El calificativo que en las últimas temporadas del béisbol nacional le reconoce como «el primer lanzador del equipo Cuba» no le ha subido la fama a la cabeza al estelar pitcher granmense Lázaro Blanco Matos, quien –tras clasificar los Alazanes a los play off en esta 60 Serie Nacional– llegó a su décima participación consecutiva en postemporadas (cinco veces como refuerzo y cinco con su equipo).

«Al regresar de la liga profesional de Nicaragua tuve que exigirme mucho para asumir los partidos del play off, pero cuando hay disciplina y entrega en el terreno los resultados tienen que salir», aseguró a este diario el derecho de Yara, en medio de la preparación para la final frente a los Cocodrilos de Matanzas.

Enrolado en una de sus mejores campañas de por vida, con siete triunfos en diez salidas durante la etapa regular y dos lechadas, además de haber alcanzado su récord personal de cuatro éxitos sin derrotas en esta segunda fase (que representa el 57 % de los juegos ganados por los Alazanes en este play off), el alazán Blanco está muy cerca de igualar dos marcas: las seis victorias de Yosvani Torres en la Serie de Oro, y el mejor promedio de ganados y perdidos, de José Ariel Contreras (1998), Miguel González (2009) y Vladimir García (2012), cada uno con cinco sonrisas sin reveses.

«Ese es un reto que me motiva a venir a entrenar cada día con más deseos y hacer las cosas con la dedicación que exige este deporte», apuntó el «as» de la lomita granmense, quien logró rebasar durante esta postemporada la cifra de cien ponches propinados.

A solo unos días de la final, Lázaro Blanco vuelve a pulir su control luego de la parada realizada por el equipo, debido a la COVID-19.

«Sabemos lo que implica la pandemia, pero fueron varios días dentro de una habitación, y eso para un atleta de alto rendimiento en la pelota es muy duro, porque aunque hagas abdominales y planchas no es igual que estar activo, preparándote en el terreno», señaló.

«Los entrenadores de pitcheo Ciro Silvino Licea y Luis Ernesto González Escalona se pusieron de acuerdo conmigo y el resto de los lanzadores, con el objetivo de realizar, en este corto tiempo, entrenamientos para reactivar y encontrar nuevamente la forma deportiva, sin una intensidad muy alta, que nos permita llegar con la potencia requerida al primer desafío de la final», agregó el también integrante de la preselección nacional a la III Copa del Caribe.

Con la modestia que lo caracteriza, el «astro» del box de los Alazanes destacó, además, el buen desempeño de sus compañeros, «quienes se echaron el equipo encima durante el tiempo que estuve jugando fuera del país y lo llevaron a esta postemporada», subrayó.

Considerado por muchos  como «carta segura» para el juego de apertura de la gran final frente a Matanzas, Lázaro Blanco tiene sobre sus hombros un gran compromiso con la afición de Granma y su conjunto.

«Ese primer juego es una enorme responsabilidad y, a pesar de que es el terreno el que dice la última palabra, yo siempre voy a dar lo mejor de mí para obtener la victoria de mi equipo», afirmó.