Restan pocos partidos para que concluya la primera etapa de la 54 Serie Nacional de Béisbol y a todas luces, los actuales monarcas tendrán que ganarlos prácticamente todos (incluidos los cuatro pendientes) si aspiran a seguir en su lucha por defender la corona… pero increíblemente hoy eso no es lo más importante para la afición vueltabajera.
Claro que no clasificar entre los ocho mejores molesta, de hecho irrita, pero lo que indigna ahora mismo es el ¿cuadrangular? y posterior decisión arbitral en el partido del pasado miércoles contra Industriales que terminó en derrota para los muchachos de Urquiola vía forfeit. Hecho que según muchos es el último de una cadena que terminó por quebrar. Vamos por partes.
Decretar si la bola pasó por zona buena o no mediante el video es una medida que se utiliza en todas las ligas decentes del mundo, claro, con cámaras en todas partes y directores que repitan una y otra vez cada ángulo posible.
Lo que determine el grupo o consejo arbitral, que decide mediante video el destino final de cada jugada en revisión, es irrevocable, también pasa en todas las ligas decentes del planeta.
Además es un derecho del mánager, equipo o jugador que considere injusta una decisión arbitral, primero protestar y después abandonar el terreno de juego en el momento que así lo considere, las consecuencias de dicha actitud (económicas, administrativas, morales, etcétera) llegarán más tarde, según el reglamento de cada liga. Hasta aquí nada nuevo entre el cielo y la tierra.
Lo cierto es que todavía no hablé con quien sea capaz de asegurar bajo juramento que la bola pasó buena o fue foul, y tampoco nadie explicó por qué solo una cámara filmó el batazo de Yulieski.
Sin embargo, sobran los dedos acu-sadores sobre el mánager pinareño y el equipo en sentido general, porque fueron ellos y no la causa del problema según algunos, los que afectaron el espectáculo y el juego de pelota.
No vamos a especular sobre cuántas decisiones pudieron tomar los responsables de las reglas en ese encuentro para quedar bien con unos y otros, lo cierto es que al final decretaron cuadrangular, Pinar abandonó el estadio y perdió el partido.
Visto de ese modo, muchos aficionados no están de acuerdo con Urquiola y su selección, en definitiva el choque marchaba igualado y el pueblo seguía con su pasión, que es la esencia de la pelota nacional y a nadie le gusta que un equipo deje el terreno de juego.
Otros apoyan a nuestro director, porque consideran que lo del miércoles fue la gota que colmó la copa, algo que se veía venir, el basta ya del campeón de Cuba.
Recuerden que al principio del campeonato Pinar tuvo que jugar varios partidos a las 10:00 a.m. sin previo aviso, hubo quejas por parte del equipo por las afectaciones al entrenamiento y nada ocurrió.
Por esos días varias decisiones arbitrales, incluidas algunas mediante video (subserie Pinar vs. Artemisa), fueron injustas para los actuales titulares y de paso provocaron la expulsión de algunos jugadores y técnicos.
Después vino un calendario de armas tomar, con una gira que tuvo un periplo ridículo a base de Santiago-Villa Clara-Guantánamo y Mayabeque. Casi nada.
Y entonces últimamente llegan señales, ya no de humo, de que a la Serie del Caribe va un equipo Cuba con refuerzos pinareños y no al contrario, que es lo lógico, lo justo y lo que esperan jugadores y pueblo vueltabajeros.
La paciencia y la cordura, virtudes que Urquiola mostró en innumerables ocasiones, también tienen su límite. La situación actual del equipo, tantas sutilezas en contra y el batazo de Yulieski rebosaron la copa del mentor verde.
No es la primera vez que algo así ocurre: la escuadra cubana de boxeo abandonó el mundial de Houston y consideramos aquello como una defensa de nuestro orgullo nacional.
También el pasado año Roger Machado sacó a sus avileños del terreno en señal de protesta y nada más ocurrió.
Lo que pasa es que nuestra liga, nuestra pelota, no es seria ni decente en muchas cosas, hablamos de respetar el reglamento y la propia comisión nacional lo cambia, altera e impone a su antojo prácticamente cada mes. No se da a respetar y entonces aparecen las indisciplinas, sin embargo, nadie sanciona o expulsa a un miembro de la comisión. El resultado de esa ecuación es cero credibilidad.
Ojo, que si Pinar no clasifica a la segunda fase no será por nada de lo expuesto anteriormente, será porque los demás fueron mejores. Ahora solo resta esperar el milagro y apoyar con todo a los campeones.
Claro que no clasificar entre los ocho mejores molesta, de hecho irrita, pero lo que indigna ahora mismo es el ¿cuadrangular? y posterior decisión arbitral en el partido del pasado miércoles contra Industriales que terminó en derrota para los muchachos de Urquiola vía forfeit. Hecho que según muchos es el último de una cadena que terminó por quebrar. Vamos por partes.
Decretar si la bola pasó por zona buena o no mediante el video es una medida que se utiliza en todas las ligas decentes del mundo, claro, con cámaras en todas partes y directores que repitan una y otra vez cada ángulo posible.
Lo que determine el grupo o consejo arbitral, que decide mediante video el destino final de cada jugada en revisión, es irrevocable, también pasa en todas las ligas decentes del planeta.
Además es un derecho del mánager, equipo o jugador que considere injusta una decisión arbitral, primero protestar y después abandonar el terreno de juego en el momento que así lo considere, las consecuencias de dicha actitud (económicas, administrativas, morales, etcétera) llegarán más tarde, según el reglamento de cada liga. Hasta aquí nada nuevo entre el cielo y la tierra.
Lo cierto es que todavía no hablé con quien sea capaz de asegurar bajo juramento que la bola pasó buena o fue foul, y tampoco nadie explicó por qué solo una cámara filmó el batazo de Yulieski.
Sin embargo, sobran los dedos acu-sadores sobre el mánager pinareño y el equipo en sentido general, porque fueron ellos y no la causa del problema según algunos, los que afectaron el espectáculo y el juego de pelota.
No vamos a especular sobre cuántas decisiones pudieron tomar los responsables de las reglas en ese encuentro para quedar bien con unos y otros, lo cierto es que al final decretaron cuadrangular, Pinar abandonó el estadio y perdió el partido.
Visto de ese modo, muchos aficionados no están de acuerdo con Urquiola y su selección, en definitiva el choque marchaba igualado y el pueblo seguía con su pasión, que es la esencia de la pelota nacional y a nadie le gusta que un equipo deje el terreno de juego.
Otros apoyan a nuestro director, porque consideran que lo del miércoles fue la gota que colmó la copa, algo que se veía venir, el basta ya del campeón de Cuba.
Recuerden que al principio del campeonato Pinar tuvo que jugar varios partidos a las 10:00 a.m. sin previo aviso, hubo quejas por parte del equipo por las afectaciones al entrenamiento y nada ocurrió.
Por esos días varias decisiones arbitrales, incluidas algunas mediante video (subserie Pinar vs. Artemisa), fueron injustas para los actuales titulares y de paso provocaron la expulsión de algunos jugadores y técnicos.
Después vino un calendario de armas tomar, con una gira que tuvo un periplo ridículo a base de Santiago-Villa Clara-Guantánamo y Mayabeque. Casi nada.
Y entonces últimamente llegan señales, ya no de humo, de que a la Serie del Caribe va un equipo Cuba con refuerzos pinareños y no al contrario, que es lo lógico, lo justo y lo que esperan jugadores y pueblo vueltabajeros.
La paciencia y la cordura, virtudes que Urquiola mostró en innumerables ocasiones, también tienen su límite. La situación actual del equipo, tantas sutilezas en contra y el batazo de Yulieski rebosaron la copa del mentor verde.
No es la primera vez que algo así ocurre: la escuadra cubana de boxeo abandonó el mundial de Houston y consideramos aquello como una defensa de nuestro orgullo nacional.
También el pasado año Roger Machado sacó a sus avileños del terreno en señal de protesta y nada más ocurrió.
Lo que pasa es que nuestra liga, nuestra pelota, no es seria ni decente en muchas cosas, hablamos de respetar el reglamento y la propia comisión nacional lo cambia, altera e impone a su antojo prácticamente cada mes. No se da a respetar y entonces aparecen las indisciplinas, sin embargo, nadie sanciona o expulsa a un miembro de la comisión. El resultado de esa ecuación es cero credibilidad.
Ojo, que si Pinar no clasifica a la segunda fase no será por nada de lo expuesto anteriormente, será porque los demás fueron mejores. Ahora solo resta esperar el milagro y apoyar con todo a los campeones.