Los árbitros participantes en el III Clásico Mundial de béisbol enfrentarán un riguroso examen, a cargo de supervisores de las Grandes Ligas estadounidenses.

Lo explicó a JIT el cubano Luis César Valdés, quien trabajará en la ronda inicial en el grupo B en Asia, luego de un cambio que le movió desde el C, con asiento en Puerto Rico.

Él, como todos los llamados a la cita que comienza el 2 de marzo próximo, deberá de transitar por un “filtro”, decisión novedosa para esta versión.

«No se hizo en el primero y ni el segundo clásicos, pero esta vez será así», abundó el original de la barriada de San Juan de los Yeras, del municipio de Ranchuelo, en la central provincia de Villa Clara.

Con 21 años en estas funciones, Valdés sucede al mayabequense Jorge Luis Pérez, el cubano presente en la segunda edición.

«Antes no podía trabajar porque pertenecía a la dirección del arbitraje en la IBAF», aclaró quien cuenta con experiencia en campeonatos mundiales, Juegos Panamericanos y otros eventos de importancia.

«También vamos a intervenir en partidos previos», sostuvo sobre las últimas comunicaciones recibidas en relación con una cita cuya fase preliminar le recibió en Panamá, donde clasificó Brasil.

Su desempeño venidero podría catapultarlo a la segunda fase en América, con asiento en Miami, Florida, pero él tiene claras las prioridades.

«No pienso en eso. Me concentro en hacer un buen papel en Taipei de China y después veremos. Lo importante ahora es cumplir bien la encomienda, difícil como para todos los que vestimos de negro en cualquier juego de pelota», apostilló.

César, quien en Cuba se desempeña generalmente tras el home, obviamente desconoce dónde lo hará en su más inmediato compromiso internacional.

«Eso es prerrogativa de los organizadores» expresó.