Si no hay cambios de última hora, que en Japón suelen ser poquísimos después que deciden algo, la temporada de 2020 de las Grandes Ligas de béisbol de ese país (NPB, por sus siglas en inglés) comenzará el 19 de junio con un calendario de 120 juegos y las gradas vacías.

Desde el 2 del propio mes los clubes concluirán sus partidos de pretemporada y este año no habrán juegos interligas ni de Estrellas, y el circuito Central ya anunció que su líder va directo a la Serie de Japón, sin play off. Los del Pacífico no se han pronunciado al respecto.

Solo dos cubanos se perderán los inicios del campeonato: Alfredo Despaigne y Yurisbel Gracial, quienes vinieron a Cuba para atenderse sus respectivas lesiones y están a la espera de que abran las fronteras y les gestionen una vía segura y estable para llegar a Japón, donde deberán cumplir dos semanas de aislamiento social antes de sumarse a los Halcones de SoftBank, campeones de las tres últimas temporadas.

Con la NPB estarían en operaciones las tres ligas fundamentales de Asia. En Taipéi de China y Corea del Sur los inicios fueron con drásticas restricciones, pero en el caso de la primera ya ha permitido el acceso de público.

En ambas hay jugadores cubanos con buenas actuaciones desde la lomita y bate en mano. Una razón más para que la Federación Cubana de Béisbol, a través de la WBSC si fuera necesario, busque alianzas contractuales con esos circuitos donde se juega también pelota de alto nivel.

MLB, entre dinero y COVID-19

En Estados Unidos, todavía no hay acuerdo entre la oficina del Comisionado de MLB y el sindicato de jugadores. Se espera que en los próximos días ambas partes lleguen a un pacto que permita establecer fecha para el opening day. El asunto más espinoso es el económico.

Las pérdidas son multimillonarias y hay dos criterios sobre cómo compartirlas. El reglamento especial para jugar en medio de la pandemia por el nuevo coronavirus es abultado, con prohibiciones que van desde chocar las manos hasta escupir. Es un paquete de más de 60 hojas sobre el que hay discrepancias también, pero menos complejas que el asunto salarial. Igual que en Japón, habría un calendario ajustado y al principio quizá nadie, o muy poco, de público en las gradas.

Un parón de urgencia

En Nicaragua, el campeonato Germán Pomares tuvo que dar por concluida la fase clasificatoria y recesar durante dos semanas, debido a contagios entre atletas y técnicos que obligaron a tomar esa decisión.

A fines de mes habrá una reunión para valorar si pueden reanudar la serie el 5 de junio, pero directo en los cuartos de final.

Lo sucedido en Nicaragua, donde siguieron las competencias cuando la COVID-19 impuso un alto obligatorio en todo el mundo, es una alerta y un escenario, lamentablemente, posible en cualquier lugar que se juegue.

Cuba, quieto en base

De la Serie Nacional, todavía. El formato de 75 partidos, todos contra todos, y play off de cuartos de final, semifinal y final es el que más consenso ha generado. Pero jugar a puertas cerradas en Cuba no es una opción que los aficionados vean con agrado. Aquí el béisbol es, fundamentalmente, para el público, tiene poco sentido jugar con la gente afuera.

Las ligas profesionales, en cambio, son un negocio, su impacto se mide en ganancias y pérdidas financieras; además la tecnología permite transmitir todos los choques por televisión e internet y que los seguidores los consuman por esas vías.

La noticia del fin de semana fue la publicación de la lista de 116 posibles talentos. Con ellos se trabajará de manera diferenciada y mientras no esté disponible un centro nacional, un grupo de técnicos y glorias deportivas de cada provincia asumirá los entrenamientos y supervisión de la estrategia.