La cuenta regresiva para el inicio del tope beisbolero entre la joven escuadra cubana y la selección universitaria de Estados Unidos terminará hoy a las 7:15 p.m., cuando ambas novenas salten a la grama del Victoria de Girón matancero, donde se efectuarán los dos primeros cotejos del match pactado a cinco desafíos.

A todas luces, la tropa del mentor pinareño Alfonso Urquiola afrontará un reto ma­yúscu­lo frente a un plantel rodado en todos los sentidos, pues durante el último mes ha disputado 23 encuentros, válidos para engrasar la maquinaria, mover piezas y probar estrategias en las distintas situaciones que ha enfrentado.

El conjunto antillano, en cambio, ha entrenado con mucha intensidad en predios yumurinos, pero adolece del llamado team work y de experiencia contra rivales foráneos, pues un alto por ciento no había tenido la oportunidad de vestir el traje de las cuatro letras ante un oponente de cierto nivel.

Para muchos, el principal problema del elenco cubano radica en el pitcheo, por su juventud y escasas horas de vuelo, la mayoría en el certamen doméstico, sin tantas exigencias como las que pudieran encontrar en un escenario internacional.
No obstante, el bateo no es precisamente el punto fuerte de los norteamericanos, aunque disponen de algunos talentos capaces de cambiar por completo los destinos de un partido. Más allá, es preciso reconocer que son peloteros muy profesionales, conscientes de lo que deben hacer en cada circunstancia.

A todo esto debemos sumar su velocidad y tino en el corrido de las bases, detalle que sí exigirá el máximo de nuestros serpentineros mientras tengan hombres en circulación, a fin de no repetir la debacle del pasado tope en suelo estadounidense, cuando los rivales se burlaron de los receptores cubanos con un sinfín de robos.

Concentración y enfoque serán las palabras de orden para el joven cuerpo de pitcheo antillano, que más allá de cuidarse de los batazos, deberá prestar especial atención al cuidado de los corredores para evitar una avalancha de estafas. A su favor, ahora cuentan con dos receptores muy efectivos en los disparos a las bases como Frank Camilo Morejón y Luis Abel Castro.

Igual de complicada parece la tarea de los bateadores, quienes enfrentarán un pitcheo sólido, con roles definidos y arsenal diverso. Lo mismo encontrarán derechos, zurdos, pistoleros veloces, hombres de control, con lanzamientos rompientes muy desarrollados, variedad que normalmente no enfrentan en sus temporadas.

Ante esa prueba de fuego, lograr la victoria será el objetivo fundamental para olvidar la barrida del pasado año, aunque, más allá de ganar o perder, es imprescindible que en este tope nuestros jugadores logren crecer cualitativamente frente a un contrario del que mucho podremos aprender en el diamante.

Hay que jugar muy bien para ganarle a Cuba

Será preciso jugar muy bien y lograr que todo funcione acorde con el potencial de nuestro plantel para salir airoso en este tope amistoso, sostuvo, vía telefónica desde el balneario de Varadero, Dave van Horn, director de la escuadra de Estados Unidos.

El béisbol cubano es de los mejores del mundo y los peloteros ponen su alma en el juego, dijo el mentor estadounidense apenas unas horas después de la llegada de su equipo a Matanzas, escenario del choque inaugural en la noche de este miércoles.

Calificó de admirable el saldo competitivo logrado por el conjunto previo al tope (18 triunfos, tres derrotas y dos empates), resultado debido en lo fundamental a la hermeticidad de su pitcheo y gracias a los recursos de talentosos atletas, algunos de los cuales brillaron en la Semana Beisbolera de Haarlem, Holanda, como Chris Okay, Christin Stewart y Alex Bregman.

Llamó la atención sobre el hecho de que esta es la primera ocasión en que los atletas juveniles se desempeñan juntos como equipo, de ahí la importancia de esos enfrentamientos con conjuntos foráneos.

Precisó que los topes frente al equipo antillano han sido tradicionalmente de gran valor para ellos, pues en los peloteros cubanos se condensan muchas virtudes y ello permite poner a prueba la calidad de su selección y la capacidad de cada uno de sus jugadores.