Mientras Vegueros, de Pinar del Río ya entrena en su cuartel general, el estadio Capitán San Luis de esa provincia, en las peñas beisboleras del país y en la red, de la cual los cubanos siguen haciendo un rico espacio de debate, la polémica continúa encendida tras el anuncio el pasado viernes de la selección que nos representará en la Serie del Caribe, en San Juan de Puerto Rico, entre el 2 y el 8 de febrero próximos.
Las opiniones, la mayoría sustentadas en sólidos argumentos fruto de una vasta cultura deportiva en nuestra población, se dividen en que los campeones de Cuba deberían asistir con su equipo; otros consideran correcta la inclusión de los refuerzos. Existe un grupo, cuyos criterios pasan por cierta neutralidad entre las dos posiciones, que favorece la potenciación de los pinareños, aunque creen que son muchas las asistencias o ayudas. Un sector fundamenta que quienes ganaron la anterior Serie Nacional merecían ese estímulo o premio y apuntalan sus tesis en que así se anunció. Lo que sí es abrumador, amén de las diferencias, es la comunión en los deseos de que la selección brille por su buen béisbol.
Nuestra opinión, hecha pública en el artículo Pinar del Río es Cuba del día 19 de este mes de enero, antes de conocerse el nombre de los 28 peloteros, coincide con los que favorecen la idea de una representación donde se combine el núcleo fundamental de los pinareños y los soportes que se agregaron. Pero más allá de los pareceres, acudimos a la definición de la Serie del Caribe, documentada por la Confederación beisbolera de esa región geográfica.
“La Serie del Caribe es una competencia de béisbol que reúne anualmente a los equipos ganadores de las ligas invernales profesionales de los países que integran la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe: México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela y Cuba en calidad de invitada. Cada equipo puede estar reforzado con los mejores jugadores del resto de los equipos de las ligas nacionales”.
Ese concepto del organismo rector del evento bastaría para amparar la fuerte escuadra cubana que se prepara bajo las órdenes de Alfonso Urquiola, una prestigiosa y respetada gloria del deporte nacional y probado mentor ganador.
Sin embargo, no están equivocados los que sostienen que siempre se dijo que el conjunto ganador de la Serie Nacional sería el que asistiría al torneo caribeño. Así se anunció al Villa Clara marcar el retorno cubano a estas lides y luego se insistió a su regreso, cuando la experiencia en la justa de Isla Margarita, debió conducir a un replanteo de lo dicho y a hablarse con claridad y transparencia, incluso antes del inicio de la 53 temporada, ganada por Pinar del Río.
Hubo bastante tiempo para rectificar públicamente lo que públicamente se dijo. Hoy debiera existir un pronunciamiento preciso en cuanto al tema de cara a la final de la 54 Serie Nacional y a la Serie del Caribe del 2016, que se jugará en La Romana, ciudad al sudeste de la República Dominicana.
Consideramos oportuno apuntar que la Serie del Caribe (anual), junto al Premium 12 (bianual), son lides que han de convertirse en medidores de cara al Clásico Mundial (cuatrienal), por lo cual debería desterrarse como opción de estímulo, definición que deberíamos sustituir en el vocabulario deportivo por otra que se ajuste al axioma de que el atleta recibe lo que es capaz de ganarse con su rendimiento, consagración y disciplina. Algo distinto sería una deformación.
Y como los Vegueros, de Pinar del Río están a punto de calzar los spikes en tierras boricuas, no sería ociosa una mirada a las finales de las cuatro ligas que integran la Confederación caribeña, pues los ganadores serán los rivales de los de Vueltabajo. En la de República Dominicana, Estrellas del Oriente vencieron en los dos primeros de-safíos a Gigantes del Cibao, en un playoff que es de nueve a ganar cinco. Sin embargo, perdieron cuatro veces consecutivas y el sábado alcanzaron la tercera victoria, pero siguen en aprietos.
En Venezuela, también en la jornada sabatina, Caribes de Anzoátegui salió ganador 6-0 ante Navegantes del Magallanes en la apertura de la serie decisiva al mejor en siete encuentros. Indios de Mayagüez y Cangrejeros de Santurce, en Puerto Rico, van igualados a dos triunfos por bandos, mientras Tomateros de Culiacán aventajan 2-1 a Charros de Jalisco, en México. Y al cierre: Gigantes del Cibao derrotó 12-5 a Estrellas del Oriente y será el representante dominicanno al ganar la final de su liga 5-3.
Las opiniones, la mayoría sustentadas en sólidos argumentos fruto de una vasta cultura deportiva en nuestra población, se dividen en que los campeones de Cuba deberían asistir con su equipo; otros consideran correcta la inclusión de los refuerzos. Existe un grupo, cuyos criterios pasan por cierta neutralidad entre las dos posiciones, que favorece la potenciación de los pinareños, aunque creen que son muchas las asistencias o ayudas. Un sector fundamenta que quienes ganaron la anterior Serie Nacional merecían ese estímulo o premio y apuntalan sus tesis en que así se anunció. Lo que sí es abrumador, amén de las diferencias, es la comunión en los deseos de que la selección brille por su buen béisbol.
Nuestra opinión, hecha pública en el artículo Pinar del Río es Cuba del día 19 de este mes de enero, antes de conocerse el nombre de los 28 peloteros, coincide con los que favorecen la idea de una representación donde se combine el núcleo fundamental de los pinareños y los soportes que se agregaron. Pero más allá de los pareceres, acudimos a la definición de la Serie del Caribe, documentada por la Confederación beisbolera de esa región geográfica.
“La Serie del Caribe es una competencia de béisbol que reúne anualmente a los equipos ganadores de las ligas invernales profesionales de los países que integran la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe: México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela y Cuba en calidad de invitada. Cada equipo puede estar reforzado con los mejores jugadores del resto de los equipos de las ligas nacionales”.
Ese concepto del organismo rector del evento bastaría para amparar la fuerte escuadra cubana que se prepara bajo las órdenes de Alfonso Urquiola, una prestigiosa y respetada gloria del deporte nacional y probado mentor ganador.
Sin embargo, no están equivocados los que sostienen que siempre se dijo que el conjunto ganador de la Serie Nacional sería el que asistiría al torneo caribeño. Así se anunció al Villa Clara marcar el retorno cubano a estas lides y luego se insistió a su regreso, cuando la experiencia en la justa de Isla Margarita, debió conducir a un replanteo de lo dicho y a hablarse con claridad y transparencia, incluso antes del inicio de la 53 temporada, ganada por Pinar del Río.
Hubo bastante tiempo para rectificar públicamente lo que públicamente se dijo. Hoy debiera existir un pronunciamiento preciso en cuanto al tema de cara a la final de la 54 Serie Nacional y a la Serie del Caribe del 2016, que se jugará en La Romana, ciudad al sudeste de la República Dominicana.
Consideramos oportuno apuntar que la Serie del Caribe (anual), junto al Premium 12 (bianual), son lides que han de convertirse en medidores de cara al Clásico Mundial (cuatrienal), por lo cual debería desterrarse como opción de estímulo, definición que deberíamos sustituir en el vocabulario deportivo por otra que se ajuste al axioma de que el atleta recibe lo que es capaz de ganarse con su rendimiento, consagración y disciplina. Algo distinto sería una deformación.
Y como los Vegueros, de Pinar del Río están a punto de calzar los spikes en tierras boricuas, no sería ociosa una mirada a las finales de las cuatro ligas que integran la Confederación caribeña, pues los ganadores serán los rivales de los de Vueltabajo. En la de República Dominicana, Estrellas del Oriente vencieron en los dos primeros de-safíos a Gigantes del Cibao, en un playoff que es de nueve a ganar cinco. Sin embargo, perdieron cuatro veces consecutivas y el sábado alcanzaron la tercera victoria, pero siguen en aprietos.
En Venezuela, también en la jornada sabatina, Caribes de Anzoátegui salió ganador 6-0 ante Navegantes del Magallanes en la apertura de la serie decisiva al mejor en siete encuentros. Indios de Mayagüez y Cangrejeros de Santurce, en Puerto Rico, van igualados a dos triunfos por bandos, mientras Tomateros de Culiacán aventajan 2-1 a Charros de Jalisco, en México. Y al cierre: Gigantes del Cibao derrotó 12-5 a Estrellas del Oriente y será el representante dominicanno al ganar la final de su liga 5-3.