En Cuba vivimos momentos de mucho interés para los amantes del béisbol y también del fútbol; aunque en realidad, son muchos los que siguen todos los acontecimientos de las dos disciplinas; ahora bien, no pocos consideran que hoy por hoy, los jóvenes cubanos practican más el deporte de las grandes multitudes que nuestro pasatiempo nacional.
En mi opinión, esto no es como consecuencia de la divulgación que los medios masivos le dedican al fútbol, NO. Es una tendencia que cada día crece más en los pocos países que tienen al béisbol como deporte nacional, aunque se transmitan todos los juegos de pelota de las ligas más importantes.
Por ejemplo, en Panamá y Venezuela, dos naciones eminentemente beisboleras, hoy todo hace indicar que el fútbol está pasando al primer lugar o, al menos, se está equiparando con el deporte de las bolas y los strikes.
En México, el fútbol tiene el lugar número uno en la preferencia. Y en Nicaragua, otro país de larga tradición beisbolera, es creciente el entusiasmo por el fútbol. En esas cuatro naciones se transmiten los juegos de la liga nacional y los de las “Grandes Ligas”, de Estados Unidos; sin embargo, en ellos crece el número de los que siguen al fútbol.
Hasta en Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, es cada vez mayor el número de los interesados por el fútbol. Han organizado Copas del Mundo y clasifican para todas las últimas. Señales inequívocas de la evolución futbolística.
Es que el béisbol es muy costoso, requiere de uniformes y muchos utensilios; además de varias pelotas y bates por cada juego; mientras que con un balón de fútbol, un grupo de jóvenes puede jugar todos los días, a veces, durante 10 o 12 meses, año y medio, o dos, vaya usted a saber, y en suelos no apropiados, como el pavimento de las calles o el cemento de canchas de baloncesto y voleibol.
Otra arista es la participación. En un juego de béisbol usted puede ir al bate cuatro veces; sin embargo, en un partido de fútbol, pudiera tocar la pelota en decenas de ocasiones.
En Cuba siempre el béisbol tendrá una altísima preferencia; no obstante, como en los demás países amantes de la pelota, la popularidad del más universal de los deportes crece, y con absoluto respeto por otras opiniones, consideramos que en nuestro archipiélago, todo hace indicar que los jóvenes juegan y se interesan más por el fútbol, aunque no tengamos resultados internacionales.
En mi opinión, esto no es como consecuencia de la divulgación que los medios masivos le dedican al fútbol, NO. Es una tendencia que cada día crece más en los pocos países que tienen al béisbol como deporte nacional, aunque se transmitan todos los juegos de pelota de las ligas más importantes.
Por ejemplo, en Panamá y Venezuela, dos naciones eminentemente beisboleras, hoy todo hace indicar que el fútbol está pasando al primer lugar o, al menos, se está equiparando con el deporte de las bolas y los strikes.
En México, el fútbol tiene el lugar número uno en la preferencia. Y en Nicaragua, otro país de larga tradición beisbolera, es creciente el entusiasmo por el fútbol. En esas cuatro naciones se transmiten los juegos de la liga nacional y los de las “Grandes Ligas”, de Estados Unidos; sin embargo, en ellos crece el número de los que siguen al fútbol.
Hasta en Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, es cada vez mayor el número de los interesados por el fútbol. Han organizado Copas del Mundo y clasifican para todas las últimas. Señales inequívocas de la evolución futbolística.
Es que el béisbol es muy costoso, requiere de uniformes y muchos utensilios; además de varias pelotas y bates por cada juego; mientras que con un balón de fútbol, un grupo de jóvenes puede jugar todos los días, a veces, durante 10 o 12 meses, año y medio, o dos, vaya usted a saber, y en suelos no apropiados, como el pavimento de las calles o el cemento de canchas de baloncesto y voleibol.
Otra arista es la participación. En un juego de béisbol usted puede ir al bate cuatro veces; sin embargo, en un partido de fútbol, pudiera tocar la pelota en decenas de ocasiones.
En Cuba siempre el béisbol tendrá una altísima preferencia; no obstante, como en los demás países amantes de la pelota, la popularidad del más universal de los deportes crece, y con absoluto respeto por otras opiniones, consideramos que en nuestro archipiélago, todo hace indicar que los jóvenes juegan y se interesan más por el fútbol, aunque no tengamos resultados internacionales.