Se acaba la temporada regular de Grandes Ligas. 162 juegos después del primer día, 27 cubanos pisaron en algún momento los terrenos del Big Show.
Esta serie se propone repasar los desempeños más brillantes -protagonizados por el cerrador Aroldis Chapman y los toleteros Yoenis Céspedes, Kendrys Morales y José Dariel Abreu-, así como echar una ojeada a las faenas del resto.
En su sexta campaña con los Rojos, Chapman alcanzó por cuarta vez consecutiva superar la barrera de los 30 salvados. Lo logró en 33 ocasiones, que ciertamente constituyen su marca más baja desde que ocupa el puesto de taponero estrella en Cincinnati (38 en 2012 y 2013, 36 en 2014), pero ello no es responsabilidad del holguinero, sino que obedece a la limitada capacidad de triunfo de su equipo.
Veamos. El Cinci ancló este año en el último puesto del Centro en la Liga Nacional, con apenas 64 victorias (únicamente Filadelfia estuvo por debajo de esa cifra, con 62). Atrás quedaron los cursos recientes en que lideró la división con 97 éxitos en 2012 o los 90 juegos y un wild card en 2013. El club describe un descenso lamentable que, obviamente, incide en las estadísticas de Chapman, a mi juicio el mejor cerrador de las Mayores junto con Craig Kimbrel.
Al supersónico cubano le hace falta cambiar de aires. Militar en un conjunto inestable no le ha impedido asistir a cuatro juegos de estrellas en fila, pero sus números globales se resienten con respecto a los de otros colegas. Por ejemplo, comparémoslo con su contemporáneo Kimbrel.
Ambos tienen 27 años y comenzaron sus carreras en 2010. Pero Kimbrel cumplió cinco temporadas en la disciplina de Atlanta, una más en San Diego, y acumula 225 rescates por solo 146 de Chapman. Y en materia de salidas fallidas la diferencia es irrelevante: 18 del holguinero, 23 del norteño. Calidades similares, resultados dispares. La causa hay que buscarla, lógicamente, en las franquicias que han representado.
Tan formidable es Chapman desde el box, que de todas maneras –aun cuando los Rojos vaguen por lo hondo de la clasificación- siempre es noticia. Tiene que serlo un hombre que ha ponchado a una media de 15.4 rivales por cada nueve entradas de actuación –un hecho inédito en el béisbol-, con magnífico WHIP de 1.02 y average adversario de .154.
Nadie en la larga historia del juego arribó tan rápido como él a los 500 ponches (el récord previo pertenecía al mismísimo Kimbrel). Es verdad que su control no alcanza niveles de excelencia –otorga 4,4 bases por encuentro- y que algunos lamentan su carencia de un tercer lanzamiento dominante, pero ha escrito una leyenda a golpe de rectazos, incluyendo el más veloz de cualquier época (105 millas por hora).
Sin ser esta su mejor temporada, Chapman la resumió en unos números que ya quisieran para sí todos los cerradores de la MLB: 33 salvados, 3 fallos, efectividad de 1.63, .181 de ofensiva oponente y 116 estrucados en 66.1 entradas de trabajo. ¡A razón de 1.75 por inning!
Con 6 pies-4 pulgadas y 185 libras de peso, el zurdo cubano ancló ahora en el décimo cuarto escaño de salvados en todo el Big Show, aventajado por varios nombres significativos como Trevor Rosenthal, Huston Street, Kimbrel, Francisco Rodríguez, Kenley Jansen y David Robertson.
Si alguna vez lo viéramos con la franela de una escuadra capaz de contender –algo muy posible en el futuro próximo-, dicha ubicación sufrirá seguramente un giro radical y Chapman se estabilizaría sin problemas sobre los 40 rescates por campaña.
Categoría le sobra.
Esta serie se propone repasar los desempeños más brillantes -protagonizados por el cerrador Aroldis Chapman y los toleteros Yoenis Céspedes, Kendrys Morales y José Dariel Abreu-, así como echar una ojeada a las faenas del resto.
En su sexta campaña con los Rojos, Chapman alcanzó por cuarta vez consecutiva superar la barrera de los 30 salvados. Lo logró en 33 ocasiones, que ciertamente constituyen su marca más baja desde que ocupa el puesto de taponero estrella en Cincinnati (38 en 2012 y 2013, 36 en 2014), pero ello no es responsabilidad del holguinero, sino que obedece a la limitada capacidad de triunfo de su equipo.
Veamos. El Cinci ancló este año en el último puesto del Centro en la Liga Nacional, con apenas 64 victorias (únicamente Filadelfia estuvo por debajo de esa cifra, con 62). Atrás quedaron los cursos recientes en que lideró la división con 97 éxitos en 2012 o los 90 juegos y un wild card en 2013. El club describe un descenso lamentable que, obviamente, incide en las estadísticas de Chapman, a mi juicio el mejor cerrador de las Mayores junto con Craig Kimbrel.
Al supersónico cubano le hace falta cambiar de aires. Militar en un conjunto inestable no le ha impedido asistir a cuatro juegos de estrellas en fila, pero sus números globales se resienten con respecto a los de otros colegas. Por ejemplo, comparémoslo con su contemporáneo Kimbrel.
Ambos tienen 27 años y comenzaron sus carreras en 2010. Pero Kimbrel cumplió cinco temporadas en la disciplina de Atlanta, una más en San Diego, y acumula 225 rescates por solo 146 de Chapman. Y en materia de salidas fallidas la diferencia es irrelevante: 18 del holguinero, 23 del norteño. Calidades similares, resultados dispares. La causa hay que buscarla, lógicamente, en las franquicias que han representado.
Tan formidable es Chapman desde el box, que de todas maneras –aun cuando los Rojos vaguen por lo hondo de la clasificación- siempre es noticia. Tiene que serlo un hombre que ha ponchado a una media de 15.4 rivales por cada nueve entradas de actuación –un hecho inédito en el béisbol-, con magnífico WHIP de 1.02 y average adversario de .154.
Nadie en la larga historia del juego arribó tan rápido como él a los 500 ponches (el récord previo pertenecía al mismísimo Kimbrel). Es verdad que su control no alcanza niveles de excelencia –otorga 4,4 bases por encuentro- y que algunos lamentan su carencia de un tercer lanzamiento dominante, pero ha escrito una leyenda a golpe de rectazos, incluyendo el más veloz de cualquier época (105 millas por hora).
Sin ser esta su mejor temporada, Chapman la resumió en unos números que ya quisieran para sí todos los cerradores de la MLB: 33 salvados, 3 fallos, efectividad de 1.63, .181 de ofensiva oponente y 116 estrucados en 66.1 entradas de trabajo. ¡A razón de 1.75 por inning!
Con 6 pies-4 pulgadas y 185 libras de peso, el zurdo cubano ancló ahora en el décimo cuarto escaño de salvados en todo el Big Show, aventajado por varios nombres significativos como Trevor Rosenthal, Huston Street, Kimbrel, Francisco Rodríguez, Kenley Jansen y David Robertson.
Si alguna vez lo viéramos con la franela de una escuadra capaz de contender –algo muy posible en el futuro próximo-, dicha ubicación sufrirá seguramente un giro radical y Chapman se estabilizaría sin problemas sobre los 40 rescates por campaña.
Categoría le sobra.