En un estadio Latinoamericano con muchos espacios en sus graderíos, los visitantes, sin ninguna motivación extra y demostrando mucha vergüenza deportiva, se enfrentaron a los anfitriones con dignidad, como si estuvieran jugando el último partido de sus vidas.
El choque transitó por aguas mansas en sus primeros dos tercios de juego, mientras el diestro Pavel Hernández mantuvo en un puño a los discípulos de Lázaro Arturo Castro. Su tropa le respondió con una artillería efectiva encabezada por Ariel Hechavarría con sencillo y cuadrangular para remolcar tres anotaciones, y por Jorge Enrique Alomá con un bambinazo en solitario.
Cuando el espigado serpentinero se fue a la cueva, el bombero Andy Vargas fue castigado a la altura del séptimo episodio con cuatro imparables que se convirtieron en carreras, entre ellos un estacazo de vuelta entera de Dayán Garcia.
Un cohete del emergente Rodny Proenza que trajo dos para el plato, saludó sin respeto al relevista Marcos Ortega, y terminó por maquillar el paquete que igualó las acciones.
El pleito se decidió en la parte baja de esa misma entrada, cuando la tropa de Guillermo Carmona marcó dos veces en la registradora, al ligar un par de inatrapables, entre ellos uno impulsador del emergente Walter Abreu, con tres bases por bolas, una de ellas con las almohadillas repletas que decretó la explosión de Miguel Lahera.
En el noveno todas las balanzas se inclinaron a favor de las fieras capitalinas, cuando Roberto Acevedo conectó su segundo tubey de la jornada, y Yosvani Peñalver sonó un cepillazo de dos carreras, todo frente a los envíos del novato Adrián Abreu.
Ortega, después de una entrada poco feliz, logró ajustar la mirilla y no dejó que se abrieran más las puertas del plato azul, para alcanzar su tercer éxito de la temporada, y Erick Cristian González puso el cerrojo al retirar la novena entrada, no exento de complicaciones.
Después de este resultado quedaron definidos oficialmente los puestos siete y ocho en la tabla final de posiciones, por lo que Sancti Spíritus enfrentará a Pinar del Río, y Las Tunas a Matanzas, en dos de los duelos de cuarto de final de esta Serie Nacional 61.
Los Industriales, con una victoria en su último partido del calendario, concluirían en la cuarta posición del torneo y enfrentaría a los Huracanes de Mayabeque en la postemporada, comenzando los duelos en su Coloso del Cerro.
En caso de caer en ese juego, terminarían en el sexto escaño y sus rivales serían los Alazanes de Granma, en el Mártires de Barbados de Bayamo.
El choque transitó por aguas mansas en sus primeros dos tercios de juego, mientras el diestro Pavel Hernández mantuvo en un puño a los discípulos de Lázaro Arturo Castro. Su tropa le respondió con una artillería efectiva encabezada por Ariel Hechavarría con sencillo y cuadrangular para remolcar tres anotaciones, y por Jorge Enrique Alomá con un bambinazo en solitario.
Cuando el espigado serpentinero se fue a la cueva, el bombero Andy Vargas fue castigado a la altura del séptimo episodio con cuatro imparables que se convirtieron en carreras, entre ellos un estacazo de vuelta entera de Dayán Garcia.
Un cohete del emergente Rodny Proenza que trajo dos para el plato, saludó sin respeto al relevista Marcos Ortega, y terminó por maquillar el paquete que igualó las acciones.
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En el noveno todas las balanzas se inclinaron a favor de las fieras capitalinas, cuando Roberto Acevedo conectó su segundo tubey de la jornada, y Yosvani Peñalver sonó un cepillazo de dos carreras, todo frente a los envíos del novato Adrián Abreu.
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