Dicen que en el béisbol no hay misterios, pues todo está pensado y aclarado en un deporte donde el libro de reglas es eso mismo, un texto de varias páginas que trata de prever todas las múltiples situaciones que pueden darse en un partido cualquiera.
Así y todo, hay ocasiones en que un elemento llama la atención. Es de suponer que cuando se juega en casa, con la indiscutible ventaja de ser el segundo en batear entrada tras entrada, los equipos con esa condición salgan airosos en el mayor número de oportunidades. Sin embargo, la selección de Granma en la actual Serie Nacional ha perdido siete de sus nueve choques efectuados en el Mártires de Barbados bayamés.
Cuando se analiza con minuciosidad el tema, resulta que siendo home club, los Alazanes permitieron un total de 80 carreras en nueve partidos, para un elevadísimo promedio de 8,89 anotaciones por encuentro; mientras como visitadores aceptaron 33 en la misma cantidad de desafíos, para un buen 3,67 por cada juego. ¿Cómo explicarlo?
Para Indalecio Alejandrez, el hombre que dirige a los granmenses, no es ningún misterio: "Es la falta de pensamiento táctico de nuestros lanzadores que, además, se relajan demasiado cuando están en casa. Si trabajan en terreno ri-val prestan mayor atención. No se explica que nuestros abridores no "caminen" más allá del cuarto capítulo, a pesar de haber entrenado fuerte antes de la competencia. Todos promedian entre 89 y 91 millas y dominan algún rompimiento".
Indalecio está en su tercera temporada como mentor y acumula un positivo balance de 108 triunfos y 80 reveses, además de haber dirigido durante varios años a la selección nacional femenina de softbol. Es un hombre del terreno, con conocimientos suficientes, por eso cuando le pregunto cuál es en su opinión el principal defecto de sus pupilos, argumenta que "como a casi todos los pitchers cubanos, se les pierde el tercer strike. "Montan" muy rápido a los bateadores en dos strikes y después no saben cómo terminar de dominarlos; la mayoría no "cierran" a sus rivales, no saben lanzar adentro. Eso es falta de pensamiento táctico y resulta fatal".
Hay otros argumentos, pues algunos de los peloteros granmenses se quejan de que la afición de su provincia es a veces demasiado exigente —en ocasiones irrespetuosa, afirman—, y eso añade un poco más de presión a la ya existente en un juego de pelota. Pese a eso, están seguros de que ascenderán en la tabla de posiciones, apoyados en su tradicional fuerza al bate, pues son líderes con 21 cuadrangulares, gracias al trabajo continuado con las pesas durante toda la campaña.
"No hay escapados en este momento, cuando ya hemos pasado el primer tercio. Si el pitcheo responde de aquí en lo adelante, tenemos posibilidades de clasificar", asegura Indalecio, siempre optimista.
Así y todo, hay ocasiones en que un elemento llama la atención. Es de suponer que cuando se juega en casa, con la indiscutible ventaja de ser el segundo en batear entrada tras entrada, los equipos con esa condición salgan airosos en el mayor número de oportunidades. Sin embargo, la selección de Granma en la actual Serie Nacional ha perdido siete de sus nueve choques efectuados en el Mártires de Barbados bayamés.
Cuando se analiza con minuciosidad el tema, resulta que siendo home club, los Alazanes permitieron un total de 80 carreras en nueve partidos, para un elevadísimo promedio de 8,89 anotaciones por encuentro; mientras como visitadores aceptaron 33 en la misma cantidad de desafíos, para un buen 3,67 por cada juego. ¿Cómo explicarlo?
Para Indalecio Alejandrez, el hombre que dirige a los granmenses, no es ningún misterio: "Es la falta de pensamiento táctico de nuestros lanzadores que, además, se relajan demasiado cuando están en casa. Si trabajan en terreno ri-val prestan mayor atención. No se explica que nuestros abridores no "caminen" más allá del cuarto capítulo, a pesar de haber entrenado fuerte antes de la competencia. Todos promedian entre 89 y 91 millas y dominan algún rompimiento".
Indalecio está en su tercera temporada como mentor y acumula un positivo balance de 108 triunfos y 80 reveses, además de haber dirigido durante varios años a la selección nacional femenina de softbol. Es un hombre del terreno, con conocimientos suficientes, por eso cuando le pregunto cuál es en su opinión el principal defecto de sus pupilos, argumenta que "como a casi todos los pitchers cubanos, se les pierde el tercer strike. "Montan" muy rápido a los bateadores en dos strikes y después no saben cómo terminar de dominarlos; la mayoría no "cierran" a sus rivales, no saben lanzar adentro. Eso es falta de pensamiento táctico y resulta fatal".
Hay otros argumentos, pues algunos de los peloteros granmenses se quejan de que la afición de su provincia es a veces demasiado exigente —en ocasiones irrespetuosa, afirman—, y eso añade un poco más de presión a la ya existente en un juego de pelota. Pese a eso, están seguros de que ascenderán en la tabla de posiciones, apoyados en su tradicional fuerza al bate, pues son líderes con 21 cuadrangulares, gracias al trabajo continuado con las pesas durante toda la campaña.
"No hay escapados en este momento, cuando ya hemos pasado el primer tercio. Si el pitcheo responde de aquí en lo adelante, tenemos posibilidades de clasificar", asegura Indalecio, siempre optimista.