Leandro Martínez, un lanzador al que hace algunos años le recomendaron se retirara del béisbol, fue el gran caballo de batalla de Granma en la llamada serie de comodines y con espesa lechada frente a Villa Clara, condujo a su equipo a la segunda fase de la Serie Nacional.
El zurdo oriundo de Campechuela solo necesitó dos carreras de sus compañeros (pegaron siete hits) para llevarse el segundo éxito en este corto play off, que ya coloca a los Alazanes entre los seis mejores equipos de la actual campaña.
“Me cuidé de todos los bateadores, lancé la pelota por dos ángulos y ellos se desesperaron un poco”, dijo el lanzador en el banco del “Mártires de Barbados” al terminar el partido.
Leandro solo toleró cuatro sencillos de los anaranjados y demostró ser su verdugo en la etapa de comodines pues el martes, en el estadio Augusto César Sandino, apenas les aceptó dos indiscutibles en tres entradas de actuación. En esa ocasión rescató a su compañero Lázaro Blanco y salvó el partido.
“En el viaje de Villa Clara hasta Bayamo él me pidió la pelota y confiamos en esa seguridad que nos mostró”, destacó el director de los granmenses, Carlos Martí.
Con 38 años, Leandro fue capaz de triunfar en siete partidos en la fase de clasificación (el más ganador del conjunto) y de demostrar una voluntad sin límites pues hace un tiempo varios médicos le dijeron que abandonara los diamantes luego de lesiones en el brazo de tirar, que implicaron una operación.
“Estoy listo para la segunda fase, para lo que haga falta”, comentó el corajudo pitcher que era esperado en las afueras del estadio por una entusiasta multitud.
El zurdo oriundo de Campechuela solo necesitó dos carreras de sus compañeros (pegaron siete hits) para llevarse el segundo éxito en este corto play off, que ya coloca a los Alazanes entre los seis mejores equipos de la actual campaña.
“Me cuidé de todos los bateadores, lancé la pelota por dos ángulos y ellos se desesperaron un poco”, dijo el lanzador en el banco del “Mártires de Barbados” al terminar el partido.
Leandro solo toleró cuatro sencillos de los anaranjados y demostró ser su verdugo en la etapa de comodines pues el martes, en el estadio Augusto César Sandino, apenas les aceptó dos indiscutibles en tres entradas de actuación. En esa ocasión rescató a su compañero Lázaro Blanco y salvó el partido.
“En el viaje de Villa Clara hasta Bayamo él me pidió la pelota y confiamos en esa seguridad que nos mostró”, destacó el director de los granmenses, Carlos Martí.
Con 38 años, Leandro fue capaz de triunfar en siete partidos en la fase de clasificación (el más ganador del conjunto) y de demostrar una voluntad sin límites pues hace un tiempo varios médicos le dijeron que abandonara los diamantes luego de lesiones en el brazo de tirar, que implicaron una operación.
“Estoy listo para la segunda fase, para lo que haga falta”, comentó el corajudo pitcher que era esperado en las afueras del estadio por una entusiasta multitud.