de su cuerpo de tiradores, encabezado por Yosvani Torres y secundado por el internacional Vladimir Baños, el rápido derecho Erlis Casanova y una revelación, el zurdo Julio Alfredo Martínez.
Un año más tarde, de nuevo un equipo titular se apoyó en este elemento básico. Los Tigres de Ciego de Ávila llegaron hasta la final y desbancaron a Industriales colgados del brazo de un as, el veloz Vladimir García, con Yander Guevara en plan estelar, al punto que se ganó un puesto en el último equipo Cuba.
Más recientemente, en la pasada 52 Serie, un equipo villaclareño al fin saboreaba las mieles del triunfo, luego de 15 años de espera. Un nombre sobresalió entre todos los integrantes del plantel: Freddy Asiel Álvarez. El diestro de Sierra Morena se convirtió en la principal carta de triunfo del mentor Ramón Moré, y regaló actuaciones inolvidables.
Ahora no sucede así. En la temporada anterior Villa Clara tuvo formidable efectividad de 2,27 cuando la etapa clasificatoria andaba por el juego 27, lo cual significaba que si sus bateadores fabricaban tres carreras podían aspirar a la victoria, como en definitiva sucedió. En la presente campaña, ya con 27 partidos efectuados por los actuales monarcas, su promedio de limpias se eleva a 3,19, a pesar de la baja general en ofensiva del torneo, cuyo promedio de 260 es el más pobre de los últimos años.
Es indiscutible que no le han funcionado sus principales piezas. El propio Freddy Asiel no ha sido el mismo luego de tirar un juego casi perfecto semanas atrás, con solo tres triunfos y un par de reveses, y el zurdo Robelio Carrillo aún no ha podido inaugurar el casillero de victorias. El cerrador Diosdani Castillo —un baluarte el pasado año, líder de los lanzadores en promedio de limpias—, pasa por un mal momento, sin asomo de su efectividad que lo llevó a participar en el Tercer Clásico Mundial.
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los villaclareños tienen que trabajar muy fuerte en la mecánica de picheo que es la razón por la cual están dando tantas bolas
Lo que sí preocupa es la defensa. Demasiados errores para un equipo del nivel de Villa Clara. En juegos televisados observé deficiencias que costaron carreras. A mi entender, siguen viéndose problemas graves en el short stop. El daño fue grande con la salida de Aledmis. Luis Ramón Álvarez tiene condiciones con el guante, pero a largo plazo.
Saludos
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