Nadie sabe a ciencia cierta quién fue el autor de una frase que ejemplifica como pocas la importancia de un mentor: "Un equipo de béisbol se parece a un tren, puede tener los mejores vagones del mundo pero si carece de una buena locomotora no sirve para nada, no camina".
A pesar de que su inmenso universo estadístico tiende a convertirlo en un deporte individual, nada más lejos de la verdad. Es tan colectivo como el fútbol, el baloncesto o el voleibol y, por tanto, necesita de un jefe, de un director que imponga disciplina dentro y fuera del terreno, coordine acciones y determine la táctica a seguir en cada partido.
Si esto es así —y estoy convencido de que lo es—, se supone que un mentor de una selección, no solo en el béisbol, necesita algo de tiempo para conocer las características individuales de sus jugadores (temperamento, habilidades, deficiencias, problemas personales) para poder interactuar con mayor eficiencia.
Lamentablemente esto no se cumple en nuestro béisbol. En los últimos años, en especial a partir de la 49 Serie, ha desfilado toda una avalancha de directores de equipo mayoritariamente expeloteros, quienes no han pasado del año o a lo sumo dos de permanencia en sus respectivos colectivos.
El ejemplo debe de comenzar por casa. Y es ahí donde radica el problema. A partir del 2006, cuando se efectuó el Primer Clásico Mundial hasta el presente, la escuadra nacional ha tenido nada menos que siete diferentes mentores, a uno por año, quienes, además, han sido acompañados por asistentes y entrenadores distintos, o sea, un cambio completo del cuerpo de dirección anualmente.
¿Cuál es la razón? Vuelvo a echarle mano a una sentencia, mucho más conocida mundialmente, aquella que reza: "La victoria tiene muchos padres, la derrota es huérfana". A cada revés, sea en un mundial o en unos Juegos Olímpicos, se responde con una sustitución total de los hombres que tuvieron la tarea de dirigir un grupo de peloteros que lo dieron todo en el terreno.
IDÉNTICA FÓRMULA EN PROVINCIAS
Lo mismo ocurre en los elencos que representan a las provincias en la Serie Nacional. De los 15 mentores que estuvieron al frente en la 49 Serie —no cuento a los desaparecidos Metropolitanos—, solo cuatro (Armando Jhonson, Esteban Lombillo, Iday Abréu y Roger Machado) se mantienen en sus puestos, dos de ellos, Lombillo y Machado, campeones recientemente y Abréu con un trabajo meritorio dirigiendo a los Elefantes cienfuegueros. El caso de Jhonson conduciendo las riendas de la Isla durante 17 años es digno de estudio.
En total, 31 diferentes directores en cuatro años. Con más de una provincia cambiando constantemente durante el cuatrienio. Por ejemplo, después de Luis Giraldo Casanova en la 48 Serie, Alfonso Urquiola tomó las riendas de Pinar del Río durante dos años, luego fue reemplazado por Juan Castro y ahora el manager del Tsunami es Giraldo González.
Similar situación en Sancti Spíritus, dirigida por Juan Castro en la 48, luego por Lourdes Gourriel en dos campañas para darle paso a Ruperto Zamora en la 51 y ahora estrenando a Yovani Aragón. Hago un paréntesis para llamar la atención sobre lo siguiente: dos peloteros como Yulieski Gourriel y Frederich Cepeda han estado bajo la tutela de ¡once mentores diferentes! entre el equipo CUBA y su selección provincial. Quizás constituya un récord.
Camagüey (Luis Ulacia, Felipe Sarduy y Luis Guevara), Las Tunas (Pablo Civil, Ermidelio Urrutia y Juan Miguel Gordo) y Santiago de Cuba (Antonio Pacheco, Alcides Sánchez y Evenecer Godínez) son ejemplos de provincias que han sustituido tres veces a sus mentores en solo cuatro años.
Trabajar con un colectivo resulta siempre tarea ardua, difícil. No es labor de un año ni de dos. Nuestros managers de béisbol, sometidos a una constante presión por muchos factores, necesitan más tiempo para conseguir un resultado, que no puede ser siempre ganar el título.
MENTORES DE EQUIPOS CUBA (Últimos siete años)
AÑO MENTOR EVENTO
2006 Higinio Vélez I Clásico Mundial
2007 Rey Anglada XXXVII Copa Mundial
2008 Antonio Pacheco XXIX Juegos Olímpicos
2009 Esteban Lombillo XXXVIII Copa Mundial
2010 Eduardo Martín XVII Copa Intercontinental
2011 Alfonso Urquiola XXXIX Copa Mundial
2012 Víctor Mesa Topes México, Taipei y Japón
A pesar de que su inmenso universo estadístico tiende a convertirlo en un deporte individual, nada más lejos de la verdad. Es tan colectivo como el fútbol, el baloncesto o el voleibol y, por tanto, necesita de un jefe, de un director que imponga disciplina dentro y fuera del terreno, coordine acciones y determine la táctica a seguir en cada partido.
Si esto es así —y estoy convencido de que lo es—, se supone que un mentor de una selección, no solo en el béisbol, necesita algo de tiempo para conocer las características individuales de sus jugadores (temperamento, habilidades, deficiencias, problemas personales) para poder interactuar con mayor eficiencia.
Lamentablemente esto no se cumple en nuestro béisbol. En los últimos años, en especial a partir de la 49 Serie, ha desfilado toda una avalancha de directores de equipo mayoritariamente expeloteros, quienes no han pasado del año o a lo sumo dos de permanencia en sus respectivos colectivos.
El ejemplo debe de comenzar por casa. Y es ahí donde radica el problema. A partir del 2006, cuando se efectuó el Primer Clásico Mundial hasta el presente, la escuadra nacional ha tenido nada menos que siete diferentes mentores, a uno por año, quienes, además, han sido acompañados por asistentes y entrenadores distintos, o sea, un cambio completo del cuerpo de dirección anualmente.
¿Cuál es la razón? Vuelvo a echarle mano a una sentencia, mucho más conocida mundialmente, aquella que reza: "La victoria tiene muchos padres, la derrota es huérfana". A cada revés, sea en un mundial o en unos Juegos Olímpicos, se responde con una sustitución total de los hombres que tuvieron la tarea de dirigir un grupo de peloteros que lo dieron todo en el terreno.
IDÉNTICA FÓRMULA EN PROVINCIAS
Lo mismo ocurre en los elencos que representan a las provincias en la Serie Nacional. De los 15 mentores que estuvieron al frente en la 49 Serie —no cuento a los desaparecidos Metropolitanos—, solo cuatro (Armando Jhonson, Esteban Lombillo, Iday Abréu y Roger Machado) se mantienen en sus puestos, dos de ellos, Lombillo y Machado, campeones recientemente y Abréu con un trabajo meritorio dirigiendo a los Elefantes cienfuegueros. El caso de Jhonson conduciendo las riendas de la Isla durante 17 años es digno de estudio.
En total, 31 diferentes directores en cuatro años. Con más de una provincia cambiando constantemente durante el cuatrienio. Por ejemplo, después de Luis Giraldo Casanova en la 48 Serie, Alfonso Urquiola tomó las riendas de Pinar del Río durante dos años, luego fue reemplazado por Juan Castro y ahora el manager del Tsunami es Giraldo González.
Similar situación en Sancti Spíritus, dirigida por Juan Castro en la 48, luego por Lourdes Gourriel en dos campañas para darle paso a Ruperto Zamora en la 51 y ahora estrenando a Yovani Aragón. Hago un paréntesis para llamar la atención sobre lo siguiente: dos peloteros como Yulieski Gourriel y Frederich Cepeda han estado bajo la tutela de ¡once mentores diferentes! entre el equipo CUBA y su selección provincial. Quizás constituya un récord.
Camagüey (Luis Ulacia, Felipe Sarduy y Luis Guevara), Las Tunas (Pablo Civil, Ermidelio Urrutia y Juan Miguel Gordo) y Santiago de Cuba (Antonio Pacheco, Alcides Sánchez y Evenecer Godínez) son ejemplos de provincias que han sustituido tres veces a sus mentores en solo cuatro años.
Trabajar con un colectivo resulta siempre tarea ardua, difícil. No es labor de un año ni de dos. Nuestros managers de béisbol, sometidos a una constante presión por muchos factores, necesitan más tiempo para conseguir un resultado, que no puede ser siempre ganar el título.
MENTORES DE EQUIPOS CUBA (Últimos siete años)
AÑO MENTOR EVENTO
2006 Higinio Vélez I Clásico Mundial
2007 Rey Anglada XXXVII Copa Mundial
2008 Antonio Pacheco XXIX Juegos Olímpicos
2009 Esteban Lombillo XXXVIII Copa Mundial
2010 Eduardo Martín XVII Copa Intercontinental
2011 Alfonso Urquiola XXXIX Copa Mundial
2012 Víctor Mesa Topes México, Taipei y Japón
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