Trece años han pasado desde que Orestes Kindelán se retiró del béisbol, y especialmente un día como hoy, pero del año 2002, bateó su jonrón 487 en Series Nacionales, para escribir su nombre con letras mayúsculas en la historia del béisbol revolucionario cubano, y de todos los tiempos.

El hecho memorable se efectuó en el parque Manuel Fuentes Borges de Baracoa, en una serie que disputaban Guantánamo vs. Santiago de Cuba.

En la misma primera entrada, Kindelán se encontró con un envío del abridor Alain Duvergel, y desapareció la pelota por todo el jardín central, con Rolando Meriño en circulación.

Los numeritos de Kindelán en cuanto a vuelacercas son impresionantes. La facilidad con que sacaba la bola del parque asombraba realmente. Otra de sus virtudes era que utilizaba todo el terreno para producir, particularidad que lo convirtió en uno de los mejores bateadores de su época, y de todos los tiempos.

La temporada 1983-1984 fue su primera gran campaña con el madero, en la que desapareció 16 pelotas, con 62 remolcadas en la Serie Nacional. En tanto, en la Serie Selectiva de ese año, conectó 12 cuadrangulares, y empujó 32 carreras. La producción total de ese año fue de 28 vuelacercas con 94 carreras producidas.

Internacionalmente también puso registros impresionantes, al punto de batear 51 cuadrangulares en 15 eventos. Además, impulsó 157 carreras, y promedió .378, con una empujada por cada 2,97 apariciones al plato, superado únicamente por la tasa de 2,94 de Lourdes Gurriel.

Su frecuencia de jonrones ha quedado en la historia como la segunda mejor con una tasa de 13,32, superando únicamente por Romelio Martínez con 12,84.