Para Luis Alberto Valdés la convocatoria a Veracruz 2014 no es el fin de la historia. La vida y el deporte dan segundas oportunidades y él seguramente tendrá otras en el futuro. Calidad le sobra
La nómina de la escuadra cubana que participará en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe lejos de resultar sorpresiva, a mi juicio cumplió con la tradicional ineptitud de la Comisión Nacional de Béisbol: al final van los que se esperaban y no están varios que merecieron ir. Al parecer el equipo tenía nombres y apellidos desde un mes atrás.
Si alguien pensó que Yulieski, Cepeda o Despaigne iban a ver la cita de Veracruz por televisión, entonces la inocencia no ha muerto, simplemente el trío de poder del último lustro en la pelota cubana tiene que ir a todas las competencias aunque no haya ganado ninguna.
El grupo de 24 peloteros que participará en la cita regional es de lo mejorcito que hay en Cuba actualmente, no obstante, Víctor Mesa y su cuerpo técnico encontraron la forma de excluir a los dos mejores bateadores del actual campeonato, otros jardineros en ascenso, un pitcher de cabecera y un cerrador tradicional; vamos por partes.
Por mucho que intenten explicar la ausencia del torpedero pinareño Luis Alberto Valdés y el jardinero guantanamero Giorvis Duvergel, además de injustificable es históricamente absurda.
Jamás en las 53 temporadas previas de la pelota revolucionaria los dos primeros toleteros del campeonato (Luis Alberto promedia 419 y Giorvis 409) estuvieron fuera de la selección nacional.
Para no entrar en muchos detalles, solo vamos a referir que Luis Alberto aparece entre los mejores en casi todos los departamentos, a tal punto que de continuar así y Pinar conseguir el boleto a la etapa venidera, fácilmente sería favorito al premio de Jugador Más Valioso.
Valdés lidera la liga en average, es tercero en impulsadas con 24, quinto en slugging con 581, segundo remolcando el empate o la ventaja con nueve, y por si fuera poco fildea para un soberbio 983, con dos errores en 118 lances, por mucho el mejor torpedero de la temporada; nada, que al hombre este año la liga le queda chiquita.
La alternativa por el vueltabajero fue Moreira, que no es más primer bate que Santos ni mejor shortstop que Manduley, así que de Víctor no tener otra "idea inspiradora" el guantanamero-matancero irá a Veracruz a gritar desde la banca y eventualmente salir a correr.
Giorvis por su parte es un atleta de calidad probada, pero lamentablemente infravalorado por los técnicos cubanos.
Con experiencia dentro y fuera del país, fue por largo tiempo el mejor primer bate de Cuba, excelente corredor, con un guante seguro y brazo certero, incluso goza de poder ocasional madero en mano, pero al parecer su condición de guantanamero y de no ofrecer muchas entrevistas lo marginan de las selecciones nacionales.
Por algún lado escuché o leí que Duvergel este año apenas jugó en los jardines. ¿En serio? ¿Y cuántos innings jugó Cepeda? Que no solo estuvo por debajo en Japón, sino que terminó lesionado y llegó hace menos de 15 días a Cuba; ojo, que tampoco jugará demasiadas entradas en Veracruz.
Incluir a Despaigne y Cepeda, excluyó además de Duvergel a Maykel Cáceres o Lázaro Cedeño, ambos entre los punteros en cuadrangulares, impulsadas, slugging y cuanta estadística ofensiva existe en el béisbol.
En relación con el pitcheo los espirituanos andan con la mandíbula inferior cerca de las rodillas por la ausencia de Ismel Jiménez, según Víctor porque decidieron descansarlo (leer declaraciones en Juventud Rebelde). Claro, Ismel tiene que refrescar y Yulieski, Cepeda y Despaigne son de hierro. Risible la justificación.
Por último quiero referirme al caso de Héctor Mendoza, un muchacho joven, de talento incuestionable y que lanza llamas para el home.
Mendoza estuvo también en Japón y pese a no lanzar al máximo nivel allí, demostró condiciones, según los medios de prensa del país asiático. Hasta ahí todo bien.
Pero ocurre que el pinero tampoco tiró una entrada en la actual campaña cubana, según algunos llegó el pasado miércoles a nuestro país, y si nos atenemos a la historia no tiene muchas hazañas en su currículo, así que no hay demasiadas razones para "sembrarlo" en el equipo.
Si ya en el bullpen pueden cerrar otros jóvenes de no menos talento como Sierra y Gutiérrez, era mejor que en su lugar fuera el artemiseño José Ángel García, líder histórico y actual de juegos salvados en la pelota nacional. Solo que José Ángel es como Giorvis; invisible a los técnicos y subvalorado en sentido general.
Y no es que Despaigne, Yulieski, Mendoza o Cepeda carezcan de calidad, todo lo contrario, es que si los peloteros que mencionamos y los demás que no irán a Veracruz 2014 no hacen el grado ahora, la suposición lógica es que jamás integrarán un equipo Cuba.
Lo cierto es que Cuba llegará a los centroamericanos como favorito, pese a la presencia de potencias regionales como República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y México.
Ninguno de esos países, incluso los locales, presentará superestrellas; la lid beisbolera veracruceña será un evento de tercer nivel; pensar otra cosa es de ilusos e irresponsables.
Cuba tiene que ganar, de no ser así, tampoco es justificable la presencia de Víctor Mesa al frente del equipo nacional por más tiempo, un hecho que de por sí muchos lamentan en la actualidad. Pero que nadie peque de inocente; aun así seguirá hasta el 2017, es que lo dijimos la semana anterior; definitivamente algo anda mal en las cabezas que dirigen la pelota cubana.
La nómina de la escuadra cubana que participará en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe lejos de resultar sorpresiva, a mi juicio cumplió con la tradicional ineptitud de la Comisión Nacional de Béisbol: al final van los que se esperaban y no están varios que merecieron ir. Al parecer el equipo tenía nombres y apellidos desde un mes atrás.
Si alguien pensó que Yulieski, Cepeda o Despaigne iban a ver la cita de Veracruz por televisión, entonces la inocencia no ha muerto, simplemente el trío de poder del último lustro en la pelota cubana tiene que ir a todas las competencias aunque no haya ganado ninguna.
El grupo de 24 peloteros que participará en la cita regional es de lo mejorcito que hay en Cuba actualmente, no obstante, Víctor Mesa y su cuerpo técnico encontraron la forma de excluir a los dos mejores bateadores del actual campeonato, otros jardineros en ascenso, un pitcher de cabecera y un cerrador tradicional; vamos por partes.
Por mucho que intenten explicar la ausencia del torpedero pinareño Luis Alberto Valdés y el jardinero guantanamero Giorvis Duvergel, además de injustificable es históricamente absurda.
Jamás en las 53 temporadas previas de la pelota revolucionaria los dos primeros toleteros del campeonato (Luis Alberto promedia 419 y Giorvis 409) estuvieron fuera de la selección nacional.
Para no entrar en muchos detalles, solo vamos a referir que Luis Alberto aparece entre los mejores en casi todos los departamentos, a tal punto que de continuar así y Pinar conseguir el boleto a la etapa venidera, fácilmente sería favorito al premio de Jugador Más Valioso.
Valdés lidera la liga en average, es tercero en impulsadas con 24, quinto en slugging con 581, segundo remolcando el empate o la ventaja con nueve, y por si fuera poco fildea para un soberbio 983, con dos errores en 118 lances, por mucho el mejor torpedero de la temporada; nada, que al hombre este año la liga le queda chiquita.
La alternativa por el vueltabajero fue Moreira, que no es más primer bate que Santos ni mejor shortstop que Manduley, así que de Víctor no tener otra "idea inspiradora" el guantanamero-matancero irá a Veracruz a gritar desde la banca y eventualmente salir a correr.
Giorvis por su parte es un atleta de calidad probada, pero lamentablemente infravalorado por los técnicos cubanos.
Con experiencia dentro y fuera del país, fue por largo tiempo el mejor primer bate de Cuba, excelente corredor, con un guante seguro y brazo certero, incluso goza de poder ocasional madero en mano, pero al parecer su condición de guantanamero y de no ofrecer muchas entrevistas lo marginan de las selecciones nacionales.
Por algún lado escuché o leí que Duvergel este año apenas jugó en los jardines. ¿En serio? ¿Y cuántos innings jugó Cepeda? Que no solo estuvo por debajo en Japón, sino que terminó lesionado y llegó hace menos de 15 días a Cuba; ojo, que tampoco jugará demasiadas entradas en Veracruz.
Incluir a Despaigne y Cepeda, excluyó además de Duvergel a Maykel Cáceres o Lázaro Cedeño, ambos entre los punteros en cuadrangulares, impulsadas, slugging y cuanta estadística ofensiva existe en el béisbol.
En relación con el pitcheo los espirituanos andan con la mandíbula inferior cerca de las rodillas por la ausencia de Ismel Jiménez, según Víctor porque decidieron descansarlo (leer declaraciones en Juventud Rebelde). Claro, Ismel tiene que refrescar y Yulieski, Cepeda y Despaigne son de hierro. Risible la justificación.
Por último quiero referirme al caso de Héctor Mendoza, un muchacho joven, de talento incuestionable y que lanza llamas para el home.
Mendoza estuvo también en Japón y pese a no lanzar al máximo nivel allí, demostró condiciones, según los medios de prensa del país asiático. Hasta ahí todo bien.
Pero ocurre que el pinero tampoco tiró una entrada en la actual campaña cubana, según algunos llegó el pasado miércoles a nuestro país, y si nos atenemos a la historia no tiene muchas hazañas en su currículo, así que no hay demasiadas razones para "sembrarlo" en el equipo.
Si ya en el bullpen pueden cerrar otros jóvenes de no menos talento como Sierra y Gutiérrez, era mejor que en su lugar fuera el artemiseño José Ángel García, líder histórico y actual de juegos salvados en la pelota nacional. Solo que José Ángel es como Giorvis; invisible a los técnicos y subvalorado en sentido general.
Y no es que Despaigne, Yulieski, Mendoza o Cepeda carezcan de calidad, todo lo contrario, es que si los peloteros que mencionamos y los demás que no irán a Veracruz 2014 no hacen el grado ahora, la suposición lógica es que jamás integrarán un equipo Cuba.
Lo cierto es que Cuba llegará a los centroamericanos como favorito, pese a la presencia de potencias regionales como República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y México.
Ninguno de esos países, incluso los locales, presentará superestrellas; la lid beisbolera veracruceña será un evento de tercer nivel; pensar otra cosa es de ilusos e irresponsables.
Cuba tiene que ganar, de no ser así, tampoco es justificable la presencia de Víctor Mesa al frente del equipo nacional por más tiempo, un hecho que de por sí muchos lamentan en la actualidad. Pero que nadie peque de inocente; aun así seguirá hasta el 2017, es que lo dijimos la semana anterior; definitivamente algo anda mal en las cabezas que dirigen la pelota cubana.