En su primer día con el uniforme de los Marlins de Miami, José Fernández no cumplió el objetivo inicial que se había trazado: pasar desapercibido.

El cubano se convirtió en un polo de atracción para los medios, en busca de las palabras del que se ha transformado en la máxima esperanza de los peces para el futuro a corto plazo.

“La idea es tener un perfil bajo, pasar desapercibido. Ese fue un consejo de (José) Contreras (el serpentinero cubano)”, aseguró Fernández mientras su imponente figura parecía ser engullida por los grabadores, las cámaras y libretas.

Pero la realidad es que es imposible no notarlo.

Impresionante, con una estatura de 6-3, y los números que ha dejado en su joven carrera en las Menores, Fernández tiene emocionados a los peces, que no veían a un serpentinero de sus características desde los días de Josh Beckett.

El muchacho de 20 años, elegido por los medios especializados como el mejor prospecto del bando marino y uno de los mejores de la pelota, viene de lanzar su primer año completo en el sistema de granjas de Miami en el que dejó foja de 14-1 con 1.75 de efectividad y 158 ponches en 134 episodios entre Clase A baja y la fuerte.

Su talento es innegable. Su confianza también.

“Quiero ser el mejor pitcher de las Grandes Ligas, no el segundo, sino el mejor”, manifestó. “No sé como decirlo sin que suene presuntuoso, pero toda la vida he trabajado para ello. Soy un gran competidor, siempre estoy compitiendo, incluso cuando camino pienso en la competencia. Es lo que me gusta”.

Ese espíritu de lucha, de no ceder ante nada, fue el que lo empujó a intentar escapar varias veces de Cuba –a no desmayar pese a que el gobierno de la isla lo encarceló por esa razón siendo prácticamente un niño.

Ahora, en su primer spring training con el equipo grande, Fernández llega como un invitado por los peces, como para mostrarle lo que es un clubhouse de las Mayores, su hogar sin dudas en un futuro bastante cercano.

“No tengo apuro. Si tardo un año más o seis meses no me voy a desesperar. Sé que llegará mi oportunidad. Es lo por lo que he estado trabajando toda mi vida”, sostuvo.

Los peces probablemente asignen a Fernández al conjunto de Jacksonville, sucursal Doble A para que inicie la contienda del 2013, pero nadie descarta la posibilidad de que sea ascendido a mediados de año o en todo caso llegue al próximo spring training con el chance de ganarse un lugar en la rotación.

Con los planes de los Marlins prácticamente trazados, esta primavera tiene visos propedeúticos para el antillano.

“Estoy seguro de que voy a aprender bastante con los muchachos, y viendo a los veteranos como Ricky Nolasco. La idea es aprender cosas nuevas y seguir mejorando para seguir sacando outs”, consideró.

Y el martes empezó ese proceso didáctico en su primera sesión de bullpen, función a la que asistieron Larry Beinfest, presidente de operaciones de béisbol y Michael Hill, gerente general.

“Me sentí bien. Wayne Rosenthal (coordinador de pitcheo marino) me felicitó y me dijo que me había visto bien”, reveló el lanzallamas.

No hay duda, esa tarea de pasar desapercibido en Jupiter, será bastante complicada para Fernández.