La próxima temporada de las Grandes Ligas será una ventana completamente abierta y llena de oportunidades para Lourdes Gurriel Jr. con los Azulejos de Toronto. Su segunda campaña en la Gran Carpa, esta vez bajo el mando del nuevo dirigente Charlie Montoyo, promete permitirle consolidar lo que mostró durante la pasada ronda regular, cuando evidenció sus grandes habilidades defensivas y, quizás para sorpresa de muchos, un bate peligroso que incluso explotó con mucho poder.

“Yunito” viene de participar en 65 juegos en 2018 y de conectar 70 imparables, junto con ocho dobletes y 11 estacazos de vuelta completa. Registró 35 impulsadas y 30 anotadas, su promedio con el madero fue de .281 y tuvo un OPS de .755. Sacó nueve bases por bolas y se ponchó en 59 ocasiones, con una base estafada y dos outs en intentos de robo.

Su primera experiencia en la Gran Carpa incluyó una marca de más compromisos al hilo con al menos dos incogibles. Con 11 duelos en fila, rompió el récord de su conjunto, empató el de compatriotas (con Tony Pérez, en 1973) y quedó a dos de igualar la máxima hilera en la historia del big show, conseguida por Rogers Hornsby (13, en 1923, con los Cardenales de San Luis).

Luego de que el equipo canadiense saliera de los paradores en corto Troy Tulowitzki y Aledmys Díaz, el camino pareció quedar totalmente despejado para que el nacido en Sancti Spiritus se adueñe de la posición a tiempo completo desde los entrenamientos primaverales.

¿Qué debe pasar?

En un club que está apostando al talento joven de sus granjas, para Lourdes es todo ventajas, incluso en cuanto a oportunidades.

Todo indica que el antillano recibirá una buena cantidad de posibilidades para establecerse como el shortstop a largo plazo de Toronto, pero siempre es bueno aprovechar los primeros chances. Lo más importante para él es que goza de tener un largo contrato de siete campañas que expira al finalizar la zafra 2023.

Por eso, Gurriel, quien en 2018 excedió los límites para optar por el premio al Novato del Año en 2019, tendrá que comenzar las cosas donde las dejó el año pasado: en una tórrida ofensiva que aparte le permita consolidarse y ganarse la confianza del nuevo mánager, Montoyo.

De hecho, fue la segunda mitad de la temporada en la que el infielder mostró una mejor ofensiva, con una línea de .290/.324/.478/.803.

Si todo sale bien para él y el 2019 termina siendo el año para establecerse de manera definitiva en las Grandes Ligas, “Yunito” será parte brillante de una generación bastante promisoria para los Azulejos, que intentan resurgir de las cenizas con jóvenes promesas que vienen desde las ligas menores, como Vladimir Guerrero Jr. (el mejor prospecto de las Mayores según MLB Pipeline) y Bo Bichette, hijo del recordado slugger Dante Bichette y segundo mejor prospecto de los canadienses.