Justo a 14 593 kilómetros de Cuba, en esta otra Isla, bañada en su costa oriental por el océano Pacífico, se vive la más reciente historia de la pelota de la Mayor de las Antillas, en una suerte de ágora virtual, en la que los jugadores comparten con familiares, amigos y también las experiencias y los estados de ánimos de los aficionados.
Estamos acostumbrados a verlos en el terreno, desde las gradas, pero pocas veces los apreciamos como esos seres humanos que se preocupan por la esposa, la madre, el padre, por la marcha de algún proyecto en el hogar o del examen de la niña o el niño. Desde sus celulares se mantienen al tanto de los suyos, reciben el aliento y también se molestan, porque son de carne y hueso, con algún que otro criterio, bien sea de la prensa o de los usuarios en las redes; y mediante ellas conocen de las noticias del país.
Así, entre comidas a la que no están acostumbrados o el sueño inoportuno por la diferencia de 13 horas con las noches cubanas, transitan los días del equipo cubano, en los cuales la tensión, que no es otra cosa que el compromiso con ese que madruga para verlos brillar, los consume. Y es que ser pelotero en Cuba no es un medio de vida, es un modo de asumir una responsabilidad nacional, con la cultura de un país que respira bolas y strikes.
Por eso al pimentoso Rudy Reyes, quien siempre sorprende con una pincelada humorística de un caudaloso anecdotario, le hemos visto perder su sempiterna sonrisa. No hace falta preguntarle, se siente mal, no lo ha hecho igual que en los pasados Juegos Panamericanos o como lo hace con sus Industriales. “Hay que estar preparado para las buenas y las malas, es la única manera de salir de esas últimas”, nos dijo. O a Julio Pablo Martínez y Osvaldo Vázquez, presas de la famosa frase que le endilgamos a los que llegan por primera vez y no rinden en el estreno: le queda grande la camiseta del Cuba. Y la espetamos sin saber qué grande hay que ser y que bien puesto hay que tenerlos, para enfundarse en esa franela.
Y cuando más difícil es la situación aparece Malleta, que es prácticamente la voz del equipo o la voz de Cuba; lo mismo en el terreno que en el banco no deja un segundo de multiplicar y convocar el coraje de sus compañeros, incluso hasta cuando es sustituido, porque no se necesita de su grandeza, sino de una modesta jugada, que no va a las cifras para el más valioso, pero que Frank Camilo la asume y toca la bola para hacerla importante y decisiva en el choque.
“El director me llamó para el sacrificio, era un solo intento, no podía fallar, porque Malleta ya tenía un strike”, dijo el papá de Camila y lo hizo insuperable, abriéndole la puerta a Yosvani Alarcón para decidir el juego contra Holanda. Y aunque el tunero se vistió de héroe, a este que escribe —tan mortal como ellos—, se le cayó la pelota y en el reporte inicial no lo mencionó, lo multiplicó por cero, lo transformó en un fantasma, en invisible. Pero él ni siquiera lo reprochó, fue su pueblo quien clamó por subsanar la omisión y él lo agradeció solo diciéndome “para ellos es que juego, con Las Tunas y con Cuba”.
Puerto Rico fue la tercera parada de la historia de este Premier 12, y la exigencia fue grande. Demandó salir adelante tras el empate a dos y después de tomar amplia ventaja de cinco carreras y a dos outs de la victoria, fallaron Yunier Cano y Héctor Mendoza, los mejores cerradores, para que apareciera la entereza de Dany Betancourt, cuya presencia aquí fue muy cuestionada. Hoy le agradecemos el segundo e importante triunfo en el torneo.
En el extrainning, con regla IBAF, el mentor le confió a Alfredo Despaigne la decisión, no la alcanzó, pero promovió el avance a la antesala de la ventaja, que cristalizaría en triunfo cuando el debutante Yasiel Santoya hizo todo lo que le dijo su profesor. “Me dijo que bateara para la banda opuesta, que me iban a lanzar bajito para que diera un roletazo que les facilitara la doble jugada. Corre fuerte que ganamos, me aseguró”, nos cuenta sin disimular la euforia por empujar la decisiva.
Estreno de lujo en la alineación regular de la principal escuadra cubana tuvo el mayor de los Gurriel. “Hacer el quipo nacional es la aspiración más grande que puede tener un deportista, verla hecha realidad me llena de orgullo y la emoción es todavía mayor porque lo estoy viviendo junto a mis dos hermanos. Doy gracias a Dios por esta experiencia y al director por haber confiado en mí e incluirme para este partido contra Puerto Rico entre los titulares”, comentó para Granma Yunieski, quien en ese encuentro bateó de 4-2, con cuatro impulsadas.
El hermano, Yulieski, por ese contacto con los suyos, nos dijo que se había enterado que en Radio Rebelde, informaron de un trabajo estadístico que da cuenta que ya él es hoy el máximo impulsador de Cuba en eventos internacionales, con 158 remolcadas.
Gracial dice que apenas duerme, que está totalmente trastocado con los horarios, mientras Francisco Montesinos, el médico, y Jesús Morales, el fisioterapeuta, garantizan que todos estén listos. “Estamos libres de lesiones, hay 100 % de disponibilidad”, confirmó el doctor.
Hoy Cuba se acoge a su fecha libre en el calendario del grupo A y el retorno fijará mañana el duelo ante la formación local. Pero el asueto, solo será para los juegos porque desde las 10 de la mañana está prevista una sesión de entrenamiento, tras la cual se conocería el abridor de este sábado.
Estamos acostumbrados a verlos en el terreno, desde las gradas, pero pocas veces los apreciamos como esos seres humanos que se preocupan por la esposa, la madre, el padre, por la marcha de algún proyecto en el hogar o del examen de la niña o el niño. Desde sus celulares se mantienen al tanto de los suyos, reciben el aliento y también se molestan, porque son de carne y hueso, con algún que otro criterio, bien sea de la prensa o de los usuarios en las redes; y mediante ellas conocen de las noticias del país.
Así, entre comidas a la que no están acostumbrados o el sueño inoportuno por la diferencia de 13 horas con las noches cubanas, transitan los días del equipo cubano, en los cuales la tensión, que no es otra cosa que el compromiso con ese que madruga para verlos brillar, los consume. Y es que ser pelotero en Cuba no es un medio de vida, es un modo de asumir una responsabilidad nacional, con la cultura de un país que respira bolas y strikes.
Por eso al pimentoso Rudy Reyes, quien siempre sorprende con una pincelada humorística de un caudaloso anecdotario, le hemos visto perder su sempiterna sonrisa. No hace falta preguntarle, se siente mal, no lo ha hecho igual que en los pasados Juegos Panamericanos o como lo hace con sus Industriales. “Hay que estar preparado para las buenas y las malas, es la única manera de salir de esas últimas”, nos dijo. O a Julio Pablo Martínez y Osvaldo Vázquez, presas de la famosa frase que le endilgamos a los que llegan por primera vez y no rinden en el estreno: le queda grande la camiseta del Cuba. Y la espetamos sin saber qué grande hay que ser y que bien puesto hay que tenerlos, para enfundarse en esa franela.
Y cuando más difícil es la situación aparece Malleta, que es prácticamente la voz del equipo o la voz de Cuba; lo mismo en el terreno que en el banco no deja un segundo de multiplicar y convocar el coraje de sus compañeros, incluso hasta cuando es sustituido, porque no se necesita de su grandeza, sino de una modesta jugada, que no va a las cifras para el más valioso, pero que Frank Camilo la asume y toca la bola para hacerla importante y decisiva en el choque.
“El director me llamó para el sacrificio, era un solo intento, no podía fallar, porque Malleta ya tenía un strike”, dijo el papá de Camila y lo hizo insuperable, abriéndole la puerta a Yosvani Alarcón para decidir el juego contra Holanda. Y aunque el tunero se vistió de héroe, a este que escribe —tan mortal como ellos—, se le cayó la pelota y en el reporte inicial no lo mencionó, lo multiplicó por cero, lo transformó en un fantasma, en invisible. Pero él ni siquiera lo reprochó, fue su pueblo quien clamó por subsanar la omisión y él lo agradeció solo diciéndome “para ellos es que juego, con Las Tunas y con Cuba”.
Puerto Rico fue la tercera parada de la historia de este Premier 12, y la exigencia fue grande. Demandó salir adelante tras el empate a dos y después de tomar amplia ventaja de cinco carreras y a dos outs de la victoria, fallaron Yunier Cano y Héctor Mendoza, los mejores cerradores, para que apareciera la entereza de Dany Betancourt, cuya presencia aquí fue muy cuestionada. Hoy le agradecemos el segundo e importante triunfo en el torneo.
En el extrainning, con regla IBAF, el mentor le confió a Alfredo Despaigne la decisión, no la alcanzó, pero promovió el avance a la antesala de la ventaja, que cristalizaría en triunfo cuando el debutante Yasiel Santoya hizo todo lo que le dijo su profesor. “Me dijo que bateara para la banda opuesta, que me iban a lanzar bajito para que diera un roletazo que les facilitara la doble jugada. Corre fuerte que ganamos, me aseguró”, nos cuenta sin disimular la euforia por empujar la decisiva.
Estreno de lujo en la alineación regular de la principal escuadra cubana tuvo el mayor de los Gurriel. “Hacer el quipo nacional es la aspiración más grande que puede tener un deportista, verla hecha realidad me llena de orgullo y la emoción es todavía mayor porque lo estoy viviendo junto a mis dos hermanos. Doy gracias a Dios por esta experiencia y al director por haber confiado en mí e incluirme para este partido contra Puerto Rico entre los titulares”, comentó para Granma Yunieski, quien en ese encuentro bateó de 4-2, con cuatro impulsadas.
El hermano, Yulieski, por ese contacto con los suyos, nos dijo que se había enterado que en Radio Rebelde, informaron de un trabajo estadístico que da cuenta que ya él es hoy el máximo impulsador de Cuba en eventos internacionales, con 158 remolcadas.
Gracial dice que apenas duerme, que está totalmente trastocado con los horarios, mientras Francisco Montesinos, el médico, y Jesús Morales, el fisioterapeuta, garantizan que todos estén listos. “Estamos libres de lesiones, hay 100 % de disponibilidad”, confirmó el doctor.
Hoy Cuba se acoge a su fecha libre en el calendario del grupo A y el retorno fijará mañana el duelo ante la formación local. Pero el asueto, solo será para los juegos porque desde las 10 de la mañana está prevista una sesión de entrenamiento, tras la cual se conocería el abridor de este sábado.