Por la puerta ancha, accesible solo al talento y a la maestría deportiva, parece haber entrado al béisbol el joven Loidel Chapellí Zulueta, quien con 18 años exhibe estadísticas a la altura de los mejores exponentes de nuestro pasatiempo nacional.
Apenas comenzada su segunda incursión en la categoría de mayores, justo en la primera semana, fue seleccionado el jugador más valioso de la Serie, con un astronómico 722 como promedio, a razón de 13 hits (incluidos dos dobles) en 18 turnos oficiales al bate.
«A decir verdad, todo me salió bien, aunque es el fruto de una buena preparación. Empezar arriba, desde los primeros juegos, siempre es bueno para el equipo y eso en mucho depende del desempeño individual de cada atleta», comenta.
–¿Crees que puedas mantener esos resultados?
–No es fácil lograr números tan altos durante toda la campaña. Lo importante es no quedar solo en el comienzo y lograr estabilidad en el rendimiento. Veremos qué pasa en el camino. Nadie sabe, a lo mejor pueda tener otras semanas como esa.
–Tu estreno en la 59 Serie Nacional resultó encomiable: mejor novato del año. ¿Qué significó para ti ese reconocimiento?
–Considero que fue el fruto de mucha entrega sobre el terreno en el aspecto ofensivo y a la defensa. A la hora de la selección, coincidí con otros excelentes atletas, como Luis Enrique González, de Cienfuegos, quien tuvo también una buena temporada.
–En las categorías menores siempre jugaste la primera base y ahora lo haces en los jardines, ¿fue una decisión personal o de la dirección del equipo?
–Mi papá me decía en casa que debía buscar otra posición en la que me pudiera desempeñar mejor, dada mi baja estatura para jugar la primera base. Ahora estoy en el jardín izquierdo, que también me gusta, y hasta ahora no me ha ido mal.
–¿Con qué otras cualidades suples la supuesta desventaja de la baja estatura?
–Primero, con el bateo: la fuerza, ser oportuno, saber discriminar lanzamientos… Lo otro es la rapidez en el corrido de las bases. Cuando lo haces bien, por pequeño que seas, eres una buena opción para cualquier equipo.
«En cuanto a la defensa, cubro bastante espacio en los jardines y con las recomendaciones del profesor José Manuel Cortina trabajo para lograr una mayor fuerza en el brazo a la hora de tirar a home o al resto de las bases».
–¿Cómo ha influido el ejemplo de tu padre en tu desempeño como atleta?
-Además de mi padre, ha sido mi principal preparador. Fue un gran pelotero y me ha aportado mucha sabiduría, pues el béisbol no es solo batear, sino saber enfrentar con inteligencia y mucha chispa las múltiples variables que se pueden dar en un juego.
–¿Tu pronóstico para los Toros de la Llanura?
–A falta de pitcheo, sobre todo de segunda línea, tenemos que batear más y eso es lo que estamos haciendo. Si seguimos así, como hasta ahora, estoy seguro de que podremos entrar este año otra vez en la final, pero con otro desenlace: ganar el campeonato.
Apenas comenzada su segunda incursión en la categoría de mayores, justo en la primera semana, fue seleccionado el jugador más valioso de la Serie, con un astronómico 722 como promedio, a razón de 13 hits (incluidos dos dobles) en 18 turnos oficiales al bate.
«A decir verdad, todo me salió bien, aunque es el fruto de una buena preparación. Empezar arriba, desde los primeros juegos, siempre es bueno para el equipo y eso en mucho depende del desempeño individual de cada atleta», comenta.
–¿Crees que puedas mantener esos resultados?
–No es fácil lograr números tan altos durante toda la campaña. Lo importante es no quedar solo en el comienzo y lograr estabilidad en el rendimiento. Veremos qué pasa en el camino. Nadie sabe, a lo mejor pueda tener otras semanas como esa.
–Tu estreno en la 59 Serie Nacional resultó encomiable: mejor novato del año. ¿Qué significó para ti ese reconocimiento?
–Considero que fue el fruto de mucha entrega sobre el terreno en el aspecto ofensivo y a la defensa. A la hora de la selección, coincidí con otros excelentes atletas, como Luis Enrique González, de Cienfuegos, quien tuvo también una buena temporada.
–En las categorías menores siempre jugaste la primera base y ahora lo haces en los jardines, ¿fue una decisión personal o de la dirección del equipo?
–Mi papá me decía en casa que debía buscar otra posición en la que me pudiera desempeñar mejor, dada mi baja estatura para jugar la primera base. Ahora estoy en el jardín izquierdo, que también me gusta, y hasta ahora no me ha ido mal.
–¿Con qué otras cualidades suples la supuesta desventaja de la baja estatura?
–Primero, con el bateo: la fuerza, ser oportuno, saber discriminar lanzamientos… Lo otro es la rapidez en el corrido de las bases. Cuando lo haces bien, por pequeño que seas, eres una buena opción para cualquier equipo.
«En cuanto a la defensa, cubro bastante espacio en los jardines y con las recomendaciones del profesor José Manuel Cortina trabajo para lograr una mayor fuerza en el brazo a la hora de tirar a home o al resto de las bases».
–¿Cómo ha influido el ejemplo de tu padre en tu desempeño como atleta?
-Además de mi padre, ha sido mi principal preparador. Fue un gran pelotero y me ha aportado mucha sabiduría, pues el béisbol no es solo batear, sino saber enfrentar con inteligencia y mucha chispa las múltiples variables que se pueden dar en un juego.
–¿Tu pronóstico para los Toros de la Llanura?
–A falta de pitcheo, sobre todo de segunda línea, tenemos que batear más y eso es lo que estamos haciendo. Si seguimos así, como hasta ahora, estoy seguro de que podremos entrar este año otra vez en la final, pero con otro desenlace: ganar el campeonato.
¡Sé el primero en comentar!