En una conferencia de prensa citada de corre-corre por la Dirección Nacional de Béisbol, se dio a conocer este sábado el equipo cubano de béisbol que nos representará en la Liga Can-Am, corte adelantado también por causas que no podemos exponer porque las preguntas quedaron en la agenda para otro encuentro más reposado.

¿Qué criterios se midieron en apenas 11 días de preparación para dejar fuera a hombres como William Saavedra, Yoandri Urgellés, Yeniet Pérez, Jonder Martínez, quienes parecían reunir experiencia competitiva para un sistema de competencia (19 juegos en 21 días) nunca antes enfrentado en la arena internacional? ¿Por qué incluir ahora a Yoelvis Fiss — ni siquiera dado entre los 48 nombres iniciales— en lugar de otro pelotero joven o prospecto?

¿En cuál posición piensa poner a Guillermo Avilés el mentor Roger Machado? ¿Hay ya concebida una alineación para el debut? ¿Qué han podido conocer o estudiar de los rivales a enfrentar? ¿Por qué se ha preferido más un equipo de tacto que de fuerza? ¿Qué opina la dirección del equipo de Jefferson Delgado, un pelotero que hace tres años fue el más valioso en una Liga Azucarera de Béisbol y hoy ya viste la franela del equipo Cuba?

Todas esas interrogantes y más se las debemos a nuestros lectores porque inexplicablemente, al margen de los trámites migratorios urgentes, una información de tanto interés popular no se puede dar en conferencias relámpagos y mucho menos si existen múltiples horas previas para decidirla, así como incontables vías para citar a los periodistas.