La 54 Serie Nacional volvió a la escena, y lo cierto es que el fin de semana no fue muy halagüeño en términos de buen béisbol, más que nada por el tremendo desbalance entre pitcheo y ofensiva, que crece por días en proporción alarmante.
La cuestión no se logró disimular ni siquiera en las jornadas de reapertura del campeonato, en las cuales casi todas las novenas colocaron a sus mejores serpentineros, en pos de engordar el casillero de las victorias, cuando resta cerca de un mes para el comienzo de la postemporada.
Solo Pinar del Río no utilizó a sus estelares abridores —entiéndase Yosvani Torres y Freddy Asiel Álvarez—, pero el resto de los conjuntos puso lo mejor que tiene en el asador, aunque sin garantía de éxito ninguna, pues no fueron pocos quienes salieron cabizbajos con un saco de carreras a cuestas.
Para tener una idea, subieron al marcador 151 anotaciones en 12 partidos y se conectaron 226 jits, a razón de 12,6 y 18,8 por encuentro, respectivamente, y solo en tres partidos un equipo despachó seis inatrapables o menos, dos de ellos a la cuenta de la disminuida ofensiva artemiseña, sin Frederich Cepeda ni Yosvani Alarcón.
Hombres como Frank Montieth, Lázaro Blanco, Ismel Jiménez, Alberto Bisset, Miguel Lahera, Misael Villa o Dariel Góngora, con temporadas de relieve, no pudieron avanzar hasta la mitad de los desafíos y dejaron todo a la suerte de los relevistas, el área que más problemas presenta en la justa doméstica.
Dichos números hablan por sí solos de la incertidumbre actual de nuestros lanzadores, cada vez con más contratiempos para dominar a una ofensiva en “estado de gracia”, por llamarle de alguna forma, pues sabemos que si creciera el nivel del pitcheo aflorarían las múltiples deficiencias y vicios que arrastran los bateadores.
En este paraíso ofensivo sacaron la mejor parte Matanzas, Industriales, Ciego de Ávila y Holguín, triunfadores en sus compromisos particulares, aunque ninguno logró completar la barrida. Destaque particular para los Tigres de Roger Machado, que igualaron a pinareños y pineros en el límite clasificatorio.
Por último, los Cocodrilos yumurinos se afianzaron en la cima, escoltados por Granma, que salvó la honrilla en sus predios ante los Azules capitalinos, quienes, no obstante, se consolidaron en el tercer escaño. Mientras, los Sabuesos holguineros recortaron algo, pero todavía aparecen sumergidos en el sótano.
La cuestión no se logró disimular ni siquiera en las jornadas de reapertura del campeonato, en las cuales casi todas las novenas colocaron a sus mejores serpentineros, en pos de engordar el casillero de las victorias, cuando resta cerca de un mes para el comienzo de la postemporada.
Solo Pinar del Río no utilizó a sus estelares abridores —entiéndase Yosvani Torres y Freddy Asiel Álvarez—, pero el resto de los conjuntos puso lo mejor que tiene en el asador, aunque sin garantía de éxito ninguna, pues no fueron pocos quienes salieron cabizbajos con un saco de carreras a cuestas.
Para tener una idea, subieron al marcador 151 anotaciones en 12 partidos y se conectaron 226 jits, a razón de 12,6 y 18,8 por encuentro, respectivamente, y solo en tres partidos un equipo despachó seis inatrapables o menos, dos de ellos a la cuenta de la disminuida ofensiva artemiseña, sin Frederich Cepeda ni Yosvani Alarcón.
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