El primer espirituano en participar en una Serie del Caribe luego de más de 50 años de ausencia, ofrece criterios a Escambray.
No regresó con el éxtasis del triunfo, pero Ismel Jiménez Santiago vive su incursión en la Serie del Caribe como un privilegio: ser el primer espirituano en participar en el evento tras más de 50 años de ausencia cubana.
Tiene que agradecerle al Villa Clara, que lo pidió entre sus refuerzos para la segunda fase de la Serie Nacional y de ahí para el torneo regional. Tiene razones para intentar reordenar la que hasta ahora es la peor de sus nueve temporadas en ganados y perdidos.
En medio de esos dos “fuegos” Escambray “mascotea” los lances del trinitario, quien extrae las mejores lecciones de ambas academias.
“Es lo más grande que me ha pasado, más que el Clásico incluso, aquí han existido grandes peloteros, pero fui el primero en asistir”.
¿Satisfecho sin victorias?
La oportunidad fue poca, la primera actuación no fue buena, pero la segunda no fue tan desacertada, me compliqué más con el tiro malo a segunda base… No tiene que ver con la concentración, sino con el agarre de la pelota.
¿Qué te faltó entonces?
Lo que nos faltó a todos, contraste de velocidad y control fino: tirarla en zona de duda, en la esquina, quitarle, ponerle a la bola. Los bateadores de esos equipos tienen mucha aceleración en el swing, no se van con bolas malas, y aquí hay pocos con esas características, por eso el primer día nos fajamos a 90 millas y no pudimos, nos impresionamos.
¿Subestimaron el evento?
Es una experiencia, fuimos sin conocerlos, pensamos que iba a ser un torneo más flojo, de inferior calidad. Yo, por ejemplo, no conocía cómo lanzarle a este o aquel pelotero; por eso se lucha, por que salgamos a topar para que te des cuenta del cambio. Ahora, pese al resultado, a Cuba se respeta, creo que los venezolanos no hicieron todo para ganarle a Puerto Rico y así nos evitaron, entonces creo que aún nos respetan.
En la temporada no has sido el Ismel dominante de antes…
He tenido mis crisis en la columna, vivo inyectándome, he aprendido a convivir con eso; no obstante, físicamente me siento bien, estoy tirando más de 90 millas, ahora en la Serie del Caribe tiré 94.
Pero te batearon. ¿Tu slider se volvió predecible o no confías en ese lanzamiento?
Mi slider es el mismo. Solo me ha faltado contraste de la velocidad y lo que te dije ahorita, pero estoy contento conmigo mismo, aunque sé que tú no me entiendes…
Bueno, es difícil entenderte.
Mira, no me siento como quiero, pero sí duro, sabroso, andaría mal si estuviera tirando 80 millas, pero como me siento tan duro, me olvido de que tengo que tirar más flojo. Odelín fue una escuela, no llegó a 90 millas y le ganó a tremendo equipo; aún tengo que aprender mucho, tal vez cuando tenga su edad…
¿Hay que esperar tanto? Estás acostumbrado a ganar. ¿Cómo te influyen tantas derrotas?
Es un decir, con los años llega la experiencia, no voy a negarte que las derrotas me influyen porque no estoy acostumbrado a perder tanto, pero no puedo mirar mis números inmediatos, si no los históricos, y esos siguen siendo buenos.
Moré confía mucho en ti para pedirte dos veces como refuerzo.
Tengo que agradecerle por confiar en mí, a pesar de que este año muy pocos lo han hecho. Para él lo más importante es el hombre, no el atleta. Él me había manifestado su interés por pedirme, eso me dio confianza, estoy muy contento que haya sido Villa Clara, estoy cerca y se me facilitan muchas cosas.
No eres líder de staff como en Sancti Spíritus, ¿eso no te afecta?
Eso no es lo más importante, fui con la mente de abrir, porque el villaclareño es un pitcheo que a veces lanza cada ocho o nueve días, guardan un poco los lanzadores para el play off.
Pero siempre dices que como mejor te sientes es con cinco días de descanso.
No quieren que lo haga así, el primer juego lo hice, pero les interesa que camine hasta el séptimo inning, si se complica la clasificación, se acortarían los días, si no sería cada siete.
¿Cómo entronizas en un estilo ajeno al de los Gallos?
Cuando les lanzaba los veía como un “equipito”, ahora veo que es una gran elenco, muy completo, aguerrido, no te dejan morir en el box, siempre hay alguien que te da aliento: el director, el tercera base, el primera, los del banco, todo el mundo hala parejo, como una yunta de bueyes, me siento un villaclareño más, muy querido por la afición. La atención de las principales autoridades ha sido de primera en todos los sentidos, es una experiencia muy bonita y quiero trasmitirla a quien desee oírla.
Muchos piensan que lo ocurrido en la Serie del Caribe impactará al Villa Clara.
No lo creo, este equipo no se da por vencido, ya saborearon el campeonato el año pasado y van a luchar por él otra vez, siempre he querido ser campeón con Sancti Spíritus, pero si no puede ser…; ¿quién sabe si este es mi año?
Te confesaste enemigo de los refuerzos. ¿Cambiaste de parecer?
Soy enemigo igual. Aunque lo doy todo por ese equipo, defiendo mucho mi pedacito de tierra, mi camiseta, me veo en la televisión o en el espejo con el traje de Villa Clara y me sigo viendo extraño.
No regresó con el éxtasis del triunfo, pero Ismel Jiménez Santiago vive su incursión en la Serie del Caribe como un privilegio: ser el primer espirituano en participar en el evento tras más de 50 años de ausencia cubana.
Tiene que agradecerle al Villa Clara, que lo pidió entre sus refuerzos para la segunda fase de la Serie Nacional y de ahí para el torneo regional. Tiene razones para intentar reordenar la que hasta ahora es la peor de sus nueve temporadas en ganados y perdidos.
En medio de esos dos “fuegos” Escambray “mascotea” los lances del trinitario, quien extrae las mejores lecciones de ambas academias.
“Es lo más grande que me ha pasado, más que el Clásico incluso, aquí han existido grandes peloteros, pero fui el primero en asistir”.
¿Satisfecho sin victorias?
La oportunidad fue poca, la primera actuación no fue buena, pero la segunda no fue tan desacertada, me compliqué más con el tiro malo a segunda base… No tiene que ver con la concentración, sino con el agarre de la pelota.
¿Qué te faltó entonces?
Lo que nos faltó a todos, contraste de velocidad y control fino: tirarla en zona de duda, en la esquina, quitarle, ponerle a la bola. Los bateadores de esos equipos tienen mucha aceleración en el swing, no se van con bolas malas, y aquí hay pocos con esas características, por eso el primer día nos fajamos a 90 millas y no pudimos, nos impresionamos.
¿Subestimaron el evento?
Es una experiencia, fuimos sin conocerlos, pensamos que iba a ser un torneo más flojo, de inferior calidad. Yo, por ejemplo, no conocía cómo lanzarle a este o aquel pelotero; por eso se lucha, por que salgamos a topar para que te des cuenta del cambio. Ahora, pese al resultado, a Cuba se respeta, creo que los venezolanos no hicieron todo para ganarle a Puerto Rico y así nos evitaron, entonces creo que aún nos respetan.
En la temporada no has sido el Ismel dominante de antes…
He tenido mis crisis en la columna, vivo inyectándome, he aprendido a convivir con eso; no obstante, físicamente me siento bien, estoy tirando más de 90 millas, ahora en la Serie del Caribe tiré 94.
Pero te batearon. ¿Tu slider se volvió predecible o no confías en ese lanzamiento?
Mi slider es el mismo. Solo me ha faltado contraste de la velocidad y lo que te dije ahorita, pero estoy contento conmigo mismo, aunque sé que tú no me entiendes…
Bueno, es difícil entenderte.
Mira, no me siento como quiero, pero sí duro, sabroso, andaría mal si estuviera tirando 80 millas, pero como me siento tan duro, me olvido de que tengo que tirar más flojo. Odelín fue una escuela, no llegó a 90 millas y le ganó a tremendo equipo; aún tengo que aprender mucho, tal vez cuando tenga su edad…
¿Hay que esperar tanto? Estás acostumbrado a ganar. ¿Cómo te influyen tantas derrotas?
Es un decir, con los años llega la experiencia, no voy a negarte que las derrotas me influyen porque no estoy acostumbrado a perder tanto, pero no puedo mirar mis números inmediatos, si no los históricos, y esos siguen siendo buenos.
Moré confía mucho en ti para pedirte dos veces como refuerzo.
Tengo que agradecerle por confiar en mí, a pesar de que este año muy pocos lo han hecho. Para él lo más importante es el hombre, no el atleta. Él me había manifestado su interés por pedirme, eso me dio confianza, estoy muy contento que haya sido Villa Clara, estoy cerca y se me facilitan muchas cosas.
No eres líder de staff como en Sancti Spíritus, ¿eso no te afecta?
Eso no es lo más importante, fui con la mente de abrir, porque el villaclareño es un pitcheo que a veces lanza cada ocho o nueve días, guardan un poco los lanzadores para el play off.
Pero siempre dices que como mejor te sientes es con cinco días de descanso.
No quieren que lo haga así, el primer juego lo hice, pero les interesa que camine hasta el séptimo inning, si se complica la clasificación, se acortarían los días, si no sería cada siete.
¿Cómo entronizas en un estilo ajeno al de los Gallos?
Cuando les lanzaba los veía como un “equipito”, ahora veo que es una gran elenco, muy completo, aguerrido, no te dejan morir en el box, siempre hay alguien que te da aliento: el director, el tercera base, el primera, los del banco, todo el mundo hala parejo, como una yunta de bueyes, me siento un villaclareño más, muy querido por la afición. La atención de las principales autoridades ha sido de primera en todos los sentidos, es una experiencia muy bonita y quiero trasmitirla a quien desee oírla.
Muchos piensan que lo ocurrido en la Serie del Caribe impactará al Villa Clara.
No lo creo, este equipo no se da por vencido, ya saborearon el campeonato el año pasado y van a luchar por él otra vez, siempre he querido ser campeón con Sancti Spíritus, pero si no puede ser…; ¿quién sabe si este es mi año?
Te confesaste enemigo de los refuerzos. ¿Cambiaste de parecer?
Soy enemigo igual. Aunque lo doy todo por ese equipo, defiendo mucho mi pedacito de tierra, mi camiseta, me veo en la televisión o en el espejo con el traje de Villa Clara y me sigo viendo extraño.